Lectura Bíblica: 1 Corintios 13:11
porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo.
Los vicios son actitudes y costumbres que nos esclavizan y nos impiden llegar a ser lo que Dios quiere que seamos. Pero los vicios no son otra cosa que el resultado de nuestra incredulidad y desobediencia a Dios. Muchos participan en actividades que los perjudican porque sus necesidades básicas no han sido satisfechas, necesidades como el sentirse amado y aceptado. Tal vez en su infancia se vieron rechazados por sus padres y ahora que son adultos quieren, de alguna ma-nera, sentirse aceptados y amados por los demás. Pero, lamentablemente, la manera en que lo hacen es muy perjudicial.
Todos tenemos convicciones, principios y valores que nos inculcaron durante la niñez. Esas convicciones, principios y valores son los que rigen nuestra forma de actuar en la vida. Esta morada terrenal en la que habitamos no es eterna. Dios dice que sus planes acerca de nosotros son de bienestar, porvenir y esperanza (Jeremías 29:11).
La manera de sobreponernos a los vicios que nos esclavizan y perjudican es conociendo el amor que Dios tiene para con nosotros. Somos sus hijos por medio de la fe en Jesucristo y esta verdad tiene un gran peso de gloria.
«Sólo Dios puede transformar un alma pecadora en una obra maestra de su gracia».
El creyente puede, por el poder Espíritu Santo, ser libre de los vicios que lo esclavizan.