Lectura Bíblica: 1 Corintios 1:18-25
Dios quiere que la cruz de Cristo sea una realidad en nuestros corazones y en nuestras vidas. Los primeros cristianos se aferraron al símbolo de la cruz porque les recordaba no solo a Jesucristo, sino también el amor y el perdón de Dios hacia la humanidad. Pero ellos sabían que Cristo ya no estaba en la cruz.
En el himno En el Monte Calvario George Bennard dice: «En el monte Calvario se vio una cruz, emblema de afrenta y dolor, y yo quiero esa cruz do murió mi Jesús por salvar al más vil pecador. ¡Oh! Yo siempre amaré esa cruz, en sus triunfos mi gloria será; y algún día en vez de una cruz, mi corona Jesús me dará».
La cruz no representa el final de la condición de la humanidad, sino el paso necesario que Jesucristo dio antes de que la salvación de Dios se hiciera una realidad para todos.
La cruz no sólo nos recuerda el lugar donde Cristo sufrió y murió por nosotros, sino también la necesidad de despojarnos de cualquier cosa que pueda alejarnos de los caminos de Dios.
Al tomar la cruz de Cristo, estamos crucificando en ella todo lo que pueda alejarnos de él y de su amor hacia nosotros. Nuestro anhelo debe ser vivir por Él y para Él. Gloriémonos en la cruz de Cristo porque en ella fuimos crucificados al mundo y a la vida vieja.
Este himno, y el himno: cuan grande es el, me recuerdan los tiempo de mi nines cuando mi madre me llevava a la iglesia.
redencion despues de su muerte.
y se dice que la cruz significaba maldicion antes que jesus muriera en ella, ahora significa