LA FAMILIA ES UN MINISTERIO IMPORTANTE
La familia es el ministerio más importante de todo hombre casado. Inclusive los que somos ancianos o pastores en una iglesia local debemos ver a nuestras familias como nuestro principal ministerio. Antes de la iglesia está la familia. Inclusive, uno de los requisitos para que alguien sea considerado como anciano o pastor de una iglesia local es justamente tener una familia bien establecida.
Hablando de los requisitos para ser anciano o pastor, Pablo escribió estas palabras en 1 Timoteo 2:4-5 “que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?). Interesante es notar que Pablo asigna directamente al esposo la responsabilidad de tener una familia bien gobernada.
Cuando las cosas andan mal en la familia, no se debe echar la culpa de ello a la esposa o a los hijos. La culpa es del esposo. El resto de la familia podrá tener alguna responsabilidad en la debacle, pero el directamente responsable es el esposo. ¿Por qué? Porque el esposo es cabeza de la esposa y de la familia en general. Un esposo que no gobierna bien su familia, está descalificado para ser un anciano o pastor en una iglesia local.
Los que somos ancianos o pastores debemos tomar muy en cuenta este asunto y evitar de cualquier manera el perder control de nuestra familia. Una familia bien gobernada es aquella en la cual todos los miembros de la familia cumplen a cabalidad las funciones a ellos encomendadas por la palabra de Dios. Nuestro tema en los últimos estudios dentro de esta serie, ha sido justamente el papel o el rol o la función del esposo en la familia auténticamente cristiana. Hemos visto que la función más importante del esposo es amar a su esposa.
Sobre este mandato descansan sólidamente las otras funciones del esposo dentro de la familia. Si un esposo no ama a su esposa de la manera que Dios ha establecido en su palabra, ese esposo fracasará también en las otras funciones que se espera de él en la familia. Una de las funciones del esposo es ser cabeza de la esposa y de la familia en general. Dios en su soberanía ha decidido que sea el esposo quien lidere la familia.
Ser cabeza de la esposa y de la familia significa que el esposo es todo para la esposa. Ella encuentra en él la guía, la dirección, el consuelo, la provisión, la satisfacción y la protección. Esto es lo que significa ser cabeza de la esposa y de la familia, mas no lo que a veces se ha malentendido cuando se ha pensado que ser cabeza de la esposa y de la familia significa el que más grita, el que da las órdenes, el que exige obediencia y el que pisotea a toda la familia.
Además de amar a su esposa y ser cabeza de su esposa y de la familia, el esposo tiene la responsabilidad de ser el líder espiritual de la familia. Sobre esto ya hemos hablado algo cuando señalábamos que como esposo amoroso y cabeza de la esposa y de la familia, el esposo debe sustentar espiritualmente a la esposa y a los hijos.
Llegar a ser el líder espiritual de alguien, no es algo que acontece de la noche a la mañana. El pasar por la ceremonia de bodas no hace a nadie automáticamente un líder espiritual. Ser un líder espiritual toma tiempo y esfuerzo. Entre muchas de las características de un líder espiritual hay dos que sobresalen nítidamente.
Primero, tiene que estar lleno de la palabra de Dios. Colosenses 2:16 dice: “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” El esposo que anhela ser un líder espiritual en su familia necesita que la palabra de Cristo more en abundancia en su vida.
La palabra de Cristo se refiere a las enseñanzas de Cristo, las cuales están en la Biblia. Cuando la Biblia es conocida y entendida, podemos decir que la palabra de Cristo mora en nosotros, no como un huésped temporal sino como el dueño mismo de la casa. Pero note que el texto leído no exhorta solamente a que la palabra de Cristo more en nosotros, sino que more en abundancia. Esto significa que la palabra de Cristo sature totalmente nuestro ser, nuestro intelecto, nuestra mente.
Que estemos tan familiarizados con la palabra de Cristo al punto que nuestros pensamientos sean los pensamientos de Cristo, y que nuestros deseos sean los deseos de Cristo. Que amemos lo que Cristo ama y que odiemos el pecado como Cristo lo odia. Esto es lo que significa que la palabra de Cristo more en abundancia en nosotros. Para que esto ocurra se necesita de tiempo y esfuerzo. Los esposos cristianos deberíamos ser permanentes estudiantes de la palabra de Dios.
Escuchándola, leyéndola, estudiándola, meditándola y memorizándola. ¿Cuánto sabe Usted de la Biblia, amigo oyente? Si no conoce la palabra de Dios, no espere jamás llegar a ser un líder espiritual en su familia. La palabra de Cristo morando en abundancia en nosotros nos permitirá enseñar a nuestras esposas y a nuestros hijos y también nos permitirá corregir con sabiduría cuando notemos que algo no está funcionando conforme a lo que Dios ha ordenado en su palabra.
Un líder espiritual en la familia, entonces se caracteriza por estar lleno de la palabra de Dios. Pero no solamente por eso. Un líder espiritual en la familia se caracteriza también por estar lleno del Espíritu Santo. Efesios 5:18 dice: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu” Este es un texto que nos enseña por contraste. Así como al ebrio le controla el alcohol que ha ingerido, para producir todo tipo de conducta desordenada, Ustedes déjense controlar por el Espíritu Santo para producir algo agradable a Dios.
Es muy necesario y vital que la palabra de Dios more en abundancia en nuestra vida, pero si esa palabra de Dios no se manifiesta en la práctica por medio de una vida transformada, no nos sirve de nada. ¿Conoce Usted a creyentes que saben mucho de la palabra de Dios, pero no viven un ápice de lo que saben? Un pastor amigo mío, hablando a un miembro de su congregación le decía: Si solo vivieras en la práctica un 5% de lo que sabes en teoría, cuán linda fuera tu vida. Así es, la persona a quien hablaba este pastor conocía la teoría pero no vivía la práctica.
En cambio, cuando una persona está llena del Espíritu Santo, se verá en esa persona que vive las verdades de la palabra de Dios que mora en ella. Para muchos creyentes, el ser lleno del Espíritu Santo es algo mágico que ocurre solamente a personas especiales o predispuestas. Pero la realidad es algo totalmente diferente.
La llenura del Espíritu Santo ocurre de una manera muy simple. Es el resultado de obedecer lo que Dios ha dicho en su palabra. Por eso, se necesita primero conocer la palabra de Dios antes de ser lleno del Espíritu Santo. La llenura del Espíritu Santo, es en realidad un acto voluntario en la persona. Por eso es un mandato. Usted puede voluntariamente decidir no estar lleno del Espíritu Santo o estar lleno del Espíritu Santo. Al hacerlo obtendrá todos los beneficios de una persona llena del Espíritu Santo y al no hacerlo perderá todos los beneficios de una persona llena del Espíritu Santo.
Existe la posibilidad inclusive que Usted esté hoy lleno del Espíritu Santo y que mañana deje de estar lleno del Espíritu Santo. ¿Qué hace que un creyente deje de estar lleno del Espíritu Santo? Pues, el pecado. Efesios 4:29 dice: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes” Aquí encontramos un mandato a no pecar con nuestra lengua. No insultar, no mentir, no calumniar, no murmurar, no dar falso testimonio.
Pero ahora ponga atención a lo que dice la Biblia a renglón seguido en el texto que viene a continuación, en el versículo 20. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención” Qué interesante, el pecado en nuestras vidas, especialmente los pecados de la lengua, hace que el Espíritu Santo se entristezca, o que el Espíritu Santo se apague en nuestras vidas. Dicho en otras palabras, el pecado en nuestras vidas hace que dejemos de estar llenos del Espíritu Santo.
Pecado en esencia es hacer algo en contra del carácter o de la voluntad de Dios. La voluntad de Dios para el hombre ha sido dada en la palabra de Dios. Cualquier cosa que el hombre haga en contrario es pecado. Obediencia a la palabra de Dios produce llenura del Espíritu Santo, desobediencia a la palabra de Dios hace que dejemos de estar llenos del Espíritu Santo.
Si Usted, mi amigo, sabe que no está lleno del Espíritu Santo, es necesario que procure conocer más a fondo la palabra de Dios y que investigue su vida para detectar algún o algunos pecados. Una vez que los haya detectado, confiéselos al Señor y apártese de ellos. Luego obedezca lo que dice el Señor en su palabra. Eso le llevará a la llenura del Espíritu Santo.
Así que, amigo oyente, el esposo también es el líder espiritual en la familia auténticamente cristiana. Para que sea un líder espiritual, el esposo necesita estar lleno de la palabra de Dios y lleno del Espíritu Santo. Que con la ayuda de Dios, los que somos esposos estemos esforzándonos por ser los líderes espirituales que nuestras familias necesitan desesperadamente.