Apocalipsis 11-12: El Diablo Hace Guerra Con El Pueblo De Dios

El Diablo Hace Guerra Con El Pueblo De Dios
Texto: Apocalipsis 11:15—12:17
Enfoque: Apocalipsis 12:1-14, 17

Versículo clave:
“Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”. Apocalipsis 12:17

El pueblo de Dios siempre es el blanco del aborrecimiento de Satanás; pero la victoria llega por la sangre del Cordero,nuestros testimonios y nuestra voluntad de sacrificio.

Para entender estos versículos simbólicos y un tanto misteriosos, necesitamos tener varios hechos en mente. Primero, esto es revelación. Dios está revelando su plan divino a través de las cosas que Juan ve y reporta. Aunque puede que estas cosas nos sean difíciles de interpretar, este escritor cree que Dios nos está simplificando esto lo más posible. Nosotros debemos esforzarnos por entenderlas.

Luego, tenemos que recordar que desde el capítulo 4 en adelante, Juan está en el cielo viendo cosas desde la perspectiva celestial. En la tierra todo informe se basa en tiempo y secuencia de tiempo. Nosotros medimos todo tomando en cuenta cuándo
comenzó, cuánto dura y qué hará en el futuro. En el cielo, el tiempo es solo una consecuencia menor. Desde la perspectiva celestial, hay más interés en lo que sucede que en cuándo sucede. Esto no se trata de secuencia o cronología, tiene que ver con las cosas que sucedieron y su impacto sobre la humanidad. En este capítulo los eventos cósmicos son visualizados juntos para que nosotros podamos entender su importancia e impacto. El elemento tiempo relativamente no tiene importancia.
Después, tenemos que tener en mente que Juan aquí ya no es un observador ni reportero. Él ha venido a formar parte de la acción. Juan era tanto judío como cristiano, y las cosas que sucedieran en Israel le sucederían.
El sétimo ángel ha tocado la trompeta y ahora la escena pasa de la tierra al cielo. Juan ahora relata eventos que tuvieron lugar en el cielo pero que son esenciales para nuestra comprensión de lo que sucederá sobre la tierra en los últimos días.

I. La mujer en peligro

Apocalipsis 12:1-6
1. Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
2.Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.
3.También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata,que tenía siete cabezas y diez cuernos,y en sus cabezas siete diademas;
4.y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo,y las arrojó sobre la tierra.Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.
5.Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.
6.Y la mujer huyó al desierto,donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.

Estos versículos giran alrededor de tres personajes—una mujer, un dragón y un niño. La clave para entender esto es la identidad de estos tres personajes. El primer personaje es la mujer. El único lugar donde estos tres símbolos se usan juntos es en Génesis 37. Este pasaje relata el sueño de José. José soñó una noche que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante él. Él le contó el sueño a su familia y ellos se molestaron con él; pero el sueño se cumplió. En el curso del tiempo, José vino a ser el segundo gobernador en Egipto y sus hermanos llegaron y se inclinaron ante él como lo había predicho el sueño. Claramente esta es una descripción de la nación de Israel y que José sería la doceava estrella. En los últimos días la mujer en Israel nuevamente trajo al mundo un significado.
Un gran dragón también está presente. Este dragón es rojo y tiene siete cabezas, diez cuernos y siete coronas. Estos símbolos son usados nuevamente en Apocalipsis 13. Este dragón usa su cola para tirar abajo un tercio de las estrellas del cielo a la tierra, y luego asume la terrible postura de esperar delante de la mujer que está por dar a luz para devorarse a su hijo recién nacido.
La mujer es Israel, el dragón es Satanás y el niño sólo puede ser Jesús, el Mesías nacido a María en Belén. El siguiente relato reduce el tiempo y nos devuelve al nacimiento de Jesús. En ese momento el imperio romano había ganado control de Israel, y Herodes, el rey edomita de Judea, estaba dispuesto a matar al hijo de María. Dios impidió que eso sucediera enviando a José, a María y a Jesús a Egipto hasta que Herodes muriera. Luego, el simbolismo se transfiere a la obra final de Jesús en la tierra. Él gobernará la tierra con vara de hierro. Nosotros podemos ver cómo la secuencia del tiempo no cabe aquí porque en este relato Jesús fue ascendido al cielo y después vuelve a gobernar con vara de hierro durante el Milenio. La era eclesiástica se omite por completo. Recuerde que aquí está en perspectiva lo que sucede, no cuándo sucede. El niño nacido de la mujer es llevado al cielo y la amenaza del dragón devorador ha terminado.
La mujer, Israel, habiendo logrado el nacimiento del Mesías, tiene su propia cita, un tiempo en que huirá al desierto para escapar de la fuerza destructiva del dragón. Ahí Dios ha preparado un lugar donde Israel será preservada por doce mil sesenta días o tres años y medio proféticos; la última mitad del periodo de siete años de la Tribulación que Daniel profetizó.

II. La guerra en el cielo

Apocalipsis 12:7-11
7. Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles;
8. pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.
9.Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
10. Entonces oí una gran voz en el cielo,que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo;porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
11.Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos,y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.

La escena cambia de la tierra al cielo. Se nos presenta una gran guerra en el cielo. Conocemos a Miguel por primera vez en Apocalipsis, y aprendemos que él y su poderoso grupo de ángeles ahora luchan contra el dragón y sus ángeles. Miguel es el príncipe grande que se para delante del pueblo de Israel según Daniel 12:1.
Evidentemente, aún estos últimos días de la historia, Satanás tiene acceso al cielo. En el Antiguo Testamento leemos que Satanás se apareció delante de Dios para acusar a Job. Pablo escribió en Efesios 6:12, “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino…contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Esto cambiará en los últimos años de la historia. Dios enviará a Miguel y a muchos otros ángeles a echar a Satanás del cielo. Satanás debe ser echado del cielo a la tierra, y desde la tierra, finalmente, al lago de fuego. Aquí, aprendemos que Miguel prevalece y Satanás es confinado a la tierra.
Esta acción es una gran promesa para el reino de Dios porque las mentiras y las acusaciones de Satanás en el cielo se silencian para siempre. Satanás ha estado constantemente acusando a Cristo y a sus hermanos delante de Dios, pero ahora las acusaciones cesan.
La fortaleza verdadera y el punto principal de este relato está en Apocalipsis 12:11. Aquí aprendemos el significado que Miguel y sus ángeles usó para derrotar y echar fuera a Satanás. Este es un maravilloso plan que está disponible para todo hijo de Dios.
Primero,observe que Satanás hace acusaciones y las acusaciones no son rechazadas. Satanás nos acusa de ser pecadores, de no cumplir con nuestros deberes y responsabilidades. ¿Qué debemos hacer? Estar de acuerdo con él porque tiene razón. Todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios. Ningún ser humano puede ponerse en pie delante de Dios por su propio mérito, pero gracias a Dios nosotros podemos hacerlo por medio de la sangre derramada de nuestro Señor resucitado. Nosotros vencemos a Satanás por medio de la sangre del Cordero de Dios. Fallamos todo el tiempo, y cuando lo hacemos, debemos admitirlo y recordarle al diablo y a todos los demás que jamás fuimos salvos por nuestras obras sino por la sangre de Cristo que fue derramada por nosotros en el Calvario. Hay poder en la sangre, y hay victoria al apropiarse de ella para perdón de nuestros pecados.
Segundo, debemos fortalecer nuestra fe a través de nuestro evidente testimonio a otros. Millones en el mundo viven vidas solitarias. Tratan de encontrar la paz a través de las drogas, el alcohol o algún otro escape físico. Dígales que hay gozo y fortaleza en Jesús. Todo hijo de Dios debería compartir el gozo y la paz que Jesús le ha traído a su propia alma. Ésta no es sólo una obligación, es un medio significativo a la victoria. Cuando testificamos, ganamos una gran victoria.
Y,sólo podemos encontrar victoria en la medida que aprendemos a ponerle el valor correcto a todas las cosas. Observe que estos vencedores no querían sus propias vidas más que lo que amaban al Señor. Estaban dispuestos a dar todo para hacer la voluntad del Padre Celestial. Aquí vemos la gran mentira de Satanás. Él nos dice que la vida física es todo lo que hay y que lo supremo es tener más vida, o una vida más prolongada. Por el contrario, el gran fracaso es morir. El hijo de Dios puede saber que esto es una mentira. Para un cristiano, estar ausente en el cuerpo es estar presente con el Señor. Como nos declaró Pablo en Filipenses 1:21, “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. Un hijo de Dios no debería tener ningún temor, sabiendo que lo peor que puede suceder en este mundo es que él o ella mueran y vayan al cielo a estar con Jesús. Estos vencedores creían eso.

III. El ay en la tierra

Apocalipsis 12:12-14, 17
12.Por lo cual alegraos, cielos,y los que moráis en ellos.¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! Porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.
13. Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón.
14.Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.
17.Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer;y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.

Cuando Satanás es arrojado del cielo por última vez, él sabe que solamente le quedan tres años y medio hasta que finalmente sea arrojado al lago de fuego. Él responde volviendo su ira sobre la mujer, Israel. Este será el tiempo de persecución intensa para esta pequeña nación, y todo lo concerniente a ella será dirigido por Satanás. Su ira se dirige hacia una nación entera sencillamente porque esta nación trajo a Jesús al mundo.
No obstante, Satanás no tendrá éxito en destruir al pueblo de Israel. Dios milagrosamente protegerá a su pueblo. Él les dará alas de águila para que puedan volar al desierto y los sustentará durante los tres años y medio que él ande suelto. Anteriormente, Dios había referido cargarlos sobre alas de águila. Esto fue cuando Él los sacó de Egipto y los guió a la Tierra Prometida (Dt. 32:10, 11).
Sabiendo que no puede hacerle daño a este pueblo quien está divinamente protegido en el desierto, Satanás vuelve su malvada atención al remanente de la mujer, aquellos que guardan los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesucristo. Estos podrían ser los 144,000 testigos de los que leímos anteriormente.

UNA PALABRA FINAL

La gran pregunta que surge de este capítulo tiene que ver en cómo le va a cada uno de nosotros en nuestra batalla personal con Satanás. Él es como un león rugiente y está buscando a quien devorar y engañar. No luchemos los unos contra los otros, luchemos contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes, y sólo podremos ser victoriosos si usamos la estrategia dada en estos hermosos versículos instructivos.
Siempre debemos refugiarnos en la sangre de Jesús. Cuando usted es acusado, el acusador es preciso. Usted es un pecador y ha fallado. Nuestra esperanza no está en nuestra perfección personal sino en la sangre de Jesús que es aplicada a nuestras
almas. Cuando comenzamos a aprender y a testificar a otros al respecto, también comenzamos a resistir a Satanás y él huirá de nosotros.
Si aprendemos a sostener vagamente las cosas terrenales,listos para renunciar a ellas de un momento a otro sin queja alguna ni sollozos si así lo demandara nuestro servicio, verdaderamente sabremos el camino que nos lleva a una vida victoriosa. Esto no sólo es posible; es la manera normal en que todo hijo de Dios debería vivir todos los días. Un día será nuestro último día en la tierra. Confíe en Jesús, aplique su sangre a cada parte de su vida, testifique de Él y manténgase constantemente listo para entregar su vida por lo que es correcto. Entonces, tendrá victoria en la tierra y en el cielo.

PARA DISCUSIÓN

1. Comente sobre las formas en que el aborrecimiento de Satanás hacia la nación de Israel puede ser vista en la historia.
2. Comente maneras en que el aborrecimiento de Satanás sobre los cristianos puede ser visto en la historia.
3. Nombre y hable sobre los significados de los títulos de Satanás revelados en Apocalipsis 12:9.
4. Discuta las tres maneras de vencer a Satanás reveladas en Apocalipsis 12:11. ¿Están estas tres claves disponibles para los santos hoy? ¿Cómo se aplican al creyente?

Devocionales diarios

D. —Anhelando el fin, 1 Corintios 15:24-26.
L. — El reino venidero de Cristo, Apocalipsis 11:15-19.
M. — El reino eterno, Daniel 2:44.
M. — Dominio eterno, Daniel 7:13, 14.
J. — ¡Un Señor—Un rey! Zacarías 14:9.
V. — Gobernando con vara de hierro, Salmos 2:1-12.
S. — Gobernando desde el trono de David, Isaías 9:6, 7