«Caña aromática» para Dios
Lectura: Isaías 43:19-28
No compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios….
Isaías 43:24.
Nuestras ofrendas a Dios deberían ser algo más que una «propina» que le damos los domingos del dinero que nos sobra después que pagamos las cuentas. Deberían ser también todos los actos de devoción que implican esfuerzo y sacrificio.
En la lectura bíblica para hoy, el pueblo de Dios no había aprendido esta lección. No le ofrecieron «caña aromática» (Is. 43:24), una dádiva que hubiese exigido sacrificio propio.
Según Jeremías, esta costosa delicadeza provino de «tierra lejana» (Jer. 6:20). Era uno de los ingredientes que Dios ordenó usar a Moisés en la fórmula del santo aceite de la unción (Éx. 30:23), y era usado en el santuario para producir un sacrificio de olor fragante. Un israelita que llevaba caña aromática expresaba una especie de ofrenda sacrificatoria que agradaba a Dios.
Escudriña tu corazón con esta pregunta: ¿se caracteriza mi vida por actos de autonegación, ofrendas de caña aromática que significan mucho para el Señor? ¡Cuánto debe contristarse el Salvador cuando no le ofrecemos adoración ni dádivas que proceden de nuestro corazón!
No te conformes con salir del paso con una ofrenda y un servicio mínimos. Ofrécele al Señor la caña aromática de una vida sacrificatoria fervorosa.
El sacrificio propio
es la verdadera medida
de nuestra ofrenda.
–HGB/NPD