Batallando la Incredulidad del Desánimo
Por John Piper (Transcripción de audio del sermón.)
Salmos 73:21-26
Cuando mi corazón se llenó de amargura y en mi interior sentía punzadas, entonces era yo torpe y sin entendimiento; era como una bestia delante de ti. Sin embargo, yo siempre estoy contigo; tú me has tomado de la mano derecha. Con tu consejo me guiarás, y después me recibirás en gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti? Y fuera de ti, nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre.
Quiero que por tan sólo unos minutos centren su atención en el versículo 26 – «Mi carne y mi corazón pueden desfallecer» – porque esa es la definición de desánimo con la que quiero que trabajemos. ¿Ven las tres partes de esa frasecita «mi carne y mi corazón desfallecen»?
«Mi carne» – que significa que hay un componente físico en el desánimo. ¿No es la verdad? El cuerpo se debilita, hay fatiga, hay un sentimiento de apatía y letargo.
En segundo lugar, «y mi corazón» – que significa que hay una dimensión espiritual emocional del desánimo. Nuestros corazones están desalentados, desanimados, tristes, consumidos.
En tercer lugar, «desfallecen.» La palabra significa llegar a un fin, estar agotado, carecer de recursos. Es como si tu vida fuera un tanque, dentro del cual esta el agua que tú necesitas para refrescarte. Y alguien removiera el tapón en la parte inferior y esta se escapara en su totalidad. Esta palabra en hebreo (Kala) significa llegar a una final, estar agotado, carecer de los recursos para enfrentar los problemas y la vida.
¿Es el Pecado Fuente del Desánimo?
La pregunta ahora es, ¿es la incredulidad la raíz de esa experiencia de desánimo? Y con diez minutos para predicar aquí, estoy pasando mucho por alto. La respuesta es sí y no.
En otras palabras, no es simple. Pero yo voy a escoger una frase simple, una que viene de las Escrituras, porque necesitamos guías claras y sencillas de acuerdo a las cuales debemos vivir. Creo que esta frase es sencilla y cierta: la incredulidad es la raíz de haberle dado paso al desánimo.
No voy a entrar a discutir el origen del desánimo, porque es muy complejo. Dondequiera que sea su origen, la resignación, la aceptación, el no dar la batalla espiritual para combatirla, y la negligencia en colocarnos la armadura de Dios, se fundamentan en la incredulidad. Ahora, quiero ilustrar esto brevemente mirando el Salmo y luego a Jesús.
«Pero Dios …»
El Salmo 73:26 contiene esta verdad: «Mi carne y mi corazón pueden desfallecer.» Dice literalmente, «desfallecen», no «pueden desfallecer». No hay un «pueden» implicado en este verbo hebreo. Dice sencillamente, «Mi carne y mi corazón desfallecen, estoy desalentado, estoy desanimado, estoy a punto de perder la razón». Y luego viene el contraataque espiritual en la siguiente frase: «pero Dios».
Así que aquí tenemos a este hombre. Le removieron el tapón de la parte inferior del tanque de su vida. Su corazón y su carne están casi agotados, y él dice- quizás con su último aliento-«pero Dios es la roca (o fortaleza), en mi debilidad, en mi desfallecimiento y mi porción es para siempre.»
Por lo tanto mi punto es, que de dondequiera que provenga este desánimo, es la incredulidad la que no dice “pero Dios.” Es la incredulidad la que no pone resistencia. Es la incredulidad la que no tiene el escudo de la fe y la espada del Espíritu y batalla. Esto podemos decirlo con claridad basados en la Escritura. «Mi cuerpo esta herido, mi corazón es casi muerto, y por por la razón que sea no voy a ceder. Voy a confiar en Dios a pesar de que carezco de fortaleza.»
Salmo 19:7, «La ley del SEÑOR es perfecta, que restaura el alma.» La palabra de Dios es dada para reactivar las almas. Las almas de los santos necesitan ser restauradas y revividas. Esto significa la palabra de Dios ha sido dada para restaurar el ánimo cuando el desánimo llega.
Satanás vs el Hijo de Dios
Vayamos a Jesús. Veamos Mateo 26:36 y siguientes. Quedémonos con Jesús durante unos minutos en Getsemaní. Acabamos de celebrar la Cena del Señor. Unas horas más tarde Jesús está en Getsemaní y lo que esta pasando allí, es quizás la lucha espiritual mas grande en la que un alma humana haya podido incurrir o podría incurrir.
Satanás, sin duda, se ha acercado. ¿Recuerdan lo que dice después de que Jesús fue tentado en el desierto? «Se aparto de él hasta un momento más oportuno.» ¿Cuándo creen ustedes que fue ese momento? Yo creo que en ahora. Y creo que él no solo se acercó. Puedo apostar a que reunió a todos los miembros más poderosos de su malvado ejército. Pueden estar seguros de que los dardos de fuego que Pablo menciona en Efesios 6 salieron despedidos en descargas en contra del alma del Hijo de Dios en tanto que él se arrodillaba luchando por su fidelidad.
Observe el versículo 36:
Entonces Jesús fue con ellos a un lugar llamado Getsemaní, y dijo a sus discípulos, «Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.» Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces él les dijo: «Mi alma esta muy triste, hasta la muerte.»
¿Qué está pasando aquí?, ¿Por qué Jesús es tan afligido, atribulado y triste?
Juan 12:27 dice «Ahora mi alma se ha angustiado; y ¿qué diré: ‘Padre, sálvame de esta hora’? Pero para esto he llegado a esta hora.» Yo creo que el texto nos indica cual era la naturaleza de la tentación. Satanás estaba disparando descarga, tras descarga a la mente de Jesucristo. Y llegaron a su mente pensamientos de Satanás, tal y como, «Este es un callejón sin salida. El calvario no es más que un agujero negro. Va a doler como jamás le ha dolido a ningún ser humano, y estas granujas no valen la pena, etc.» Estos pensamientos provenían del malvado corazón de Satanás e iban a la mente del Hijo de Dios.
Satanás quiere crear en Jesús un espíritu de desánimo que se hunda en una resignación sin ninguna oposición y dice «No va a funcionar, no hay razón para avanzar nunca más.» Ahora quiero que pensemos por un minuto acerca de esta batalla, y la comparemos con los discípulos.
No Se Turbe Vuestro Corazón
Jesús es un hombre sin pecado. De acuerdo con Hebreos 4:15 y 2 Corintios 5:20 él nunca pecó, ni en pensamiento, emoción, u obra. No tuvo pecado. Esto significa que la agitación emocional que estaba experimentando en este momento, es la respuesta adecuada para el tipo de tentación extraordinaria que estaba experimentando. El pensamiento demoníaco de que el Calvario es un agujero negro sin sentido, vacío y sin propósito, es tan horrendo que debería provocar un gran shock, en el alma del Hijo de Dios, así como en la de ustedes y la mía.
Es como una bomba. Satanás deja caer bombas en el mar tranquilo de nuestras vidas. Y si se trata de una bomba atómica, en el momento en que esta explota, crea una onda masiva de shock que golpea antes de que las ráfagas mortíferas comiencen a abrirse paso en la vida de las personas. Esto es lo que yo diría que en la vida de Jesús no es pecado. La onda de shock de la tentación satánica de que la muerte del Hijo de Dios sería inútil es tan poderosa que lo golpea, lo tumba.
Ahora, lo increíble acerca de esto es que la palabra utilizada aquí, que él estaba turbado, es la misma que se utiliza para los discípulos. Sin embargo Jesús les dice a los discípulos, «No se turbe.» Juan 14:1, «No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí.»
O en Juan 14:27, «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.» Cuando lo leí ayer, me dije, “Espera un minuto. Hay algo que tengo que entender. Estoy diciendo que el Hijo de Dios, que no tiene pecado puede turbarse—misma palabra—pero él le dice a los discípulos que no se turben.” Es como si Satanás estuviera dejando caer una bomba, la misma bomba sobre la experiencia que tuvieron Jesús y los discípulos.
Ellos estaban a punto de desanimarse porque Jesús se iba a ir y parecía que ellos iban a volver a pescar de nuevo. Aquí no hay Reino. Esto es algo inútil. Nada bueno ha sucedido y ahora quien pensábamos era nuestro mejor amigo y Señor se ha ido. Y Jesús dice, «No, no se turben,» y, sin embargo, él estaba turbado.
¿Es esto una contradicción? ¿Está bien que Jesús se turbe y no está bien que los discípulos se turben? No creo que haya contradicción alguna. A continuación A continuación les explico como lo relaciono.
A los discípulos Jesús les está diciendo, «Cuando una bomba caiga en su vida y Satanás le de un pincelada de color a la onda de shock con el negro de la desesperanza, no se rindan. Crean.» En otras palabras, él les dice,»contraataquen, no dejen que se turbe vuestro corazón, ataquen, crean en Dios, crean también en mí». Él no esta diciendo que esta primera onda de shock que puede golpearle o halar el tapón de su vida, no va a llegar. Él esta diciendo, «contraataquen, crean, tomen mi paz, escuchen lo que yo he dicho, consulten la palabra de Dios. Yo les mostraré el camino a la vida.»
Ahora, con respecto a Jesús, nadie sabía mejor que el Hijo de Dios que si no contra atacaba inmediatamente la onda de shock de tentación satánica de Satanás, acabaría con él. Es así, que para terminar quiero que miremos cuidadosamente como respondió Jesús a la tribulación de su alma y al ataque satánico a su paz con Dios. Es aquí-cinco pasos.
Combata la Incredulidad Como Cristo
A medida que menciono estos cinco pasos de Mateo 26:37 y siguientes, quiero que traigan a su mente qué es lo que más amenaza su tranquilidad, qué es lo que con más frecuencia provoca en su propia vida sentimientos de desánimo o desaliento. ¿Cuál es la bomba que Satanás deja caer con más frecuencia en su vida? Luego a medida que menciono estos cinco pasos que el Señor Jesús tomó cuando le cayó la bomba en su vida, quiero que ustedes los trasladen inmediatamente a su experiencia, porque son todos relevantes. ¿Bien? Hay cinco de ellos.
1.Jesús escogió algunos amigos cercanos para estar con él. Versículo 37: «Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse.» Pues, no se retire. Él tomó el círculo interno, sus amigos más preciados y de más confianza, y se aparto con ellos.
2.Él abrió su alma a ellos. Versículo 38: «Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte.” Me imagino que se quedaron con sus bocas abiertas, su Rey les había confesando su debilidad. Él abrió su alma a ellos.
3.Él pidió su ayuda para la batalla espiritual. Versículo 38, segunda parte: «Quedaos aquí y velad conmigo.» Otro texto dice que «orad,» y otro, «No os dejéis entrar en tentación; permaneced aquí y luchad conmigo. Luchad conmigo.»
4.Él abrió su corazón al Padre en oración. Versículo 39: «Padre mío, si es posible, pase de mi esta copa.» Esta bien orar para que la bomba que ha caído sobre su vida sea retirada. Es lo correcto. Sea lo que sea que Satanás le haya arrojado, esta bien decir, «Quítamelo, Padre. Tu eres más fuerte que él.»
5.Finalmente, su alma descanso en la soberana sabiduría de Dios. Segunda mitad del versículo 39: «Pero no sea conforme a mi voluntad, sino la tuya».
Entonces, Así que aquí está la lección. Cuando Satanás deje caer una bomba sobre la paz de su vida, las ondas del shock inicial que significan la respuesta emocional, no son necesariamente pecado. Lo que es pecado es no hacer lo que hizo Jesús cuando le cayó la bomba en el Huerto de Getsemaní. El pecado es ceder a la depresión. El pecado es no tomar la armadura de Dios. El pecado es no librar la batalla espiritual.
Pero Jesús nos muestra otra manera. No es indolora, ni pasiva. Y quiero que lo sigamos en la misma.
Una Imagen y un Plan
Permítanme resumir para cerrar.
1.Busque tus amigos de confianza. ¿Quiénes son? ¿Quiénes son tu anillo interior.
2.Abrir tu alma a ellos.
3.Pídales que luchen contigo, que declaren la guerra, que te apoyen, que velen y oren contigo.
4.Vierta tu alma al Padre.
5.Y descansa en la soberanía de su sabiduría, pase lo que pase. «Pero Dios es la fuerza de mi corazón y mi porción por siempre».
Concluyo con esta imagen. Manténganla en sus mentes. La lección de la vida de Jesús y la lección de los Salmos es la siguiente: cada cueva en la que ustedes se encuentren—deambulando, sintiendo rocas, cayendo, pisando, golpeando la cabeza—cada cueva en la que ustedes se encuentren, es un túnel que se abre en gloria. Se abre en un día como hoy en el cielo, con el sol brillando, y la hierba verde, y las aguas fluyen—siempre y cuando no sienten en la cueva y apaguen la vela de la fe.
By John Piper. © Desiring God. Website: desiringGod.org