Lectura: 1 Timoteo 3:1-10
También es necesario que tenga buen testimonio para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.
–1 Timoteo 3:7.
La negativa de Rosa Parks en 1955 de ceder su asiento en el autobús a un hombre blanco en Montgomery, Alabama, fue un momento crucial en la lucha por los derechos civiles. Por tanto, en 1994 el público se quedó pasmado cuando a Rosa, de 80 años entonces, la atracaron y le robaron en su casa. Al poco tiempo, un ciudadano reconoció al sospechoso por una foto de la policía y, junto con un amigo, lo detuvo hasta que llegó la policía.
Pero aquella exposición pública no fue buena para el nuevo héroe. Después de conceder una entrevista de TV, el FBI lo identificó como fugitivo de la justicia. Lo arrestaron por conducir el auto en que se escaparon en 1991 los responsables de un robo a un cajero automático de un banco.
Este incidente ilustra la verdad de que el pecado sin resolver le puede robar a una persona el honor de ser conocidos por hacer el bien. Por eso Pablo recalcó en 1 Timoteo 3 la importancia de que los líderes de la iglesia tengan una buena conciencia y antecedentes intachables cuando se trata de lidiar con su propio pecado. Los que desean ser conocidos por andar con Cristo deben enfrentar todo lo que podría descalificarlos para recibir ese honor y lidiar con ello.
Vivir con una buena conciencia no es sólo una obligación religiosa y moral. Es la única manera de poder andar con Cristo a la vista de un mundo que vigila.
No puedes dejar tus pecados atrás
mientras no estés dispuesto a enfrentarlos.
NPD/--MRD II