¿QUE ES LO QUE EL HOMBRE NECESITA?
SALMO 14
I. Desde el punto de individual.
II. Desde el punto de vista divino
III. Desde el punto de vista universal.
IV. Desde el punto de vista práctico.
SALMO 14
¿QUE ES LO QUE EL HOMBRE NECESITA?
En este Salmo encontramos un pensamiento estable a través de todo el Salmo. Ese pensamiento nos ha dado la base para nuestra pregunta: ¿Cuál es la necesidad del hombre? Busquemos la respuesta al razonar juntos en el Salmo para la meditación de hoy.
Así es que tenemos aquí a través de este Salmo, una pregunta y cuatro respuestas a la misma.
I. COMENCEMOS ENTONCES DESDE EL PUNTO DE VISTA UNIVERSAL Y VEREMOS CUAL ES LA NECESIDAD DEL HOMBRE.
El primer pensamiento que vamos a analizar entonces, nos lleva a meditar en tres aspectos que son: a) La identificación que el hombre hace de sí mismo. En el Vr. 1 leemos: «Dice el necio en su corazón: No hay Dios». ¿Quién es el que dice eso?: El necio en su corazón. En el libro de Isaías Cap. 40:7 dice así: «La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló sobre ella; ciertamente como hierba es su pueblo». Y en la epístola a los Efesios, en esa carta de Pablo, Cap. 2:1 encontramos esta poderosa declaración: «Y él -refiriéndose a Jesús- nos dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados…» ¿Cuál es la necesidad del hombre primeramente desde el punto de vista individual? El hombre necesita indentificarse con Dios. Porque, «Dice el necio en su corazón: No hay Dios». Es decir, que la necesidad del hombre se ve individualizada en su necesidad de identificarse con Dios, pues el hombre natural dice que no hay Dios. b) También en el Vr. 1 podemos ver que su educación no le ha servido para responder a esta necesidad. Dice la segunda parte de este versículo: «Se han corrompido, hacen obras abominables…» Se han corrompido, es decir, vemos la acción del hombre sin Dios. De esta manera podemos ver como parte de estos tres aspectos de la necesidad individual del hombre en este primer versículo, su identificación: «Dice el necio…». El necio solamente habla de lo que él cree que sabe, y según él, es que no hay Dios, y sus acciones nos muestran lo que dice. c) Dice la Escritura: «…Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien». Ese es el resultado de la sabiduría del necio. No hay quien haga bien. De esta manera podemos decir que la necesidad del hombre, desde el punto de vista individual, es una relación personal con Dios. Debemos reconocer que sin esa relación personal no encontraremos paz, no encontraremos nuestro propio ser, no encontraremos nuestro propio futuro, no encontraremos un aliciente a nuestra vida. No habrá nada de eso si no encontramos una relación con Dios. «Dice el necio…» Esa frase individualiza a la persona: En su corazón no hay Dios. Esa frase no nos da a entender su educación. Y luego leemos: «Se han corrompido…» lo cual nos da a entender la acción que realiza.
Concluímos entonces que la necesidad del hombre desde el punto de vista individual es Dios. Vamos a sugerir algo que la palabra de Dios nos enseña en relación a cómo acercarnos a ese Dios que necesitamos: En la primera carta de San Pablo a su discípulo Timoteo Cap. 2:5 él le dice: «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre…» Si rechazamos a Cristo como el mediador, el intercesor, entre Dios y los hombres, la Escritura dice que somos necios en nuestro corazón; que nuestras obras han de corromperse, querrámoslo o no, debido a la falta de identificación con Dios. Desde el punto de vista individual, la necesidad del hombre no tiene alternativa, viva donde viva, en los Estados Unidos, Canadá, México, España, donde quiera que viva, su necesidad individual es una relación personal con Dios.
II. AHORA VEAMOS LA NECESIDAD DEL HOMBRE DESDE EL PUNTO DE VISTA DIVINO.
En el Vr. 2 leemos: «Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, que buscara a Dios». Desde el punto de vista divino, la necesidad del hombre entonces es entender a Dios. El hecho de que digamos: «No hay Dios» no quiere decir que no existe. Cuando decimos «No hay Dios» la Biblia nos enseña que estamos hablando de una necesidad profunda de nuestra vida: La necesidad de comprender, de entender a Dios . Ya hemos leído el Vr. 2, y por mi parte debo confesar que antes de entender lo que Cristo era, yo lo buscaba pero no podía ver lo que Cristo era; los cristianos me decían que era mi salvador personal. ¿Salvador de qué? -decía yo. ¿Personal de qué? ¿Para qué necesito yo a Cristo? Eso es lo que primeramente desde el punto de vista divino necesitamos: Comprender. Por esta razón cuando alguien nos hable de Dios a través de la Escritura, no nos pongamos ciegos o nos aferremos a ciertos conocimientos o tradiciones que tengamos. Por el contrario escuchemos y pensemos si lo que tal persona nos está diciendo es lo que la Biblia dice. Cuando alguien nos hable de Dios llevemos nuestra Biblia, para que la persona nos muestre en ella lo que está diciendo y que veamos que es verdad a través de las Escrituras.
Jesús, orando por sus discípulos y desde luego por nosotros también, en el evangelio de Juan Cap. 17:17 dice: «Padre, santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad». Hay una sola cosa que sabemos que es verdad: La palabra de Dios, y entonces podemos apreciar que la necesidad del hombre desde el punto de vista divino, primeramente, es comprender a Dios. Resumiendo hasta aquí digamos que el hombre necesita identificarse con Dios, y luego comprender a Dios.
En el Antiguo Testamento encontramos una hermosa invitación que debiéramos hacerla nuestra: «Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar». (Isaías 55:6-7). Dios quiere que comprendamos. Por esa razón la Escritura dice: «Jehová miró desde los cielos…para ver si había algún entendido, que buscara a Dios». Y no vio a nadie que entendiera, que buscara a Dios. ¿Nos damos cuenta? Cual es la necesidad del hombre? 1) Identificarse con Dios; 2) Comprender a Dios.
III. CONTINUEMOS CON LA NECESIDAD DEL HOMBRE, AHORA DESDE EL PUNTO DE VISTA UNIVERSAL.
En el Vr. 3 leemos: «Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno». Dios nos da aquí en detalle la condición del hombre. Todos, dice, se descarriaron, se han corrompido; todos vinieron a pudrirse dice el original. Una manera muy simple; en hebreo dice: «Todos se pudrieron, están en estado de putrefacción. Además, «No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno». Dice Dios.
¿Cuál es, pues, la necesidad del hombre desde el punto de vista universal: Que el hombre debe cambiar su naturaleza buscando renovarla por medio de Dios? Hay muchas personas que son miembros de iglesias locales, cantan en el coro y tienen muchas actividades, pero…nos preguntamos: ¿Conocen esas personas realmente a Dios? ¿Conocen esas personas lo que Dios dice y hacen lo que Dios dice? Recordemos que desde el punto de vista universal, Dios dice que todos se han corrompido, que no hay quien haga algo bueno, ni siquiera uno. Así que, si hemos nacido en un hogar que afortunadamente es cristiano; cuyos padres acuden a la iglesia y viven una vida santa, eso no nos hace cristianos de por sí, ¿Sabíamos eso? La relación con Dios, decíamos al principio de nuestro estudio, es que hay una necesidad individual, una identificación, y Dios identifica a todos los individuos como necios porque dicen: «No hay Dios» Luego Dios da a conocer la necesidad que el hombre tiene desde el punto de vista divino: Comprenderlo, entenderlo, buscar a Dios. Pero ahora desde el punto de vista universal, Dios nos da la necesidad del hombre: No hay ninguno que por sus propios medios, por sus propios motivos y por sus propios deseos quiera buscar a Dios. ¿Está claro? Fijémonos nuevamente lo que dice el Vr. 3: «Todos -y eso incluye a todos los humanos- se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno». David, en esta manifestación de su escritura, nos demuestra que en la situación en la cual él se encontraba, no había uno que hiciera lo bueno. Y alguien podría decir: «Esto es desde el tiempo de la creación hasta David, pero ¿qué pasa después de David?» El Nuevo Testamento nos aclara este pensamiento y nos da una respuesta a esta pregunta. En la epístola a los Romanos Cap. 3: 10-12, Pablo hace mención a este versículo del Salmo cuando dice: «Como está escrito: No hay justo, ni aún uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles…» ¿Qué os parece? Pablo toma ahora la Escritura del Antiguo Testamento, la certifica y la hace valedera para esta época presente del Nuevo Testamento. Debemos decir que lo que este Salmo establece para el tiempo de David, aun perdura en el tiempo presente.
IV. AHORA BIEN, ¿CUAL ES LA NECESIDAD DEL HOMBRE DESDE EL PUNTO DE VISTA PRACTICO?
Fijémonos lo que dice el Vr. 4: «¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad, que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, y a Jehová no invocan?» Desde el punto de vista práctico, la necesidad del hombre se ve en la parte final de este versículo: «…a Jehová no invocan», es decir, ignoran a Dios. En una palabra, la necesidad del hombre es que debe reconocer a Dios. El hombre en su estado natural ignora a Dios. Aun nosotros los cristianos sin darnos cuenta, hemos ido a comprar algo importante, por ejemplo, sin haber orado. ¿No es esto ignorar a Dios? Pero muchos dirán: ¿Vamos a orar por cada cosa? Respondemos: ¿Qué es lo que dice Pablo a los Tesalonicenses? Orad sin cesar» (1 Ts. 5:17). Es decir, siempre.
Yo recuerdo cuando estaba en la Argentina visitando a mi familia hace unos cinco años. El hermano de mi esposa, su familia, mi esposa, mi hija y yo, íbamos a ir de la ciudad de Buenos Aires a la ciudad de La Plata aproximadamente 60 kilómetros, y habiéndome acostumbrado en los Estados Unidos, donde sesenta kilómetros es lo que yo viajo desde mi casa hasta el estudio de la Radio todos los días y después más para la visitación de la membresía de la iglesia y demás, no me parecía una cosa por la cual yo debía orar. Pero mi cuñado, el hermano de mi señora, inclinó su rostro antes de sentarse al volante de su automóvil y entonces oramos antes de salir. Y la verdad que doy gracias que él oró, porque el tráfico de Buenos Aires es muy distinto que el de aquí en los Estados Unidos. Necesitábamos esa oración para protegernos en esos sesenta kilómetros. Pero, ¡qué hermoso es depender de Dios! ¿No es cierto? No ignorar a Dios ni aun en los detalles más pequeños de nuestra vida. Aquello me quedó en la memoria; hace ya cinco años que pasó; mi hija y yo lo recordamos siempre. Inclusive la esposa del hermano de mi señora, recitó el Salmo 23 y a mí me pareció algo fantástico. Un hogar que dependía de Dio en circunstancias simples, pero que también eran circunstancias de Dios.
Fijémonos nuevamente, ¿cuál es la necesidad del hombre desde el punto de vista práctico?: La primera necesidad es el reconocimiento de Dios. El Vr. 4 al final dice: «…Y a Jehová no invocan?» Ignoran a Dios. ¿Podríamos vivir veinticuatro horas ignorando a Dios? Si lo hemos hecho, sin duda que ese día debe haber sido muy miserable para nosotros. Pero qué hermoso es cuando podemos decir que desde la mañana hasta el acostarnos, en nuestra mente corrió el pensamiento de nuestro Dios.
El segundo punto práctico que debemos aprender, es que el rechazar el conocimiento de Dios en nuestra vida, es rechazar a él mismo. Y esto lo podemos ver en el libro del profeta Oseas Cap. 4:6. La palabra de Dios nos dice allí lo siguiente: «Mi pueblo fue destruído, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos». Es muy importante el reconocimiento de Dios. Prácticamente nuestra vida depende de ello.
¡Qué hermoso es este Salmo! ¿Verdad? En este Salmo hemos visto la necesidad del hombre desde el punto de vista individual: Su identificación con Dios. Desde el punto de vista divino: La comprensión de Dios. Desde el punto de vista univeral: La necesidad de reconocer y de mirar a Dios. Y desde el punto de vista práctico: Reconocer a Dios y aceptar su poder en nuestra vida.
Ahora preguntémonos: ¿Cuál es nuestra reacción? ¿Diremos como el necio en su corazón: «No hay Dios»? O diremos como David en el Vr. 6: «Jehová es su esperanza». Debemos elegir: ¿Nos identificaremos con el necio o nos identificaremos con Dios? Dios nos dé gracias para inclinar nuestro corazón a lo correcto.
(Programa Radial con Gabriel Otero)
Yo encontre esta pagina y estaba mirando un video que decia «puede el cristiano estar poseido?» o algo asi pero como tenia prisa lo lei muy rrapido. me gusto mucho y cuando trate de verlo otra vez ya no lo encuentro. pueden decirme como hago para volver a verlo?
Puedes verlo en: http://www.youtube.com/watch?v=Q1P0qppA3gg
Tambien lo puedes ver aqui en: http://www.ibws4u.com/?p=7929
Bendiciones