Lectura: Salmo 57
Y en la sombra de tus alas me ampararé….
Salmo 57:1.
Antes de salir para la batalla, el soldado revisa una y otra vez su arma para cerciorarse de que funciona normalmente.
El policía se pone su chaleco táctico y su casco y alza su protector balístico a medida que se acerca a una casa en un allanamiento por drogas.
La única creyente en el equipo de baloncesto sabe que va a ser objeto de un rudo trato después de hablar claramente del Señor. Se prepara para la persecución apartándose antes para estar a solas con el Señor. ¿Por qué? Porque sabe que su seguridad está en Dios.
Esta joven creyente ha aprendido lo que David descubrió hace muchos años. Escribió el Salmo 57 mientras se escondía en una cueva del asesino rey Saúl. David sabía que su seguridad no estaba en la cueva, ni en su astucia, sino en Dios. Es por eso que escribió: «Y en la sombra de tus alas me ampararé» (v. 1). Se sentía seguro (v. 7), y cantó alabanzas a Dios cuando todo hubo acabado (v. 9).
Cuando nos enfrentamos con oposición, a veces tratamos de manipular a la gente o de arreglar las circunstancias para cerciorarnos de que estamos seguros. Pero tenemos que aprender que nuestra protección no está en defensas hechas por el hombre. ¡Dios es nuestra verdadera fuente de seguridad!
No hay vida más segura que la protegida por Dios.
--DCE/NPD