Lectura: Romanos 10:1-17
¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz….
Romanos 10:15.
En 1983, a la edad de 16 años, una chica inglesa comenzó una caminata de once años alrededor del mundoÉ ¡a pié! ¿Por qué? Ella contestó: «Tenía que encontrarme a mí misma.»
En caso de que pienses que no podrías o que no emprenderías un viaje como ese, un podíatra de Washington, D. C. nos informa que ya lo hemos hecho. Afirma él que la persona promedio recorre más de cuatro veces la circunferencia de la tierra en el espacio de una vida.
¡Eso es mucho caminar! Pero, ¿adónde nos llevan nuestros pies y por qué?
En Romanos 10, Pablo escribió acerca de los pies de aquellos que llevan el evangelio a donde van (v. 15). Dijo que a menos que alguien vaya y hable a otros de Jesús, no escucharán y no serán salvos.
Con eso en mente, podemos caminar con una causa: no encontrarnos a nosotros mismos sino ayudar a otros a encontrar a Cristo. Por esa razón, Dios recluta nuestros pies, y ¡hasta los llama hermosos!
Pero, ¿ qué podemos decir de personas como Joni Eareckson Tada, que no puede caminar? Ella testifica: «He aprendido que uno puede estar en una silla de ruedas y aún así ¡andar con Jesús!» Sí, todos los creyentes pueden vivir para Jesús dondequiera que vayan. Nuestras vidas pueden ser un brillante testimonio del poder y la verdad del evangelio.
¿Dónde te llevarán tus pies hoy? ¿Cómo divulgarás las buenas nuevas acerca de Cristo?
Amar a los perdidos es el primer paso para llevarlos a Cristo.
--JEY/NPD