Lectura: Hebreos 11:32-40
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso….
Hebreos 12:1.
Puede que nunca les aplaudan públicamente. Sólo un puñado de personas podría alabarlos. En realidad, pueden ser criticados o castigados por necios o incluso pobres de espíritu. No obstante, son los héroes olvidados que actúan como la sal que preserva a la sociedad de una total corrupción.
Michael Weed, del Instituto de Estudios Bíblicos de Austin, Tejas, identifica a algunas de estas personas que nunca aparecerán en televisión pero que deben estar en el Salón de la Fama de la humanidad. Una de esas personas, «aunque ha sido difamada fieramente y mal entendida, se niega a desalentarse o a defenderse». Otra es la «persona que, a pesar de amargas desilusiones, sigue alabando a Dios por ser el Dador de toda buena dádiva».
Dios tiene muchos héroes que no son aclamados en la tierra. Hebreos 11:35-40 menciona a algunos de esos héroes no identificados. El autor no da sus nombres, pero están registrados individualmente en el libro de la vida (Fil. 4:3).
Puede que no seamos llamados a pasar nuestros días en servicio sacrificatorio ni a sufrir valientemente un martirio. Pero en nuestro lugar de responsabilidad podemos escoger ser fieles seguidores de Cristo. Puede que no escuchemos el aplauso de este mundo, pero un día seremos recompensados en el cielo.
Tu nombre en el cielo no se basa en la fama que tengas en la tierra.
--VCG/NPD