La mayoría de nosotros conocemos las estadísticas actuales que revelan que existe un aumento en el número de casos de explotación infantil vinculados con la Internet. Las compañías de cable tienen un incremento en sus ingresos que proviene de una programación sexualmente explícita, y el contenido sexual en el horario de máxima audiencia televisiva ha alcanzado más del triple en los últimos 10 años.
Sin embargo, estos datos no muestran cómo algunos niños están mejorando su aprendizaje gracias a la Internet. Gracias a los avances en la tecnología, amigos y familias que están separados por la distancia se mantienen en contacto por medio del correo electrónico y los mensajes instantáneos, y algunos padres realizan su trabajo en su casa, lo cual les permite estar con sus hijos. Ya se trate de papá o mamá, el desafío consiste en hallar el equilibrio correcto en el uso de esta tecnología por parte de su familia.
¿Cuánta de esta tecnología utiliza usted o alguno de su familia: la televisión, los videojuegos, el teléfono celular, el asistente digital personal, la grabadora de vídeo, la computadora, la Internet, el correo electrónico, los mensajes instantáneos, o alguna otra cosa?
¿Se siente usted ocasionalmente descontrolado o abrumado por el equipo electrónico que se halla ahora a nuestra disposición? La tecnología o cualquier otra cosa pueden distraerlo a usted del tiempo que puede pasar creciendo en su andar con Dios, edificando las relaciones de padre a hijo, y enseñándoles a sus hijos que conocer a Dios es lo más importante que jamás harán. ¿Cuánto tiempo pasa usted junto a sus hijos, mientras éstos exploran la autopista de la información o miran la televisión? Éstas, sin supervisión, pueden convertirse en niñeras involuntarias, y expondrán a sus hijos a ciertas cosas que usted a lo mejor no querrá que aprendan. (Filipenses 4:8)
La Internet posee una cantidad enorme de información y la exploración en línea ha abierto un mundo de posibilidades para todas las personas. Aunque esto pueda tener muchas ventajas, se necesita también tener precaución y discernimiento.
A usted no siempre le será posible controlar y ordenar lo que sus hijos ven en la Internet o la televisión, o lo que leen en libros y revistas; no obstante, usted es responsable ante Dios de guiar y dirigir a sus hijos en los caminos de Él (Proverbios 22:6).
Los hijos son un don de Dios (Salmo 127). Éstos, por lo que se ve, vienen sin un manual de instrucciones, pero la clave del éxito está en la palabra de Dios. Cuando Dios sea el centro de su familia, sus relaciones tendrán un vínculo que sólo es posible con corazones que lo van siguiendo a Él de cerca.
Es responsabilidad suya como padre el fijar límites a sus hijos. En el libro: Cómo conservar a sus hijos en su equipo, el Dr. Stanley nos dice por qué esto es tan importante. Él dice: “Dios no sólo es claro en cuanto a lo que Él espera que sus hijos hagan y por qué, sino también en lo que Él hará si éstos no obedecen”.
Fije límites a sus hijos (Efesios 5:3-4), explique sus razones para estos límites (Deuteronomio 23:14) y ponga en claro el hecho de que la desobediencia traerá consecuencias (Deuteronomio 17:25).
Se requiere de esfuerzo y paciencia para conservar a sus hijos en su equipo. Aquí tenemos algunas ideas que pueden ayudarle a mantener el equilibrio en cuanto al uso de la tecnología.
Pase tiempo con sus niños cuando se encuentren en la Internet o viendo televisión. Esto le ayudará a estar al tanto de lo que están mirando o lo que les interesa. Tómese luego un tiempo para hablar y escuchar lo que es de importancia para ellos.
No se intimide por el uso de nueva tecnología. Aprenda junto a sus hijos y no los prive de la oportunidad de enseñarle a usted cosas que quizá ellos sepan.
Confeccione un reglamento claro para el uso de la tecnologia. Los límites son útiles para conservar la paz y la armonía en su hogar.
uInvierta menos tiempo mirando la televisión o navegando en la Internet. Este tiempo adicional con sus hijos les demostrará lo importantes que son ellos para usted.
Pase tiempo con sus hijos leyendo la Biblia y orando juntos. El tiempo que ustedes pasen como familia buscando a Dios les ayudará a conservar su perspectiva y armonía.
El avance de la tecnología ha cambiado al mundo en que vivimos, aunque Dios nunca cambia. Hebreos 13:8 dice: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”. No tenemos por qué recurrir a la nueva tecnología para solucionar nuestros problemas. Sea cual sea la dificultad a que ustedes se enfrenten como familia, Dios está obrando para llevar a cabo su propósito.
Aunque puede que siempre existan nuevas tecnologías, sus hijos no siempre podrán estar bajo su orientación. Y usted es el responsable ante Dios de sus hijos y de su bienestar espiritual, mental y físico.
Como padre, o madre, usted puede sacrificarse para proporcionarles a ellos lo mejor; sin embargo, lo que podrá producirle a su hijo la mayor felicidad o el mayor éxito no será el aparato más reciente. Solamente la realidad de Cristo en sus vidas puede hacer eso.
Ya sea que su familia haga uso de cierta tecnología o ninguna, eso no es significativo. Lo que importa es que usted enseñe a sus hijos acerca de la oportunidad más maravillosa del mundo: una relación personal y consistente con Jesucristo.