Lectura: Proverbios 30:11-17
Hay generación que maldice a su padre y a su madre no bendice.
–Proverbios 30:11.
Llegó una tarjeta postal en el correo. Luego llegó otra, y una tercera. No estaban firmadas, pero me di cuenta de que venían de la misma persona: una madre ancianita que había dado todo por su hijo, pero que estaba recibiendo a cambio un cruel abuso.
La señora escribió: «¿Podrían publicar algunos artículos sobre cómo deben los cristianos tratar a sus padres ancianos y viudos? He sido víctima de abuso verbal y físico por parte de un hijo que profesa ser cristiano.»
Pensar en una tragedia así en el Día de las Madres puede dar un nuevo significado a este tiempo especial. Este es un día para celebrar lo bueno de la maternidad. Es nuestra oportunidad de decir gracias a aquella que alivió nuestros dolores y aplaudió nuestros buenos momentos. Este es un tiempo para honrar a las madres por ser una luz que guía, una mirada que calma, una guerrera que pelea por lo justo.
Pero no te limites a un solo día del año. Si vives aún con tus padres, alábala todos los días y ofrécele ayuda. Si has dejado el hogar, llama y visita con frecuencia. Expresa tu amor y tu aprecio a menudo. Te toca a ti ahora satisfacer las necesidades de tu madre.
Piensa en tu relación con tu madre. ¿La tratas como a alguien especial?
EL HOMBRE QUE TIENE UNA MADRE PIADOSA
NO ES POBRE. –Lincoln
NPD/--JDB