SERIE DE ESTUDIOS BIBLICOS: Los 10 Mandamientos.
ESTUDIO 5: «PRESERVANDO NUESTROS HOGARES»
EXODO 20: 12
«Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da»
Estamos desarrollando una serie de estudios sobre los «Diez Mandamientos». Al hacerlo hemos encontrado que los mismos nos están hablando acerca de puntos importantísimos de nuestra vida.
El quinto de los mandamientos lo he titulado, «Preservando nuestros hogares.» «Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da».
Este mandamiento nos habla de la fórmula que Dios nos ha dejado para preservar nuestros hogares, una fórmula perfecta, una fórmula que no ha podido ser mejorada por el hombre a través de los años.
Debemos recordar que los Diez Mandamientos no son meramente un episodio en la vida del Antiguo Testamento, pero sí podemos decir que son la copia fotográfica para ser usada permanentemente cada vez que busquemos la felicidad.
La obediencia a ellos nos lleva a una armonía perfecta con el propósito de Dios y también en nuestra relación con aquellos que nos rodean, pues la santidad y la felicidad son inseparables. Recuerde esto, la santidad y la felicidad son inseparables. La ley fue primeramente dada a Israel como la base indispensable para su redención. En Exodo 20:2 leemos: «Yo soy Jehová tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre». La ley ha abierto nuestros ojos y cerrado nuestras bocas y nos ha dejado sin excusa.
Ahora bien, la gran revelación del Nuevo Testamento, el Evangelio viene a irradiarnos esperanza, pues Pablo en Romanos 10:4 dice: «Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia, para todo aquel que cree».
El es el cumplimiento de la ley, nuestro libertador. Nosotros podemos ir a El a través de la fe y consecuentemente Dios nos justifica sin los méritos de la ley. Teológicamente esto se llama una justicia imputada, lo cual significa que nuestra relación para con Dios es establecida, esto es por supuesto el comienzo. De esta manera podemos decir que El nos imparte vida y esa vida impartida por El entonces nos imparte justicia, que significa una relación con Dios que debe ahora desarrollarse.
Consecuentemente mi obediencia a la ley de Dios, no es inspirada por términos legales, pero si lo es por amor y tiene el poder de Dios a través del Espíritu Santo. ¿Podría usted decir que la gracia predicada en el Nuevo Testamento nos permite una norma de vida inferior a la del Antiguo Testamento? De ninguna manera ¿verdad? En realidad la norma de vida del Nuevo Testamento, la ley de vida en la gracia es mayor que el tipo de vida impuesto en el Antiguo Testamento. Lo trágico de esta situación es que en la mente de los teólogos liberales existe una gran preocupación por la ética cristiana pero no por el fundamento cristiano. Hay una tremenda necesidad demostrarla ética cristiana como parte de nuestro fundamento y no independientemente de nuestro fundamento.
Quisiera mostrarles ahora el maravilloso secreto que este mandamiento número cinco encierra y que encontramos en Exodo 20:12, «Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da».
Tres cosas quisiera que usted tenga en mente y que nos va a dejar como enseñanza este quinto mandamiento:
1) El significado del mandamiento.
2) La interpretación de este mandamiento.
3) La práctica del mandamiento.
Tres puntos importantes en el análisis de este mandamiento. Comencemos con el primer punto: El significado de este mandamiento. Dice el versículo 12 de Exodo 20, «Honra a tu padre y a tu madre para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da» ¿Cuál es el significado de este mandamiento?
Los primeros cuatro tenían que ver con nuestra relación con Dios. Los que restan tienen que ver con nuestra relación con aquellos que nos rodean. Yo pienso que es significante que este mandamiento aparezca en el lugar en que lo encontramos, la familia fue la primera institución que Dios creó. La sociedad es la familia proyectándose y amplificándose. Es en el hogar donde cada uno de nosotros es preparado y entrenado para tomar un lugar de responsabilidad en la sociedad que nos rodea y consecuentemente el hogar es de suma importancia y no puede ser subestimado.
Este mandamiento nos hace pensar en la verdadera raíz de nuestro problema y no solamente se refiere a nuestros hijos sino que se refiere a toda la familia.
Miremos a este mandamiento de una manera especial, «Honra a tu padre y a tu madre» La palabra honra significa reverencia. Prestar reverencia a nuestro padre y a nuestra madre. Los padres son puestos en este mandamiento en el lugar de Dios con respecto a los hijos. El acto supremo concierne a los hijos que deben de mirar a sus padres como a la persona de Dios misma y los adultos deben de mirar a lo que Dios es para poder manejar a sus hijos. Dios es el dador de la ley, Dios es amor, Dios provee, Dios guía y así podríamos enumerar uno tras otro lo que Dios es. Lo que nuestro Señor es para con nosotros, nosotros tenemos que ser para nuestros hijos, por lo tanto el hijo debe de responder a esa relación que encuentra, de una manera respetuosa con su familia. Feliz es el hijo que aprende a honrar y a amar a Dios desde pequeño y felices son los padres que aprenden a amar a Dios y que también aprenden a guiar a sus hijos a través de la Palabra de Dios. La palabra honra no es para nuestros hijos solamente, no, honrar significa mucho más que obedecer, la obediencia está incluida por supuesto pero el tiempo para que un hijo honre a sus padres, para que un muchacho o una chica que han llegado a la edad de tomardecisiones honren a sus padres, representa para ellos felicidad.
El niño es llamado a obedecer a aquellos que él ama. Cuando el tiempo llega para que él pueda tomar sus propias decisiones nunca debe de dejar de honrar a sus propios padres. Esa honra debe ser reflejada a través del amor y devoción para con sus padres, donde hubo obediencia el honor nunca falta.
La promesa de una vida larga en este mandamiento, fue hecha a una nación que estaba marchando hacia una tierra prometida, sin embargo el mandamiento es probado en una forma real, pues el resultado de un carácter donde se encuentra el hábito de obediencia, es una larga vida mientras que en aquellos que se manifiesta un carácter de rebelión también se encuentra corta vida.
El obedecer a nuestros padres terrenales nos ayuda a obedecer a nuestro padre celestial.
Desde una edad temprana la Palabra de Dios significa mucho para los padres cristianos. Cuando los niños o jóvenes pueden comprobar que la oración que sus padres han hecho no ha sido solamente un momento de devoción sino que también ha sido un momento en el cual posteriormente encontraron respuestas, no es entonces difícil para esa juventud el poder confiar, amar y honrar al glorioso nombre de nuestro Señor lo mismo que lo hacen para con su padre y su madre. No interesa cuan pequeños son nuestros hijos, siempre podemos impartir en ellos un mensaje. Quiera el Señor librarnos de actuar de una manera diferente y que al hacerlo hayamos puesto en la mente de nuestros hijos un espíritu de rechazo o rebeldía.
Lo que este mandamiento significa es simplemente esto, una verdadera fe impartida a través de un verdadero ejemplo dado por nuestra vida.
En segundo lugar vamos a observar su interpretación. La interpretación la podemos hacer a través del Nuevo Testamento. Jesús corroboró constantemente este mandamiento, a través de todas sus enseñanzas. Permítame que observemos las propias palabras del Señor Jesucristo con referencia a este mandamiento en Mateo 15. La interpretación de este quinto mandamiento, «preservando nuestros hogares» tiene en los labios de Jesús características magníficas. En Mateo capítulo 15 versículos del 1 al 4 dice : «Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente». Jesús describe que nuestro deber para con nuestros padres nunca debe de ser violado si queremos agradar y servir a Dios. Esto es muy importante. Los padres tienen que comprender que tienen que disponer de tiempo para la familia. Que eso no es algo que nos quita nuestra espiritualidad, que no es algo que nos quita nuestra dedicación a Dios.
Las madres no deben de ocupar todas las horas de sus vidas y dejar descuidado el hogar. Deben de tener en cuenta que los niños no pueden llegar a un hogar que se encuentra vacío. Muchas veces nuestros hijos desean compartir con nosotros cosas en un momento inoportuno, debemos de poner tiempo para ellos, aún en el momento inoportuno. Los niños y especialmente losjóvenesdeben ver que sus actividades dentro de la escuela o dentro de la iglesia, no les tomen el tiempo que ellos deben de compartir con sus padres.
Podemos ver que la imagen del hogar en el Nuevo Testamento se encuentra centrada en la persona del padre. En Efesios 6: 1-4 encontramos instrucciones que son de mucha utilidad para nuestra vida. En el versículo 4 leemos: «Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor». El liderato del hogar es dado al padre y no está bien cuando la imagen de ese liderato está centrada en la persona de la madre. Es el padre la cabeza del hogar; es el padre el que tiene la responsabilidad de cuidar de sus hijos.
Quisiera hablarles de algo muy importante, y que está relacionado con nuestras prioridades. Debemos de reconocer, no obstante lo ocupado que estemos, no importa lo cansado que estemos, que la prioridad más importante en nuestro hogar es tener un altar familiar en donde podamos llevar nuestras oraciones en familia y al mismo tiempo podamos pedir por misioneros, por nuestros trabajos y por todo aquello que sea de responsabilidad para la vida y para la extensión del reino de Dios.
Yo pienso que deberíamos marcar una hora determinada y a dicha hora volcarnos a los pies de Jesucristo y pedirle al Señor que nos ayude con nuestras dificultades, con nuestras posibles dudas pero también pedirle a Jesús que ayude a otros. Esto es algo que nuestros hijos no se han de olvidar y que guardarán en sus corazones. Un altar familiar donde nuestros hijos y toda la familia pueda venir con libertad y pedirle a Dios que les de vida y que sean útiles para su servicio, preservando nuestros hogares.
En tercer lugar quisiera hablarles acerca de la práctica de este quinto mandamiento. Podemos decir que este mandamiento nos enseña que si queremos preservar nuestros hogares tenemos que colocar a Cristo como el centro de nuestros hogares, y debemos dejar que Su palabra, Su amor y Su ejemplo se cultiven en nuestras vidas para que otros puedan ver en nuestros hogares un hogar verdaderamente cristiano.
¿Cómo podemos prácticar el quinto mandamiento?
1) Impartiendo una fe verdadera en nuestros hijos, basada en nuestro ejemplo. Nuestros hijos han de saber que nosotros creemos en Dios, no a través de nuestros labios sino a través de nuestras vidas.
2) Debemos de tener las prioridades que corresponden en su respectivo lugar. Cristo es más importante en mi hogar que cualquier otra cosa. No hay cosa más importante que El.
3) Padres sabios son aquellos que conocen a sus hijos, hijos sabios son aquellos que honran a sus padres.
Por Manuel Otero (Family Radio)