Lectura: Salmo 119:161-168
Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.
—Salmo 119:165.
Mark Twain dijo una vez que podemos darnos cuenta de si algo que hicimos es moralmente bueno si «nos sentimos bien después». Pero si después de lo que hicimos «nos sentimos mal», es porque era moralmente incorrecto.
Esta afirmación se puede entender de dos formas. Una es que la conducta buena o mala puede producir sentimientos buenos o malos. Eso es verdad. La otra es que los sentimientos determinan lo que es bueno o malo. Un escritor secular demostró la falsedad de esta interpretación cuando dijo, irónicamente, que le gustaba la declaración de Twain porque implicaba que hemos de intentar las cosas al menos una vez para saber si son buenas o malas.
Los sentimientos no son indicadores confiables de la conducta moral. La única norma digna de confianza es la Palabra de Dios, la Biblia. El obedecer los mandamientos de Dios a veces va en contra de nuestras emociones. Por ejemplo, no es nuestra tendencia natural perdonar a otros. Sin embargo, sabemos que eso es lo que Dios quiere que hagamos (Mt. 6:14, 15).
Cuando crecemos en nuestro amor a Dios y sus leyes y cuando la obediencia se convierte en un patrón de vida, obtenemos el sentido de la aprobación y la presencia de Dios. Esto da como resultado buenos sentimientos fundamentados en la verdad. El salmista lo llamó «mucha paz», la cual pertenece a aquellos que aman la ley de Dios.
¿Cómo te sientes acerca de tu conducta?
Para sentirte bien contigo mismo
haz lo que agrade a Dios.
-HVL/NPD