¿CUÁNDO CONTESTA DIOS NUESTRAS ORACIONES?
«Pedid, y se os dará, buscad… llamad… Porque todo aquel que pide, recibe, y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá» Mateo 7:7-8.
La mayoría de nosotros oramos en un tiempo o en otro. Y aun, muchos cristianos sienten que sus oraciones no tienen respuesta. ¿Cómo nos sentiríamos si tuviéramos una respuesta a todas nuestras oraciones? Las tenemos, ¿no es así? Dios actúa en relación con la oración. Sus respuestas pueden ser «no», «espera» o «sí». Jesús respondió a los pedidos de otros. Leemos el relato en Juan 11 acerca de Jesús cuando fue a la tumba de Lázaro, que había estado muerto por cuatro días. El oró y llamó a Lázaro que saliera de la tumba, y él lo hizo. Aquella fue una respuesta a una oración grande y poderosa. Y Dios puede responder a nuestras oraciones si ellas son tan grandes como una montaña o tan pequeñas como las hagamos.
Se pueden mencionar muchos pasos para lograr respuestas a las oraciones, pero miremos a los tres pasos que, si son seguidos realmente en nuestras oraciones, harán que nuestras oraciones sean respondidas:
I. DIOS RESPONDE A LA ORACIÓN CUANDO PERSISTIMOS EN LA ORACIÓN
¿Esto significa que debemos orar acerca de un pedido específico más de una vez? Sí, eso es. Muy frecuentemente dejamos de orar sin ir nuevamente una segunda y una tercera vez. En Mateo 7:7-8, Jesús dice realmente: «Continúa pidiendo… continúa buscando… continúa golpeando.» ¿Qué les parece si ponemos en práctica el plan P. B. G.? Pidiendo, Buscando, Golpeando. El dice que la respuesta viene si no paramos, sino que persistimos en la oración. ¿Por qué orar una y otra vez?
1. Persistir con Seriedad. Necesitamos persistir en la oración para mostrar que realmente somos serios en cuanto a nuestro pedido. Si no tomamos un «no» como respuesta, Dios ve que realmente estamos interesados, En el pasaje paralelo en Lucas 11, Jesús nos cuenta acerca de un hombre que va a su vecino tarde en la noche para pedirle tres panes prestados. El llama y dice que alguien ha llegado a visitarle y que el visitante necesita pan para comer antes de ir a dormir. El hombre golpea en la puerta del vecino. Al principio, el vecino lleno de sueño no quiere levantarse. Pero dado que los golpes continúan y temiendo que todos en la casa se despierten, el hombre se levanta y le da el pan al vecino. Y Jesús dice que si continuamos clamando ante Dios, él responderá. ¿Quiere usted en serio que Dios sane a alguien de su familia? ¿Necesita un trabajo o un aumento en su sueldo? ¿Quiere que su iglesia crezca? Entonces, muestre a Dios que usted quiere eso persistiendo en la oración.
2. Persistir a Pesar de los Obstáculos. Necesitamos persistir en la oración para vencer los obstáculos que pueden estar en el camino de las respuestas. Tenga en mente el texto: «Pedid… buscad… llamad.» Si usted está orando por una determinada persona o familia para que venga al estudio bíblico o al culto, ¡continúe con esa oración! Alguien puede llegar a visitar a la persona que usted quiere que venga a la iglesia justo antes de la hora de la reunión. De modo que siga orando para que Dios pueda vencer todos los obstáculos. 0 puede que la persona sienta un tremendo dolor de cabeza al venir en camino o justo a la hora del culto. Continúe orando a Dios para que impida al diablo el poner piedras en el camino.
Tenemos una historia fabulosa acerca de esta clase de problemas en el capítulo 10 de Daniel. El profeta había estado orando por tres semanas -¡veintiún días! Eso es oración continua. Dios envió a un mensajero del cielo para hablarle a Daniel en cuanto al fin de la historia. Daniel continuó esperando una respuesta. En el día veinticuatro del mes llegó el mensajero. Dijo a Daniel que él hubiera llegado antes, pero que el diablo («el príncipe del reino de Persia») lo detuvo. Finalmente, Dios envió al ángel Miguel para ayudar al mensajero, y ambos vencieron a Satanás, de modo que el mensajero pudo llegar. Continúe orando para que se quiten los obstáculos que impiden o hacen que nuestras oraciones no sean contestadas.
II. DIOS RESPONDE A LA ORACIÓN CUANDO SOLUCIONAMOS EL PROBLEMA DEL PECADO
Así como el agua no correrá libremente por una cañería que está obstruida o se ha congelado, así las respuestas a la oración no llegan cuando la vida está llena de pecado. En Salmo 66:18; 2 Crónicas 16:9 y Mateo 5:48 se habla mucho acerca de la necesidad de una vida santa. Solucione el problema del pecado.
1. El Pecado de la Duda. El pecado de la duda necesita ser solucionado. Mateo 21:22 dice que Dios nos responde cuando creemos. Pero la duda es a menudo nuestro problema. Jueces 6:36-40 cuenta la gran historia de Gedeón y sus dudas acerca de que Dios pudiera usarle. Pero la «experiencia del vellón» quitó sus dudas y llegó la victoria. Podemos conquistar nuestras dudas.
2. El Pecado del Orgullo. El problema del orgullo necesita ser solucionado. Si miramos hacia abajo a otros o nos sentimos mejor que otros, Dios no responderá a nuestras oraciones. En Lucas 18:9-14 leemos en cuanto a un fariseo que no alcanzó la respuesta a sus oraciones, pero el publicano sí lo logró. Este último no tenía el problema del orgullo.
3. El Pecado de la Impureza. El pecado de la impureza moral necesita ser solucionado. La Biblia dice: «absteneos de toda especie de mal.» Hemos de ser limpios. Dios no puede dar una respuesta o derramar sus bendiciones sobre vasos indignos.
4. El Pecado de No Perdonar. El problema de la falta de perdón debe ser solucionado. No debemos ni aun permitirnos detenernos o «estacionarnos» y pagar la tarifa para la falta de perdón, amargura, revancha, odio o envidia. Jesús dice que hemos de perdonar una y otra vez. Esté preparado para vivir con el espíritu perdonador, de modo que no pueda contar las veces en que una persona es perdonada por usted. Y hay un largo camino que andar en la avenida del perdón.
III. DIOS RESPONDE A LA ORACIÓN CUANDO DIOS ES GLORIFICADO POR MEDIO DE LAS RESPUESTAS A NUESTRAS ORACIONES
Jesús nos dice en Juan 14:13 que Dios debe ser honrado o glorificado por medio de su Hijo si la oración ha de ser contestada: «… que el Padre sea glorificado en el Hijo.»
Cuando oramos por nosotros mismos, debemos hacerlo de forma que el resultado final sea que Dios será glorificado. Podemos querer riqueza, pero si eso nos aleja de Dios, el Señor puede dejarnos vivir en pobreza. Si queremos salud, Dios puede darnos enfermedad. ¿No hizo eso con el apóstol Pablo? En 2 Corintios 12:9 se dice eso. A veces Dios puede ser honrado y su nombre anunciado por medio de las circunstancias adversas.
Sí usted necesita vida espiritual y el nuevo nacimiento, ore y pida a Dios por ello, y él responderá en el acto. Si usted necesita orar en cuanto a una vida consagrada y rendida, puede tenerla si le entrega su vida a Dios. Dios lo pondrá en el lugar que necesita estar cuando usted ore. Dios responderá a la oración.
me gustaria aprender mas y asi compartirlos a mis projimos.
les bendigo, fue de gran bendición encontrar esta palabra, me ayudará como apoyo en la enseñanza que impartiré en mi Celula