Lectura: Éxodo 20:1-17
…el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
—Juan 4:14.
Tuve el especial privilegio de pasar un tiempo en el rancho de Clyde Peterson en la parte oriental de Wyoming. Clyde cría ganado vacuno y ovejas rambouillet en una extensión de terreno de miles de acres.
Me dijo Clyde que el éxito de un rancho como el suyo, donde la hierba es escasa y soplan fuertes vientos, depende de dos factores: molinos de viento y cercas. Las cercas son esenciales porque restringen al ganado de ciertas áreas de pasto al tiempo que permiten que la hierba crezca en otras secciones. Y los molinos de viento extraen el agua que da vida a los animales.
Pensándolo bien, las cercas y el agua también son básicas para la salud espiritual de un cristiano. Las «cercas» de Dios son las leyes y los principios de su Palabra, como los mandamientos de Dios en Éxodo 20 y en Mateo 22:37-40, y las exhortaciones de Gálatas 5:16-21. Nuestra «agua» proviene de Cristo, quien nos da un manantial constante de refrigerio espiritual «que salta para vida eterna» (Jn. 4:14).
Sin las cercas de los mandamientos de Dios o el agua que Cristo suministra estaríamos tan muertos espiritualmente como los huesos blanquecinos que salpican las praderas del oeste. Pero nosotros tenemos el privilegio de pacer en los pastos de Dios y de tomar libremente del Agua de vida.
Si Jehová es tu pastor
tienes todo lo que necesitas.
-DCE/NPD