Sacrificios Que Agradan a Dios
Lectura: 1 Pedro 2:1-10
Vosotros también sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios….
— 1 Pedro 2:5.
Un hombre que visitaba un área rural del Lejano Oriente vio a un muchacho tirando de un tosco arado mientras un viejo sostenía los mangos y lo guiaba por el arrozal. El visitante comentó: «Supongo que son pobres.»
«Sí -dijo el guía de turismo-. Cuando su iglesia fue construida, ellos querían donar algo para contribuir, pero no tenían dinero. Así que vendieron el único buey que tenían. Esta primavera están tirando del arado por sí mismos.» El turista se sintió profundamente desafiado por la ofrenda sacrificatoria de aquellos hombres.
Según la ley del Antiguo Testamento, Dios exigía sacrificios de animales, los cuales apuntaban a la muerte de Cristo por nuestros pecados. Su muerte puso fin a dichos sacrificios, pero el Señor aún desea recibir sacrificios espirituales de su pueblo.
Dios no da mérito alguno a los intentos de ganarnos su favor o de llamar la atención hacia nosotros mismos. Sin embargo, se deleita en las obras que brotan de la fe que obra por medio del amor (Gá. 5:6). Estas obras son sacrificios espirituales que surgen de darnos a nosotros mismos completamente a Él (Ro. 12:1, 2). Dios se agrada cuando le damos gracias continuamente en el nombre de Jesús, cuando hacemos el bien, y cuando compartimos con los demás (He. 13:15, 16).
Algunos sacrificios espirituales serán costosos. Pero lo que se gana a cambio -la alabanza de Dios- siempre es mayor que aquello a que se renuncia.
Cuando el amor de Cristo llena tu corazón,
mientras más das más ganas.