El Testigo De La Bolsa De Papel
Lectura: 1 Tesalonicenses 1
Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, … en todo lugar..
— 1 Ts. 1:8
Iván era un brillante ingeniero, muy respetado por sus compañeros de trabajo. Pero a veces lo llamaban «diácono» o «pastor» porque tenía una profunda fe religiosa y no la ocultaba. Por ejemplo, cada día a la hora de comer, Iván inclinaba la cabeza frente a una pequeña bolsa de papel marrón y daba gracias a Dios por sus alimentos.
Una mujer que trabajaba con Iván estaba intrigada por su fiel testimonio. Ella quería averiguar qué lo hacía tan diferente. Encontró la respuesta en un libro del que Iván le habló: la Biblia. Después de comprar uno y de leerlo tres veces llegó a conocer a Jesús de manera personal.
Iván le dijo a la mujer: «Me preguntaba si algún día conduciría a alguien a Cristo.» Pero su silencioso testimonio no sólo fue la clave para la salvación de aquella mujer, sino que es además un desafío para miles de personas, pues ella viaja hoy por todo el mundo dando su propio testimonio.
El apóstol Pablo les recordó a los creyentes tesalonicenses que su «fe en Dios» estaba tocando vidas en lugares lejanos (1 Ts. 1:8). Esto los debe haber animado a permanecer fieles al Salvador.
Nunca subestimes el impacto que puedes tener para Cristo. Cuando vivas para Él en tu lugar de trabajo o en tu vecindario, estarás enviando un mensaje silencioso que será escuchado.
Señor, ayúdanos a ser testigos fieles para ti.
UN TESTIMONIO SILENCIOSO
ES MÁS CONVINCENTE
QUE UN FUERTE SERMÓN
-DJD/NPD