Depender del Espíritu Santo

ESTUDIO BIBLICO: Depender del Espíritu Santo
Pasaje de estudio: Gálatas 2:20

Como creyentes, no se nos ha dado un mapa que nos haga más fácil seguir cada paso de nuestra trayectoria cristiana.
Sin embargo, las “señales espirituales” a lo largo del camino indican dónde nos encontramos en nuestro caminar con el Señor.

La incredulidad es la condición espiritual común a todos los que nacen en este mundo, incluso para aquellos que tienen padres verdaderamente cristianos. La salvación señala la transición a la fe en Jesús como Salvador. El servicio al Señor es el resultado natural de la fe cuando un hijo de Dios está creciendo espiritualmente (Juan 13:35; Santiago 2:17).

Lo que viene después es una fase que yo llamo “suficiencia frustrada”. Así es como Dios impide que seamos motivados por el orgullo y el ego. Es un período de descubrimiento difícil para la mayoría de nosotros, porque tenemos que entender que las fuerzas, los conocimientos, el valor y la determinación que tenemos son simplemente insuficientes. Pensamos: ¿Por qué tenemos que depender del Espíritu Santo si podemos tener éxito valiéndonos de nuestra propia capacidad? Por eso, en la fase de la “suficiencia frustrada” reaccionamos de manera incorrecta: en vez de reconocer nuestra debilidad, nos afanamos más.

Pero todo ese tiempo, Dios está actuando para llevarnos al punto en que nos desplomemos bajo el peso de nuestra insuficiencia y caigamos en los brazos del Espíritu Santo. Él no quiere que trabajemos con nuestras propias fuerzas; por el contrario, desea que actuemos sólo bajo Su poder, lo cual es la siguiente etapa de la vida cristiana: la dependencia espiritual.

Hasta los discípulos, que caminaron tan íntimamente con Jesús durante tres años, no eran tan poderosos como para lanzarse a trabajar por sí solos. Fue por eso que el Señor les ordenó que permanecieran en la ciudad hasta que fueran “investidos de poder desde lo alto” (Lucas 24:49) con el poder del Espíritu Santo, que vive en todo creyente. No importa lo que enfrentemos en un día cualquiera, el Espíritu del Dios Vivo está con nosotros para darnos energías, trabajar por medio de nosotros y darnos sabiduría y poder para lograr los propósitos de Dios. ¡Qué fase tan maravillosa es ésta!

PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN:

1. ¿Cómo se relaciona Proverbios 3:5, 6 con la autosuficiencia versus la dependencia de Dios?

2. ¿Qué parte de su vida no ha rendido al Señor? ¿Por qué tiene miedo de que Él asuma el control? Confiésele su duda, y pídale al Señor que le ayude a confiar en Él en esa área.

Tomado de Revista Contacto