Enero 15
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Toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios.Es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay. Hebreos 3:4; 11:6
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¿Existe Dios?
La vida está llena de preguntas, unas sin interés y otras más importantes. Quizás en este momento usted se formula algunas acerca de su salud, profesión o familia. Pero, ¿cuáles son realmente las más importantes? Las que conciernen a Dios y a nuestra relación con él.¿Existe Dios? Esta es una pregunta fundamental. La existencia de Dios no se demuestra mediante razonamientos, pero él nos dio signos convincentes de su existencia, sabiduría y bondad, empezando con la existencia del universo. Ninguna teoría acerca de la formación del universo, como por ejemplo el Big Bang o Gran Explosión, puede explicar cuál es su origen. El mundo viviente con su extraordinaria complejidad no pudo salir de la nada por sí mismo. Y ha de ir hacia alguna parte. Pero ninguna teoría seria ha podido imaginar hacia dónde vamos.
La Biblia empieza con esta majestuosa declaración: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). También nos enseña que la existencia del ser humano no es accidental. Dios creó al hombre para que cultivara y protegiera esta maravillosa naturaleza (Génesis 2:15). Esto le da un sentido a nuestra vida. Pero ante todo podemos vivir una relación de amor y confianza con nuestro Creador, por medio de Jesucristo. En esto está la suprema meta de nuestra vida: glorificar a Dios y hallar nuestro gozo en él.
No imitemos al necio, quien dice en su corazón: “No hay Dios” (Salmo 53:1).
Enero 16
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De cierto, de cierto de digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Juan 3:3
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La nueva vida: La salvación (3)
Primeramente viene el arrepentimiento y la fe, que acompaña al «nuevo nacimiento» (Juan 3:3-6); luego, siguen esas buenas obras que Dios preparó, cumplidas por reconocimiento hacia el Dios de amor: “En esto consiste el amor; no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1 Juan 4:10).
Podemos, pues, considerar la salvación desde tres puntos de vista:
–En cuanto al pasado: “sois salvos” (Efesios 2:5, 8); “Dios… nos salvó” (2 Timoteo 1:9). La certidumbre de ser salvo se apoya sobre la fe en la Palabra de Dios:
–En cuanto al presente, el creyente es salvo “por Su vida” (Romanos 5:10), por la intercesión de Cristo (Hebreos 7:25):
–En cuanto al porvenir, Romanos 13:11 nos dice: “Ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos”. Nosotros esperamos “la redención de nuestro cuerpo” (Romanos 8:23). “Esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya” (Filipenses 3:20-21).
Pero la salvación en sí misma presenta también diversos aspectos: el perdón, la purificación, la redención, la justificación, la reconciliación, la santificación.
En las próximas semanas vamos a considerar estos temas bajo este mismo título: La nueva vida.
Enero 17
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(Jesús dijo:) Si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Juan 14:3
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El cementerio
Hoy recorrí un inmenso cementerio parisiense. Es como una ciudad dentro de la ciudad, con calles cuyos nombres están inscritos en carteles en cada cruce; por todas partes, sea bien ordenadas o colocadas en cualquier sentido, hay tumbas, tumbas y más tumbas, hasta perderlas de vista; es el dominio de los muertos.
Entre las tumbas crecen árboles; lejos de los edificios y de los autos, el aire es agradable para respirar; no hay nadie en las calles, todo es silencio y paz.
Mientras caminaba, las tumbas desfilaban ante mis ojos, algunas bien mantenidas, con nombres y fechas recientes muy legibles, y delante un jarro de flores marchitas.
Pero muchas tumbas están abandonadas, a veces sólo queda una lápida quebrada y cubierta de hojas secas; a menudo se ve una capilla descuidada. Los antepasados son olvidados o no hay más descendientes.
En una tumba se puede leer: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”. Estas palabras cambian todo; la perspectiva grisácea de este cementerio se esclarece y hasta se hace deslumbrante. Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6).
Para mí, que pertenezco al Señor, este cementerio evoca sencillamente el pasaje de la vida humana, que tanto se agita, a la otra: la vida eterna junto con Jesús mi Salvador, la que sólo es amor y paz.
Enero 18
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El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Hechos 17:24-25
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Encontrar a Dios
Para muchas personas, Dios no existe. Según ellas, todo lo que existe, aun usted, sería el resultado «de la casualidad y de la necesidad». A estas personas, la Biblia responde: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios” (Salmo 14:1). Para otras, Dios sería una clase de fuerza cósmica; e incluso para algunos, a lo sumo sería un ser lejano que no se interesaría por su criatura: el hombre.
Ahora, escuchemos a Dios mismo. Se revela en su Palabra, la Biblia: Dios es Espíritu, es un ser espiritual y al mismo tiempo un ser personal. Es infinitamente grande. No conoce ningún límite:
–¿De espacio? Dios se halla en todas partes al mismo tiempo:
–¿De tiempo? Dios es eterno. No tuvo comienzo. Él es y será para siempre, sin “sombra de variación”:
–¿De conocimiento? Dios sabe todo. “Su entendimiento es infinito” (Salmo 147:5). –¿De poder? Dios es todopoderoso. Su poder no tiene límite. Creó el universo y lo mantiene en su admirable cohesión.
Dios es santo y justo. “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él” (1 Juan 1:5). Está separado del mal, es perfectamente justo.
Amigo lector, sea honesto consigo mismo y formúlese la pregunta: ¿Estoy preparado para encontrar a semejante Dios?
Enero 19
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Tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Apocalipsis 2:4
Vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur… Y he aquí, hay postreros que serán primeros, y primeros que serán postreros. Lucas 13:29-30
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¿Quiénes serán los primeros?
Un misionero regresó del Sudán y compartió las siguientes experiencias:«Mi mujer y yo habíamos oído hablar de una tribu sudanesa, la de los anuaks, en la frontera con Etiopía, que aún no había sido alcanzada por el Evangelio. Desde hacía diez años este era un tema de oración para nosotros.
En 1997, amenazada por la guerra civil, esa población halló refugio en Etiopía, donde muchos tuvieron la ocasión de oír el Evangelio y convertirse a la fe cristiana. Cuando volvieron al Sudán, su fe se fortaleció y un miembro de la tribu sintió el deseo de construir allí un local para anunciar el Evangelio. En el momento en que pudimos visitarlos, en enero de 1999, 500 anuaks habían sido bautizados la semana precedente; me invitaron a explicarles la Palabra. El lugar estaba atestado de personas sentadas en troncos de árboles que servían de bancos. Todos estaban atentos y fervientes; sólo teníamos la luz de una pequeña vela que alumbraba la Biblia del predicador. Después, con mi esposa, les enseñamos un cántico cuyo coro memorizaron rápidamente: «Jesús me ama, él es amor».¡Qué contraste con muchas congregaciones de Europa que a menudo tienen sus sillas vacías! Quisiéramos provocar su celo al mostrarles esos troncos de árboles donde se apiñan nuestros hermanos y hermanas anuaks con el fervor de su primer amor.
Enero 20
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Este pobre clamó, y le oyó el Señor, y lo libró de todas sus angustias… Dichoso el hombre que confía en él. Salmo 34:6-8
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Desesperanza
Durante el año 1998 se registró un total de doce mil suicidios en Francia, el cuarto país del mundo con mayor número de suicidios entre los jóvenes menores de veinticinco años.¿Por qué el suicidio ocurre ante todo en los países materialmente más favorecidos? ¿Por qué tantos jóvenes rehúsan enfrentar la vida estimando que no vale la pena vivirla?
Según psicólogos y sociólogos, una parte de la juventud está en busca de un ideal, no tiene una meta ni un porvenir definido, en suma, no tiene esperanza. Quizás el lector también pasa por una angustia moral o afectiva, aun cuando tiene materialmente lo necesario: alimentos, vestido, vivienda. Tal vez el porvenir le parece sombrío y la existencia vacía, insípida…Un prisionero encadenado, que había pasado por grandes tribulaciones, escribió: “Fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida” (2 Corintios 1:8). Pero guardó la confianza en Dios, “el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará”.
Cristo era la razón de vivir para Pablo, su modelo, su meta, su esperanza aun en la cárcel. No era una religión, sino una persona amada, conocida y digna de ser servida.
Amigo, aprenda primero a conocer a Jesús como su Salvador personal, es decir, como aquel que al morir en la cruz pagó su deuda para con Dios a causa de sus pecados. Luego aprenderá a conocerle como su Señor, quien quiere ayudarle a administrar su vida y darle la dirección correcta.
Enero 21
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Mejor me es la ley de tu boca que millares de oro y plata.Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos. Salmo 119:72, 162
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Descubra tesoros
La gente siempre ha soñado con hallar un tesoro perdido. La posibilidad de descubrir montones de piezas de oro llevó a los aventureros a explorar el fondo de los mares. Algunos tuvieron éxito, como Mel Fisher, quien pasó 23 años de su vida buscando tesoros hundidos. Finalmente descubrió los restos de «Nuestra Señora de Atocha», navío español cargado de oro. «Después de haber visto el fondo del océano cubierto de piezas de oro –dijo él–, uno nunca lo olvidará». Sus buzos encontraron, primero, un collar de oro, luego piezas de oro, de plata, y lingotes avaluados en millones de dólares.
Además de la riqueza, el valor arqueológico del oro rescatado debió dar a ese hombre una gran satisfacción personal. Pero hay tesoros que son infinitamente más valiosos: las verdades de las Sagradas Escrituras, las cuales están a disposición de todo el mundo. El autor del Salmo 119 habla de ellos a lo largo de sus 176 versículos.
La Biblia es preciosa porque explica la manera de hallar el perdón de los pecados, la paz con Dios y el verdadero sentido de la vida. Gracias a la Palabra de Dios aprendemos a conducirnos de acuerdo con su voluntad, sabiendo que tenemos la vida eterna mediante la fe en el Señor Jesucristo.
La Palabra de Dios, que está al alcance de cada ser humano, tiene mucho más valor que todos los tesoros sumergidos. Empleemos nuestra energía en descubrir sus riquezas.
© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)