Aprendiendo a confiar
Por Charles Stanley
Los cambios repentinos de nuestras circunstancias o la conducta de los demás pueden hacernos dudar en cuanto a cómo debemos proceder.
El compás nos muestra cuatro puntos: norte, sur, este y oeste, los cuales son necesarios para encontrar una dirección en el mundo físico. Proverbios 3:5, 6 nos da también cuatro puntos para orientarnos en el andar de fe.
1. Confiar en Dios. Él merece toda nuestra confianza, porque Él es el único que no cambia (Stg. 1:17).
2. No confiar en nuestra prudencia. Todas las personas tenemos mentes finitas que limitan nuestra comprensión. Sólo Dios es omnisciente. Él ve todos nuestros pensamientos y todas nuestras motivaciones. No hay nada que el Señor no vea (He. 4:13).
3. Reconocerlo en todos nuestros caminos. Como el Creador y el Salvador de toda la humanidad, Dios tiene el derecho de dirigir nuestras vidas. El Señor forma a cada persona en el vientre, ofrece redención por medio de Su Hijo Jesucristo y nos da dones espirituales para que los utilicemos para Él. Así como el niño acude a su padre en busca de ayuda, los creyentes debemos incluir a Dios en todo lo que hagamos.
4. Dios promete enderezar nuestros pasos. Espiritualmente, la ruta directa es la más fácil de seguir y la que requiere menos tiempo, pero no está libre de obstáculos. Si usted sigue las primeras tres indicaciones, Dios obrará a su favor para que pueda superar todos los obstáculos que encuentre en su camino.
¿Seguirá usted la brújula espiritual de Dios, y confiará en Él con todo su corazón? Si usted rechaza la autoconfianza y reconoce siempre su dependencia de Él, se mantendrá en el camino recto de la santidad.
Los cambios repentinos de nuestras circunstancias o la conducta de los demás pueden hacernos dudar en cuanto a cómo debemos proceder. Por eso es que el Señor nos ha dado Su palabra para señalarnos el camino, especialmente en tiempos de incertidumbre. Pero necesitamos tener una confianza invariable en Él si queremos hacer uso realmente de Su dirección y seguir Sus instrucciones.
¿Cómo podemos saber que Dios es fiel? Él fue quien nos creó, quien envió a Su Hijo a morir en nuestro lugar, y quien nos adoptó permanentemente en su familia. No dejó ningún detalle por hacer en cuanto a nuestra salvación. Con Su gran poder resucitó a Cristo, y con ese mismo poder Él puede cumplir cada una de Sus promesas. Éstas son razones sólidas para saber que podemos depender de Él.
¿Cuáles son las señales de que no estamos confiando en el Señor? Confiar en otras cosas para que éstas determinen nuestras acciones, tales como nuestro propio razonamiento, los deseos materiales o los sentimientos, muestran falta de confianza en Él. Buscar más el consejo y la ayuda de otros, antes que de la Palabra de Dios, es otra indicación.
¿Qué nos impide poner toda nuestra confianza en Él? Un obstáculo es nuestro desconocimiento del deseo de Dios de tener una íntima relación con nosotros. Si no entendemos que Él está profundamente interesado en nuestros asuntos, no le buscaremos para que nos guíe. El segundo obstáculo es el orgullo: muchas veces preferimos confiar en nosotros mismos, antes que depender únicamente de Él.
Poner nuestra confianza en el omnipotente, eterno y trino Dios, es siempre sabio. Podemos confiar en Él siempre.