¿Qué Clase De Ser Es Dios? (W.H.Ford)

A través de las edades los hombres han querido saber qué clase de ser es Dios.

«Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y la expansión denuncia la obra de sus manos.» Salmo 19:1
«Dijo el necio en su corazón: No hay Dios.» Salmo 14:1

Solamente un necio diría: «No hay Dios.» Cuando David alzó los ojos y contempló las glorias y bellezas del universo, prorrumpió en un salmo de adoración a Dios, el Autor y Creador de todo cuanto sus ojos contemplaban. Para predicar, nos basamos en la premisa de que hay un Dios, de que ha existido desde los tiempos más remotos, y de que vivirá por toda la eternidad. «En el principio crió Dios los cielos y la tierra.» Existirá aún después de que los cielos y la tierra dejen de ser. Un autor humano no intenta probar su propia existencia; meramente sella el libro con su nombre y lo difunde por el mundo. Y así es que Dios ha sellado la primera página de la Biblia con su nombre y hasta el fin de la Biblia, debemos reconocer la existencia de Dios.

A través de las edades los hombres han querido saber qué clase de ser es Dios. Han dicho: «Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.» (Juan 14:8) Quieren conocer la apariencia física del Señor, sus sentimientos hacia los hombres, y cuáles son sus atributos. La Biblia revela a Dios pero no es ésta la mejor revelación; la naturaleza revela a Dios pero no constituye ésta una revelación total. Cristo Jesús es la única revelación total del Padre Celestial. El dijo: «El que me ha visto, ha visto al Padre.» Mediante su vida, Jesús mostró qué clase de ser es Dios. Fijémonos atentamente en esta gran doctrina de Dios.

I. LA PERSONALIDAD DE DIOS

1. Es un Espíritu

Juan 4:24 dice: «Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.» Este versículo dice que, con ser Dios verdadero, no es algo material y visible a nuestros ojos. Tuvo un encuentro con Moisés en la cima de la montaría y Moisés exclamó: «Ruégote que me muestres tu gloria.» (Éxodo 33:18) Dios le contestó: «Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro,» pero, «No podrás ver mi rostro.» (Éxodo 33:19, 20)

Si Dios es una entidad real, debe tener forma. ¿Acaso no dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen»? (Génesis 1:26) Y sin embargo, no es una forma física sino una espiritual. Nunca contemplaremos esa forma en este mundo pero la veremos en todo su esplendor en el cielo cuando a nosotros también se nos habrá dado una existencia espiritual al igual que la de él. Al ser apedreado, Esteban declaró: «He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.» (Hechos 7:56) Debió haber vislumbrado a Dios en su forma espiritual. Dios opera en el mundo mediante su Espíritu, no siéndonos visible aquí, pero en el cielo lo veremos cara a cara.

2. Es una Persona

El sabe, siente, ama, oye las plegarias, habla, actúa. La Biblia siempre lo presenta como una persona, un Dios vivo. Es una persona libre, no está restringido por limitaciones, sino que puede actuar con toda libertad mediante su poder. El está sobre todos y es el más poderoso de todos. El es el autor del orden universal en la materia, en la vida y en la mente. Tal orden solamente podría proceder de una inteligencia infinita. Al contemplar este viejo mundo con todas sus maravillas, al pensar en la sucesión regular de días y de noches, al meditar en la aparición de las estaciones, al reflexionar sobre la fidelidad del sol, de la luna, de las estrellas, al pensar en la maravillosa maquinaria que es el hombre, no podemos menos que decir: «Tu sabiduría es sobre la sabiduría de los’ más entendidos; tus pensamientos están tan por sobre los nuestros como los cielos están sobre la tierra.»

II. Los ATRIBUTOS DIOS

1. Dios Es Santo

La Biblia nos presenta muchos tipos, sacrificios, y ceremonias para recalcar el hecho de que Dios es santo. El profeta lo describe como: «el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo.» (Isaías 57:15) Sentado sobre el trono apocalíptico, los ángeles cantan: «¡Santo, Santo, Santo, Dios Omnipotente!» Jesús nos enseñó que Dios es el único ser santo.

En una visión, Isaías vio que Dios estaba sentado en su trono; oyó cómo daban voces los serafines: «Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos.» (Isaías 6:3) Cuando Isaías vio a Dios y oyó estas palabras, a pesar de ser el hombre más puro de su día, escondió) su rostro y exclamó: «¡Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de labios.» (Isaías 6:5) A pesar de ser un buen hombre y un siervo de Dios, sin embargo quedó tan anonadado ante la santidad de Dios que se sintió impuro en su presencia. Si hoy día pudiéramos captar una visión real de la santidad de Dios, todos exclamaríamos: «¡Inmundo soy! ¡Inmundo soy!»

2. Dios Es Eterno

Los cielos y la tierra han existido por mucho tiempo, pero Dios existió aún antes. El existió aún antes de que: «las estrellas todas del alba alababan, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?» (job 38:7) Mucho tiempo ha transcurrido desde que Colón descubrió América, pero este lapso es corto comparado con la vida de Dios. Un museo de El Cairo conserva el cuerpo momificado de uno de los faraones que reinó aproximadamente en días de Moisés. Si hoy estuviese vivo, la vida de este hombre sería corta comparada con la de Dios.

Pensamos en la vida rústica de nuestros padres

Adán y Eva, y en todos los cambios operados en el mundo desde aquel entonces; pero Dios existía aún antes. Retrocede a un pasado tan remoto que ni brillan las estrellas ni cantan los serafines y aún entonces estarás en la presencia de Dios. El es el gran «YO SOY» para quien mil años son como un día. Antes de que existieran las montarías, él existía; y después de que la tierra no sea más que polvo, él existirá aún. El siempre ha sido, siempre es, y siempre será. Sí, Dios es eterno.

3. Dios Es Omnipotente

Es decir, Dios tiene todo poder. Faraón pensó que era un poderoso gobernante. Napoleón, el Kaiser e Hitler, se creyeron poderosos, pero todas las potencias del mundo tienen que postrarse a los pies del gran Dios. Los vientos y las olas le obedecen; él habla y se cumple su palabra. Jesús dijo: «Para con Dios todo es posible.» (Mateo 19:26) «¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti.» (Jeremías 32:17) «Yo conozco que todo lo puedes.» (Job 42:2)

Cuando Dios creó el mundo, dijo: «Sea la luz», (Génesis 1:3) y en menos de un segundo la luz inundaba el universo. Mediante una simple expresión, Dios efectúa aquello que él quiere que acontezca, puesto que todo poder es suyo. No sólo la naturaleza está subordinada a él sino que también el hombre está sujeto a su voluntad. Santiago nos amonesta que no debemos decir: «Hoy y mañana iremos a tal ciudad,» (Santiago 4:13), sino que haremos tales cosas si son la voluntad de Dios. Feliz del hombre que se somete a la voluntad de Dios; pero, hágalo o no, aún queda sujeto a la voluntad de Dios. El es más poderoso que todos los gobernantes y llevará a cabo su propósito divino en nuestra vida y en el mundo.

4. Dios Es Omnisciente

Puesto que Dios es omnisciente, sabe todas las cosas. «Dios… conoce todas las cosas.» (1 Juan 3:20) «El cuenta el número de las estrellas; A todas ellas llama por sus nombres.» (Salmo 147:4) «¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre.» (Mateo 10:29) A través de las edades Dios mira y se vale aun de las maldades de los hombres perversos para hacer que resulten en nuestro beneficio y para su gloria. Una horrenda guerra ha concluido con su derramamiento de sangre, sus atrocidades y su dolor; Dios tenía conocimiento de todo esto y hará que todo salga bien; él toma las cosas más escandalosas de nuestra vida y nos prueba «que a los que Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien.» (Romanos 8:28) No hay postdatas con Dios; él sabe desde el pasado infinito lo que acontece y lo que sucederá a través de la eternidad. El es omnisciente.

5. Dios Es Omnipresente

Esto significa que Dios está en todo lugar en todo momento. «Aunque cierto (él) no está lejos de cada uno de nosotros.» (Hechos 17:27) El está con nosotros a la luz del mediodía y en la oscura medianoche. El acompañaba a los soldados que lucharon en terreno africano, en las montañas alemanas, y en las desiertas islas del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial.

El está muy cerca de nosotros, estemos sobre mar o tierra; él nos acompaña cuando le servimos; él está a nuestro lado cuando caemos en pecado. S; nos detuviéramos a pensar y a recordar que Dios nos acompaña y que debemos rendirle cuentas, pondríamos más cuidado en la manera en que vivimos diariamente. Cuando pasas por amargura y piensas que todo el mundo te ha abandonado, Dios está a tu lado; cuando las dificultades, como olas marinas, anegan tu alma, él aún permanece. El es un Dios que a nuestro lado está.

Los paganos caminan largas distancias a fin de postrarse ante sus dioses tallados en madera. Los católicos romanos creen que deben postrarse ante un altar en la iglesia para poder adorar a Dios, o que deben estar en un confesionario para poder confesar sus pecados. Pero, mi amigo, Dios está en cualquier lugar y en todo lugar cuando los hombres le necesitan.

6. Dios Es Grande

1. Es Grande en Poder Creador.

 Si quieres ver la grandeza de Dios, mira a tu derredor; contempla las montarías, los ríos y los océanos. El poeta sabiamente ha dicho que sólo Dios puede hacer un árbol. Sólo un gran Dios puede crear todas las cosas maravillosas que integran el mundo actual de la naturaleza. Estimamos el mundo como algo muy grandioso, pero si el sol fuese hueco y si se pudiera perforar su superficie, se podrían colocar un millón cuatrocientos mil mundos dentro del sol y aún habría suficiente espacio dentro para que girasen. Y sin embargo, hay muchos otros planetas en el sistema de Dios mucho más grandes que la tierra. Un Dios poderoso los hizo a todos. Resta que el hombre esté reverente ante su presencia.

Cuando pensamos en el hombre capacitado para pensar, hacer planes, y actuar, nos damos cuenta de que es la más asombrosa maquinaria del mundo. Pero Dios la hizo con pensamiento y con palabra. En cierta oportunidad un ateo dijo ante un gran gentío: «Si -es que hay un Dios, que él me mate en este preciso instante.» Dios le hizo tanto caso a él como caso le haría el océano al ladrido de un perro. Es insensato que un hombre pequeño desafíe a un Dios poderoso.

2. Es Grande en Poder Redentor

El hombre fue creado inocente pero se hundió en el pecado. Sin embargo, Dios, con gran poder redentor, lo salva de su pecado. Dios lo hizo, el diablo lo deshizo, y Dios puede rehacerlo.

Medita en la vida que llevó algún temible personaje y dirás: «Nada puede cambiar ese individuo, salvo Dios.» Y Dios efectúa ese cambio; oyes hablar de algún evangelista, quien se refiere a su vida pasada en la siguiente forma: «De la casa de juego al púlpito.» ¿Qué efectuó dicho cambio? Sólo el poder redentor de un Dios poderoso. Si eres el pecador más vil del mundo, eres tú a quien Dios busca. Su poder puede transformar tu vida.

Cuan glorioso es el cambio operado en mi ser,
Viniendo a mi vida el Señor;
Hay en mi alma una paz que yo ansiaba tener,
La paz que me trajo su amor.

3. Es Grande en Poder Protector

Cuando Dios salva a un individuo, no hay poder en la tierra, en el cielo, o en el infierno, lo suficientemente fuerte para arrancarlo de la mano del Padre. Dios es más poderoso que el demonio y que todos los demonios del infierno. Podrán asaltar el alma del hombre, pero Dios lo protegerá. Jesús dijo: «. . . y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, mayor que todos es; y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.» (Juan 10:28, 29) Un hombre podrá decir que no puede aguantar. Pero no es suya la responsabilidad de aguantar; es de Dios. Debemos confiar plenamente en él y no tratar de vivir confiando en nuestras propias fuerzas. Dios es grande y todos los demonios del infierno son pequeños comparados con él. Si rendimos nuestra vida a él, él nos protegerá eternamente.

7- Dios Es Amante

Algunas personas creen que Dios es un tirano severo quien se enfada ante una sonrisa y que nos manda al infierno cuando nos apartamos un poco del camino trazado. Esto es absolutamente erróneo. Dios nos ama y Dios se preocupa por nosotros. Si somos castigados por nuestro pecado, no es culpa de Dios; es nuestra la culpa.

( 1 ) El Amor de Dios Es Demostrado en la Dádiva de Su Hijo, Quien Vino a Morir por Nosotros

El amor más grande del mundo no es el de una madre por su, hijo, ni el amor de un patriota por su patria, sino que es el amor de Dios por los pecadores perdidos. Supongamos que alguien me dijera: «Debe usted sacrificar a su hijo para que muera por el pecado de otro hombre.» Inmediatamente le diría al tal sujeto: «¡No! No sacrificaré a mi hijo. Que el hombre muera por su propio delito.» Pero, ¿qué dijo Dios? Su Hijo, el más hermoso entre diez mil, el completamente hermoso a quien Dios amaba de todo corazón, a éste dio para que muriera, a fin de que los pecadores pudieran encontrar el camino al cielo, al oír el gemido que ascendía de un mundo pecador.

El sacrificio es la prueba más severa del amor. Alguien me puede decir que me ama, pero en realidad no sé si me ama sino hasta en tanto que lo pruebe mediante el sacrificio. Yo leo que Dios me ama y lo creo, pero mi fe busca la realidad cuando me acerco a la cruz. Contemplo la forma de quien está muriendo y gimo: «Señor, ¿me amas?» Y entonces él me muestra las huellas que dejaron los clavos en sus manos y en sus pies, y sé que Dios me ama. Cristo sufrió intensamente sobre la cruz pero allá en el cielo, Dios también sufrió. Cada punzada, cada gemido, y cada azote eran una estocada en el gran corazón del Padre Celestial.

Supongamos que uno de tus hijos hubiera sido hecho prisionero de guerra. Supongamos que tú hubieras tenido que presenciar, impotente, el azote infligido a tu hijo y, para rematar todo, su muerte. Te hubiera dolido y te hubiera hecho trizas el corazón. Nunca serías el mismo después de haber presenciado tamaña tortura. Pero permíteme decirte que Dios estaba presenciando la escena cuando el pecado mató a su Unigénito. Hirió el gran corazón de Dios pero él lo soportó todo por su gran amor por ti y por mí

2. El Amor de Dios Es Demostrado en Su Cuidado Diario

Somos propensos a olvidar que Dios es quien cuida de nosotros cada momento de cada día.

Hace mucho que hubiéramos dejado de existir sin su cuidado. En realidad, podemos afirmar como Jeremías de antaño: «… sus misericordias. Nuevas son cada mañana.» (Lamentaciones 3:22, 23) Cuando el médico se coloca al lado de la mesa de operaciones y practica una delicada operación quirúrgica, el más leve desliz de la mano puede ocasionar la muerte. Pero Dios guía esa mano. Centenares de veces hemos estado en situaciones en que una equivocación hubiera significado segura muerte. No lo sabíamos, pero Dios estaba allí a nuestro lado, cuidándonos.

3. El Amor de Dios Es Demostrado en Su Misericordia Hacia los Pecadores

Tú y yo fuimos pecadores tan perversos que merecíamos la muerte y sólo la muerte. ¡Cuánto nos debe haber amado Dios, aun cuando estábamos en nuestros pecados!

El viejo tabernáculo Moody de la ciudad de Chicago, EE. UU. de N. A., ostentaba estas tres palabras sencillas sobre el púlpito: «Dios te Ama». Cierto día transitaba un pecador por esa calle, se paró ante el templo, abrió su puerta, y miró hacia adentro. Cuando vio esta inscripción, maldijo, diciendo luego: «Dios no ama a un individuo envilecido como yo.» Continuó andando por la calle pero no podía borrar la impresión que esas tres palabras le habían producido. Se dio cuenta de que se sentía impelido a regresar a ese templo. Regresó, entró, y con los ojos fijos en la inscripción, se dirigió al frente por el pasillo. justamente en esos momentos, el Sr. Moody entraba en el tabernáculo por otra puerta. Vio al hombre, le habló, oró con él, y pronto el hombre estaba regocijándose en su salvación. ¡Oh, si pudiéramos conseguir que los hombres se dieran cuenta de cuánto los ama Dios, más fácilmente podríamos ganarlos para Cristo!

III. RELACION PRESENTE DE DIOS CON EL MUNDO Y CON EL HOMBRE

1. Gobierna los Asuntos del Mundo

A veces parece que el mundo se tambalea al borde de inminente catástrofe pero detrás de los nubarrones, Dios todavía está sentado en su augusto trono y Dios aún reina supremo en el universo. El ensalza naciones y él las derriba, según su propósito. El enalteció a muchas naciones en los tiempos antiguos; estas naciones se desviaron por sendas de pecado y de iniquidad, y el Señor las derribó.

2. Castiga el Pecado y Premia la justicia en el Mundo

El hombre no puede quebrantar la ley de Dios aquí en el mundo y salir airoso. Tú puedes decir: «Enseñe lo que enseñara la Biblia, yo haré lo que se me antoje», pero no puedes salirte con la tuya. Dios tiene algunas leyes incambiables en este mundo y si estas leyes son quebrantadas, el castigo desciende automáticamente sobre el trasgresor.

De esta manera, el creyente es castigado. Un hijo de Dios nunca sufrirá en la eternidad, pero si no vive de la manera que debe en este mundo, Dios lo castigará. Los hijos de Dios son también premiados en este mundo. Si vives una vida consagrada y caminas de acuerdo con la voluntad de Dios, él te bendecirá aquí en la tierra como también en la eternidad.

IV. LA RELACIÓN FUTURA DE DIOS CON EL MUNDO Y CON EL HOMBRE

1. Será un juez justo

El juzgará a aquéllos que están sin Cristo. El rico, el pobre, el mendigo, el ladrón, el entendido, el torpe, el rey, el esclavo, el grande, el pequeño, todos los hombres tendrán que rendir cuentas a Dios sobre la manera en que han vivido en este mundo.

Según la Palabra de Dios, hay dos tronos de juicio que nos aguardan en la eternidad. El primer trono será el de Cristo, donde el Señor Jesús juzgará a todos los cristianos según sus obras, premiándolos de acuerdo a la manera en que han servido al Señor y vivido para su gloria. El otro trono es el gran trono blanco, donde Cristo juzgará a todos los incrédulos y pecadores, castigándolos según sus obras. No podrás declararte inocente cuando estés delante de este trono. Dios lleva las cuentas y él sabe todo cuanto hemos realizado, dicho, o pensado. Ahora él ofrece salvarte; entonces, será tu juez. Sus brazos están abiertos, brindándote amorosa invitación; en aquel día, su brazo señalará el fuego eterno para los perdidos.

2. Premiará a los Fieles y Castigará a los Pecadores

Ante el trono de Cristo, él premiará a los fieles; ante el augusto trono blanco, él pronunciará la condena sobre los pecadores. Tú puedes vivir perdidamente aquí pero serás condenado allá. No puedes escaparte del juicio. La mano que fue traspasada en la cruz por ti te señalará el camino a los abismos tenebrosos. Pero, gracias sean dadas a Dios, aquéllos que han confiado en Cristo están salvos ahora y serán recompensados entonces.

Un predicador soñó que había muerto y que estaba ante el tribunal eterno. Se le preguntó: «¿Siempre ha sido usted bueno?» «No», contestó. «¿Siempre ha sido justo?» «No», repuso. «¿Siempre ha sido puro?» «No», contestó, inclinando su cabeza bajo el peso de la condenación que ya sentía. Entonces vio que una luz brillante iluminó el recinto donde él estaba y que alzó la vista para mirar el rostro de Cristo Jesús. El Salvador lo rodeó con sus brazos y alzando la vista al trono, dijo: «Padre, sé que no siempre ha sido bueno, que no siempre ha sido justo, que no siempre ha sido puro; pero allí en el mundo él testificó por mi y aquí yo intercederé por él.» Gracias a Dios, si confesamos su nombre aquí, él nos confesará ante el Padre. En aquella tierra donde no habrá lágrimas, él nos dará abundante recompensa; dejaremos la cruz para tomar la corona.

3. Vivirá Eternamente con Sus Hijos

El mayor gozo que puede tener un creyente en este mundo es el de disfrutar de unos momentos de comunión ininterrumpida con el Padre Celestial. Pero en el cielo tendremos comunión perfecta con él, donde las congregaciones no se dispersarán ni finalizarán los sábados. Así siempre estaremos con el Señor.

Amigo mío, éste es el Dios por quien debes vivir.

El es el Dios a quien debes conocer, poderoso y bueno, amante y misericordioso. El te ofrece lo mejor aquí, pero si rehusas aceptar sus ofertas, él será tu juez en la eternidad. ¿Estás listo para hacer frente a aquel día? ¿Estás preparado para encontrarte con Dios y rendirle cuentas de tu vida?

El Dr. J. Wilbur Chapman fue pastor de una gran iglesia de Filadelfia, EE. UU. de N. A. Cierto domingo después del servicio, uno de los dirigentes de la iglesia le dijo: «Dr. Chapman, ¡cuánto desearía que usted gozase de una salud como la mía! Nunca me quejo por dolor alguno, nunca necesito de los servicios de un médico, ni jamás tomo medicinas.» Tres semanas más tarde sonó el teléfono del Dr. Chapman muy temprano por la mañana. Lo llamaban de la casa de este individuo. Cuando llegó allí el Dr. Chapman, la hija del señor ya mencionado le hizo pasar, llorando en tal forma que parecía que su corazón se despedazaba. Ella dijo: «Esta mañana mi padre me despertó y me pidió que nos encontráramos dentro de quince minutos en el comedor. Fui allí y lo esperé, pero no llegó. Subí a su cuarto y allí lo halle. Estaba sentado en su silla favorita, con el periódico en sus manos pero con la cabeza inclinada sobre su pecho. Su alma había volado para estar con Dios.» Nunca había padecido un dolor, no había tenido una queja, ni había necesitado de un médico, Y sin embargo, en el breve transcurso de quince minutos había salido de un mundo para entrar en otro.

¿Estás listo para cuando te llegue esa hora?
Hay una sola manera mediante la cual puedes prepararte; acércate a Dios por medio de Cristo Jesús, su unigénito Hijo, y todo quedará listo para siempre.


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