Lectura base: Colosenses 4:1-6
“Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes.” (Salmos 127:1).
Las familias son importantes para Dios porque fue su idea de unir a la mujer y al hombre y bendecir su relación. La idea de las familias siempre estuvo en la mente de Dios, no fue un apéndice de su creación. Fue su plan desde el inicio y desde la mesa de dibujo de los cielos, las familias se formaron para bendecir nuestras vidas.
Nadie negaría el hecho de que en esta generación las familias están bajo mucho estrés, quizás como nunca antes. En algunas partes del mundo el número de familias con solamente uno de los padres está creciendo a gran velocidad, se dice que veinte veces más que las familias conformadas por papá y mamá.
Si bien es cierto que las personas no son iguales, que las familias no son iguales, no obstante, las familias fuertes tienen ciertas características en común, así lo cree Nick Stinnett, quien ha escrito un libro sobre familias llamado, Secretos de una Familia Fuerte. El sostiene que “Las familias fuertes se hacen paso a paso. Las personas en una familia fuerte se esfuerzan constantemente.” El basa sus descubrimientos en entrevistas realizadas a más de 3,000 familias bien formadas de diferentes culturas y generaciones.
Cuáles son esas seis cualidades que él ve que son constantes en familias felices? El primer elemento es el compromiso, que es exactamente la característica que pondría encabezando la lista. Fuera del compromiso no existe una razón válida para resolver problemas que son parte de la vida. El compromiso significa que Dios nos unió y sin importar las dificultades, de alguna manera vamos a encontrar la solución.
El segundo elemento que Stinnett cree que está presente en las familias fuertes es aprecio. Los miembros de familias fuertes no se menosprecian. Ellos aprenden a decir, “Gracias!” y reconocen el valor de cada uno de sus miembros. Parte del aprecio es mostrar cortesía común que se manifiesta con respeto para cada miembro valioso de la familia.
El tercer elemento es la comunicación, algo que puede ser aprendido. Las familias que son fuertes, hablan de todo y van más allá de los temas superficiales para tratar temas de verdadera importancia. Ellos comparten ideas y opiniones en un ambiente cordial y amable. Los niños se sienten seguros al hablar con sus padres de problemas que sus amigos experimentan y de la manera en que ellos se sienten y del mundo que les rodea.
El cuarto elemento es tiempo. Stinnett descubrió lo que usted seguramente ya sabe, no importa cuán fuerte sea o no su familia: Usted no podrá desarrollar relaciones de calidad si no están juntos; eventualmente sus mejores amigos son aquellos con los que pasa tiempo. Las familias que son fuertes están juntas para jugar, para realizar actividades, para ir a la iglesia, comer y recrearse juntos. Posiblemente en este punto ya se siente algo culpable y se pregunta si debe dejar de escuchar o continuar. No se vaya. Necesita escuchar lo que sigue.
Stinnett también descubrió que las familias fuertes tienen lo que él describe como bienestar espiritual. La mayoría asiste a un tipo de servicio de adoración, pero todos tienen creencias y propósitos que añade una importancia espiritual a sus vidas. Su fe les da significado.
Y la última cualidad que las familias fuertes comparten es la habilidad de adaptarse. Lo que podría destruirles, no lo hace, porque aprenden cómo adaptarse, cómo resolver conflictos, como manejar las crisis y considerarlas una oportunidad para crecer.
Un pensamiento para terminar: En vez de sentirse que ha sido negligente, enfóquese en los elementos que pueden hacer que su familia sea fuerte. Funcionarán si usted pone de parte para que funcionen.
Excelente material… me gusto, estoy buscando elementos y principios en los que me pueda apoyar para una serie de mensajes que estoy preparando para ayudar a las familias de la iglesia que pastoreo y me encontre con este documento que ha sido de gran bendicion gracias. Dios les continue usando