Lectura base: Santiago 4:1-10
“Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.” (Efesios 4:32)
Ningún matrimonio jamás fue destruido por un solo conflicto, pero una multitud de matrimonios son destruidos cada año por nuestra negativa a resolverlos. Existe una diferencia! El conflicto en el matrimonio es parte de la vida; es el resultado de la unión de dos personas con diferentes trasfondos, hábitos y actitudes.
Sin importar cuánto ama a una persona, sin importar cuán comprometido está con ella, y sin importar cuán dispuesto está en hacer la voluntad de Dios, usted afrontará conflictos en el matrimonio!
A pesar del hecho de que hoy más que nunca los matrimonios están fracasando, la verdad es que las causas de su desintegración son las mismas que destruyeron matrimonios siglos atrás. Quiere pruebas? Las páginas del libro de Génesis! Lea lo que Moisés escribió y encontrará los mismos problemas que la familia actual atraviesa: infidelidad, lucha de valores, de derechos, celos, rivalidad entre hermanos, y deshonestidad a todo nivel.
Cualquier pareja que realmente desea salvar su matrimonio y su familia, debe aprender cómo resolver los problemas antes de que éstos lo destruyan. Mary Ann Castronovo Fusco, una periodista y madre de dos hijos, aprendió esta lección. Ella dijo, “Mi esposo y yo llevamos casados nueve años y hemos tenido varias discusiones. Pero nos amamos, y ambos estamos comprometidos a preservar nuestra relación. Usted debe estar dispuesto a conseguir “estabilidad.”
Las siguiente pautas le ayudarán a resolver conflictos que puedan atentar contra su matrimonio. Funcionarán, si usted quiere que funcionen.
Pauta #1: Trate de entender a la persona con quien tiene el conflicto. Esto significa que usted no va a gritarle. No le pondrá sobrenombres. Mas bien debe pensar, “Cómo reaccionaría yo si estuviera en sus zapatos?” Los psicólogos lo llaman representando un papel. Los Cristianos lo llamamos La Regla de Oro. Yo lo llamo el primer paso para una solución que puede salvar su matrimonio.
Pauta #2: Ore sobre el conflicto que le causa disgusto y lo irrita. Verdad que la oración cambia cosas? Incorrecto! La oración cambia a la gente y la gente cambia las cosas. La oración es una terapia que le permite ventilar su ira en una manera positiva. También le ayuda a reconocer sus propias debilidades y fracasos. Lo humilla ante Dios y le recuerda que usted también es humano, sujeto a fracasos. Lo enchufa a la corriente de su Creador. Como Jesús lo dijo, “Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa.” (Juan 16:24).
Pauta #3: Enfrente a la persona con quien tiene el conflicto. Con frecuencia pensamos en el enfrentamiento como algo negativo. No es así! Es algo positivo. Permite que una herida emocional sea limpiada, dando lugar a la sanidad. Escoja el tiempo, la manera y el lugar de la confrontación. Usted está en control. Cuando enfrente a alguien sea positivo. En vez de decir, “TU hiciste esto….” Trate de decir, “Es así como me siento cuando tú me haces esto.” Jesús dijo, “Si tu hermano (o esposo, o esposa) peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta, solo entre los dos…” (Mateo 18:15)
Pauta #4: Sea rápido para perdonar. La amargura es un cáncer que le destruye a usted y no a la otra persona. Aplique una gran dosis de Efesios 4:32 que dice, “Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.”
Pauta #5: Entierre el asunto y siga con su vida y relación. El amor siempre tiene sus riegos, pero sin amor, no hay futuro. El resolver los conflictos solamente fortalece nuestro matrimonio. Trabaje en eso; obtendrá magníficos resultados.