“En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes. No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición.” (1 Pedro 3:8,9)
Ha orado alguna vez con su esposo o esposa? No? Le importa si le pregunto, “Por qué?” Con frecuencia hago esa pregunta a parejas y recibo una gran variedad de respuestas. Me da la impresión que las parejas se sienten extrañas o incómodas orando juntos. En algunos casos piensan que la oración es un asunto privado o que se debe hacer exclusivamente en la iglesia. Pero una vez que la pareja descubre lo que la oración puede hacer en una relación, cambian rápidamente de opinión.
La oración es una conversación entre usted y su Padre Celestial, es así de simple! No olvide que Dios ya sabe todo sobre usted, todo lo que sucede entre usted y su pareja, y entre usted y los que le rodean. No existen sorpresas para El. También tiene que recordar que Dios le ama más de lo que usted puede imaginar.
Si nunca han orado como pareja, tengo una sugerencia. Siéntense a la mesa con una silla vacía en frente de ustedes y piensen en la oración como una conversación simple entre los dos y Jesucristo. Conversen con El como si Jesús estuviera en realidad sentado allí. A propósito, tómense de las manos cuando oren. El tocarse, mientras tratan de tocar a Dios por medio de la oración, tiene una química poderosa.
Pueden orar juntos en cualquier momento, pero a menos que oren juntos en un determinado momento del día, usted no habrá hecho de la oración un hábito.
Pregunto: Qué puede hacer la oración en una pareja? Muchísimo! Cómo qué? Como abrir la puerta para una comunicación efectiva, como ayudarles a afrontar situaciones que les pueden destruir, como encontrar el poder de Dios en sus vidas personales en formas que no lo han experimentado antes, como darles sabiduría para saber cómo ser un buen padre o madre, el saber cómo lidiar con problemas en el trabajo, y cómo estar por sobre las circunstancias.
Hace poco estuve hablando con una pareja que ha pasado por muchas dificultades pero se rehusan a terminar con su matrimonio. Tienen 4 niños de 6 a 14 años. El padre no desea un hogar separado. Tampoco los hijos, pero a menos que Dios haga algo, ese matrimonio eso es historia.
“Cuánto tiempo hace que han orado juntos?” Pregunté. Ellos se miraron y el esposo respondió, “No sé.” Pensando por un momento, la esposa contestó, “Ha sido por lo menos cuatro años.”
La mayor parte de esos años la pareja ha recibido consejería. Muchas horas y no poco dinero se destinó para salvar ese matrimonio, pero nunca se han tomado de las manos y han dicho, “Dios, tú sabes lo que está sucediendo en nuestras vidas, y no nos gusta. Señor, necesitamos tu ayuda. Ayúdame a ser la persona que quieres que sea, y perdóname por mis fallas y pecados.”
Cuando una pareja está de acuerdo en orar juntos, sin importar el pasado, sea que haya existido infidelidad o falta de comunicación, he descubierto que esa decisión los dirige a la solución. Al concluir debo advertirle de algo. Existe un peligro en la oración. Puede alterar su agenda, pero trae sanidad y esperanza para mejorar su matrimonio. Vale la pena correr el riesgo.
que bendicion tan grande en orar con tu pareja gracias por este articulo