Lectura: Lucas 23:32-49
Y decía: Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. –Lucas 23:42.
En la colina del Calvario había tres cruces. En una había un hombre muriendo en pecado: no aceptó a Jesús. En otra había un hombre muriendo al pecado: confió en Jesús como Salvador y Señor (Lucas 23:40-43). Y en la del medio había Uno muriendo por el pecado. Éste pudo morir por los demás porque era el Hijo de Dios y no tenía pecado propio. La cruz del centro marcó la diferencia para aquellos dos hombres que colgaban junto a Jesús: la diferencia entre un infierno y un cielo eternos.
Los dos ladrones y sus respuestas al Señor Jesús representan al mundo entero. Veo en los tres hombres crucificados un cuadro del pecador, el santo y el Salvador.
A un hombre le preguntaron si quería recibir a Cristo, pero lo pospuso diciendo: «¡Bah! No me molestes ahora. Siempre se puede hacer a último minuto. Acuérdate del ladrón de la cruz.» Se impactó al ver que el persistente cristiano dijo sarcásticamente: «¿Cuál? Recuerda que había dos.» El hombre respondió: «Tienes razón. Me había olvidado. Me refiero al que se salvó.» Esa misma noche decidió confiar en Cristo para salvación.
Mira ahora por fe a Aquel que está en el cielo y que una vez pendió en la cruz del medio. Tú también escucharás Su palabra de perdón y esperanza. –Henry Bosch
LA JUSTICIA Y LA MISERICORDIA DE DIOS SE JUNTARON EN LA CRUZ.
/ Tomado de NPD