El último mensaje del Señor a sus iglesias (Ap. 1) Parte I

Texto: Apocalipsis 1:1-11  

Versículo clave:
“He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén”. Apocalipsis 1:7

El regreso real, físico y corporal de Jesucristo a esta tierra es el tema de Apocalipsis. Es un hecho bíblico. Permita que la realidad de su regreso afecte su vida diaria.

UNA PRIMERA MIRADA

En muchos sentidos el libro de Apocalipsis es el libro más temido de la Biblia. Está lleno de revelaciones extrañas de terremotos, plagas, guerras y criaturas aterradoras. Nos hace preguntarnos sobre nuestro destino y la situación de aquellos que soportarán estos terribles eventos. También nos hace sentir indefensos porque no hay nada que los seres humanos puedan hacer de cara a la ira de Dios. Puede que Apocalipsis sea difícil de entender, pero es imposible de olvidar. Sin embargo, si sólo viéramos este lado de este hermoso libro, no aprenderemos la lección. Este libro es un libro de esperanza infinita y de bendición gloriosa. Es la conclusión de la historia que fue comenzada en Génesis. En Génesis leemos del principio del mundo; en Apocalipsis leemos del fin del mundo. En Génesis tenemos el relato del comienzo del pecado humano; en Apocalipsis tenemos el fin del pecado. En Génesis leemos del principio del juicio de Dios sobre la tierra; en Apocalipsis leemos de la conclusión de todo juicio. Estos libros van de la mano.
Nosotros necesitamos una palabra de advertencia aquí. Es imposible entender Apocalipsis a menos que se haya leído el resto de la Biblia primero. Si usted comienza su estudio bíblico con Apocalipsis, estará constantemente confundido. Este libro reúne los mayores temas de la Biblia y concluye la interacción de Dios con la raza humana. Conforme estudiamos el libro, usted va a reconocer muchas de las grandes ideas dadas en los otros libros de la Biblia.
Como todos los demás libros de la Biblia, Apocalipsis habla por sí mismo. Tiene un significado definitivo y perceptible, y tiene una aplicación a los corazones del pueblo de Dios.

I. La definición de Apocalipsis [Apocalipsis 1:1-3]

1. La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, 2. que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto. 3. Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.

Muchas personas estudian Apocalipsis buscando información que Dios específicamente ha dicho que no podemos saber. Lo primero que tenemos que saber sobre la revelación bíblica es la verdad contenida en Marcos 13:32: “Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre”. Ningún estudio de este libro revelará lo que Dios específicamente ha dicho que no podemos saber. Como Juan claramente nos ha dicho, este libro trata de Jesucristo. Apocalipsis es el fin del relato que comenzó cuando Dios hizo la raza humana a su propia imagen y más tarde envió a su Hijo al mundo a morir por los pecados de la humanidad.
La palabra revelación literalmente significa “quitar el velo, o quitar cosas que obscurecen de tal manera que podamos ver claramente”. En este libro se revela el misterio del mal. Vemos el mal por lo que es y vemos a quien está detrás del mal. En este libro, se revela el misterio de la santidad. Vemos cómo vivir una vida piadosa en un mundo pecaminoso y quebrantado. Se revelan muchos otros misterios y los veremos mientras vamos estudiando juntos.
El propósito de Dios en este libro es aclarar las cosas tanto cuanto sea posible. Si Dios hubiera querido mantenernos oculto el futuro, todo lo que tenía que hacer era permanecer en silencio.
Dios quería que nosotros supiéramos las cosas que sucederán en el futuro, y específicamente instruyó a Juan para que nos las escribiera. Dios hace esto usando símbolos para ilustrarnos la verdad. Los símbolos son una forma de ayudarnos a entender las ideas abstractas que no podemos imaginar. De esta manera Dios nos mueve desde lo que podemos ver y saber hasta el entendimiento de las fuerzas espirituales inadvertidas que le dan forma a nuestro universo y que nos esperan en el futuro.
Observe el testigo tripartito que dio Juan. Esto fue para guardar la ley judía que decía que todo debía ser confirmado en boca de dos o tres testigos. Primero, está la Palabra de Dios. Luego, está el testimonio de Jesucristo. Finalmente, están las cosas que Juan vio. Todo esto debía ser unificado y Juan hizo eso en este libro. Él armonizó los otros libros de la Biblia con las cosas que Jesús personalmente le enseñó, y las cosas que Dios le mostró. No hay conflicto entre el libro de Apocalipsis y el resto de la Biblia.
También leemos de las bendiciones que están guardadas para quienes leen este libro, oyen sus palabras y guardan las cosas que están ahí escritas. Apocalipsis revela una serie de citas en el calendario divino de Dios. Aunque estas palabras fueron escritas hace muchos años, son seguras y verdaderas, y pronto se cumplirán justo como fueron escritas. Si entendemos correctamente el libro de Apocalipsis y lo tomamos en serio, seremos guiados a través del desorden de ideas y las filosofías conflictivas que abundan en el mundo hoy. Encontraremos la senda correcta a través de todas las sendas confusas que existen a nuestro derredor. Esa es la bendición especial conferida por el libro de Apocalipsis.

II. La dirección de Apocalipsis [Apocalipsis 1:4-8]

4. Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono; 5. y de Jesucristo el testigo fi el, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, 6. y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. 7. He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. 8. Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fi n, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

Aunque la mano de Juan estuvo en la tinta que nos dio este libro, él no fue el autor. Este libro comenzó en el cielo con el Padre. Fue traspasado a Jesús y luego a Juan. Juan fue el mensajero, pero el mensaje provino de Jesús. A principios del libro se nos presenta el símbolo de siete. Hay siete iglesias y “Siete Espíritus” en esas iglesias. El número siete representa la culminación, perfección o plenitud. Las siete iglesias son la culminación de iglesias. En estas iglesias encontramos cada tipo de iglesia que jamás existirá. Los “Siete Espíritus” son la culminación del Espíritu Santo.
En el versículo 4 vemos esta misma idea con referencia a Jesús. Él es, Él era y Él habrá de venir. Esa es la plenitud; cubre todos los periodos. Jesús está en su pasado, está en su presente y estará en su futuro. Observe que Juan se refiere a Jesús como un testigo fi el. Uno de los aspectos más importantes sobre la Biblia es que es absolutamente honesta y verdadera. Sólo estudiando la Biblia podemos tener una perspectiva de la vida tal cual es. Nosotros vivimos en un mundo confuso. Estamos bombardeados por filosofías conflictivas, por muchas ideas ampliamente diferentes, por muchos sistemas de valores que son antagónicos entre sí, y a menudo tenemos que preguntarnos: “¿Cuál es el correcto?” Aquí está la respuesta de parte del testigo fi el, Quien nos dice la verdad.
El primogénito de los muertos es una referencia a la resurrección. Jesús no fue la primera persona en ser resucitada, pero fue el primero en resucitar en gloria. Otros fueron traídos de vuelta a la vida tal cual eran. Jesús fue levantado a una vida nueva y completamente diferente. En ese sentido él fue primero.
Jesús está a cargo. Él gobierna a los gobernantes de esta tierra. Él le dijo algo similar a Pilato en Juan 19:11. Toda potestad le es dada y él está aún usándola en este mundo. Jesús está detrás de todos los gobiernos, y su voluntad al final será hecha. Ese es un pensamiento reconfortante en los días confusos que están por delante.
Jesús nos ha amado. Él nos ha lavado de la suciedad de nuestros pecados, y nos ha hecho reyes y sacerdotes por derecho propio. Su reino no es de este mundo, pero Él tiene un reino verdadero, y quienes le sirvan fielmente tienen una parte real en él. Ese reino será revelado cuando él vuelva. Apocalipsis no tiene que ver con eventos que simplemente sucederán al azar; tiene que ver con las cosas que suceden hoy porque Jesús volverá a la tierra. Esa es una distinción importante. Apocalipsis se trata de Jesucristo. Jamás podremos entender este libro si no entendemos primero que el mismo gira alrededor de su segunda venida. En ese momento, todo ojo le verá y no habrá duda alguna en ningún corazón sobre las respuestas a las dos preguntas importantes: ¿Fue Jesús quien dijo que era? ¿Hizo Jesús lo que dijo que haría?
Entonces, tenemos esta autenticación única y maravillosa en el versículo 8. De esta manera Dios firmó este libro con su propio nombre, y se identificó a sí mismo por nosotros. Cuando leemos Apocalipsis, estamos leyendo un libro auto-biografiado por su autor.

III. El fundamento de Apocalipsis [Apocalipsis 1:9-11]

9. Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. 10. Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, 11. que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.

Juan estaba en la isla de Patmos cuando escribió estas palabras. Patmos es una comunidad minera localizada en las afueras de la costa de Turquía en el Mar Ageo. Es una isla pequeña de unos seis kilómetros de ancho por diez de largo (4 x 6 millas). Juan fue desterrado aquí debido a su ministerio de predicación. Juan fue un prisionero confinado a esta pequeña isla, y él “estaba en el Espíritu en el día del Señor”. Esto no sugiere que estuviera en una forma especial de éxtasis espiritual.
Esta es la condición normal para quienes adoran a Jesús (Juan 4:23). Juan, como todos los creyentes primitivos, estaba adorando en el primer día de la semana, no en el sabat o día de reposo. Esto es lo que quiere decir “el día del Señor”.
Estando Juan adorando, detrás de él oyó un fuerte ruido el cual sonó como una trompeta. Naturalmente, él se volvió para ver lo que era y vio a Jesús. No cabe duda que esta visión lo llevó de vuelta a la cumbre de la montaña donde él, Esteban y Pedro habían visto a Jesús glorificado. La voz le dijo a Juan que escribiera lo que había visto y lo enviara a las siete iglesias en Asia. Los nombres de las iglesias se especifican. Había otras iglesias en el mundo de aquel entonces, pero éstas eran las iglesias típicas que representaban culminación. Si cada una de estas iglesias recibió esta carta, de seguro que todas las demás iglesias la tendrían a través de los siglos.
Juan hizo como le fue instruido, y aún nosotros tenemos este gran mensaje hoy día.

UNA PALABRA FINAL

Mientras vamos estudiando este libro tenemos que recordar que Juan escribió en símbolos. En la introducción del libro, el ángel indicó los eventos que le sucederían a Juan. Juan registró estos símbolos y señales para nosotros, y nosotros los interpretamos y aprendemos de ellos. Estos símbolos revelan el carácter de Jesús. Jesús es el Gran Sumo Sacerdote ministrándose a sí mismo en una escena de desolación y juicio; no obstante, él está a cargo de todos los eventos a través del libro. Aquí Jesús también aparece como un león. En el capítulo 19 es un jinete sobre un caballo blanco. En el capítulo 21 es el Novio viniendo por su esposa. Todos estos símbolos ilustran distintos aspectos del carácter y la obra de Jesús que nosotros no entenderíamos a menos que nos hubieran sido dados de esta manera.
Jesús también es el principio y el fi n, el Alfa y la Omega. Él estableció los límites de tiempo, espacio e historia. Todos deben vivir dentro de los límites que Jesús ha determinado. Él es el eterno Dios vivo. Él en todo momento está disponible. Él está vivo para siempre. Jamás habrá un momento en que usted necesite de Jesús y él no esté disponible para usted. Además, él sostiene las llaves de la muerte y del infierno. La muerte es el último gran enemigo de la vida física. El infierno es el enemigo de la vida espiritual. Jesús está a cargo de ambos lugares y ambas fuerzas por lo que no debemos temer. Nuestro futuro está seguro en las manos de Jesús. Quienes confían en Él pueden moverse seguros en el futuro sabiendo que cualquier cosa que suceda, Jesús está ahí esperando para recibirlos a Él, con el fi n de que puedan vivir para siempre en su presencia divina.

PARA DISCUSIÓN

1. Si el tiempo del cumplimiento estuvo “al alcance” en los días de Juan (Ap. 1:3), ¿Qué dice eso sobre los tiempos actuales?
2. Tome unos minutos para explicar cómo Jesús “nos lavó de nuestros pecados en su propia sangre” (Ap. 1:5).
3. ¿Qué significa para usted que Jesús sea el Alfa y la Omega?
4. ¿De qué forma puede una iglesia demostrar la pertenencia a Cristo?

 

 

 Devocionales Diarios  

D. — ¿Por qué estudiar Apocalipsis? 1Tesalonicenses 5:4-10.
L. — La fuente de la revelación, 2 Timoteo 3:16.
M. — El sacerdocio real, 1 Pedro 2:9.
M. — Bendiciones de los oidores y los hacedores, Lucas 11:28.
J. — ¡Sangre redentora! 1 Pedro 1:18, 19.
V. — ¡Velad! Mateo 24:42-44.
S. — Rey de reyes—Señor de señores, Filipenses 2:9-11.

 


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