Sembrador
Puedo sembrar las más hermosas flores
Y destacar con ellas lo bello del amar
Pero por mucho que dediques amores
En pocas horas se pueden marchitar
Puedo sembrar los frutos más delicados
Que impresionen el exigente paladar
Mas pasado el tiempo en que han madurado
Tenemos de la mesa quitar y desechar
Puedo sembrar el árbol más frondoso
Que abrigo y sombra nos puede brindar.
Pero con los años deja de ser hermoso
Y es solo como leña, podemos utilizar
Pero sembrar de Cristo el evangelio
Es un reto y a la vez, honroso galardón
Siendo también sublime privilegio
Al anunciar a pecadores, el perdón
Es fuerte batalla librada de día en día
El extender la palabra, conlleva bendición
Con la promesa que nunca volverá vacía
Si cumplimos de Jesús, la gran comisión
Es siembra que siempre frutos llevará
Si la abonamos con esfuerzo y con candor
La cosecha, Dios, en sus manos tomará
Y en tierno granero guardará su amor
En el silo enorme, en que la germinada mies
De los que aceptaron la palabra predicada
Gozaremos del Señor, rendidos a sus pies
Al tener de los cielos, abierta y franca entrada
Y aquellos que no desmayaron en predicar
Tendrán grata sorpresa, bella experiencia
De los ganados por su labor, al encontrar
Rendidos todos, ante Dios en su presencia
Buen siervo mío, del evangelio buen obrero
Dirá dulcemente el Señor al tenerte en su regazo
Gracias por las almas que cuidaste con esmero
Y por todas aquellas que trajiste a mis brazos
Buen sembrador, la tarea ha sido onerosa
Al llamarte, te advertí lo duro del trabajo
Pero observa al final, que tan buena cosa
Cuantas almas rendidas a mí, tu labor trajo
Por eso mi gozo, que como promesa he dado
Si alguna falta tuviste, también hoy se perdona
Pues los ganados por ti cubren tus pecados
Y sus almas como joyas, son parte de tu corona.
José Caballero Blanco