…Cuando me realizan las pruebas de la vista el fin siempre es tratar de que mis ojos enfoquen el objeto desde una distancia que se considera la visión normal, lo que hemos oído decir como “visión de 20-20”. Es lo que los oftalmólogos llaman “llegar a la unidad”. Luego te dicen: “con esta corrección estás ok”.
Bueno, en los asuntos espirituales es fácil también perder la “visión espiritual”. Puede que muchas cargas sean dadas, de manera personal o por la influencia de otras personas, a la vida de los creyentes. Un hombre como Miqueas, profeta del Antiguo Testamento, tuvo la misma visión de parte de Dios. Sabía que la gente de su tiempo, especialmente profetas y sacerdotes, habían complicado la esencia de la religión y por lo tanto desenfocaron la vista de quien realmente es el objeto de la fe. De esta forma les llega el mensaje de Miqueas 6:8…Él te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que demanda el SEÑOR de ti, sino sólo practicar la justicia, amar la misericordia, y andar humildemente con tu Dios?
¡Ese es el punto! El enfoque verdadero de la fe es lo que realmente Dios demanda de su pueblo. Tres cuestiones fundamentales son destacadas…
Primero, “practicar la justicia”…esencialmente tiene que ver con el cumplimiento de los deberes morales de la ley y sus exigencias de santidad. Para nosotros como creyentes del Nuevo Testamento tiene un principio y enseñanza bíblica que lo resume: la santidad de vida.
Segundo, “amar la misericordia”….misericordia significa compasión por aquel que no la merece, y tiene su esencia en el amor al prójimo, a nuestros hermanos de la fe. Es amar, comprender y cuidar de aquellos que aún cuando no lo merecen Dios nos guía a hacerlo.
Tercero, “humillarte ante tu Dios”…esencialmente es vivir una vida con modestia ante Dios, reconocer que somos pecadores y que lo que de Él recibimos es por gracia y no por méritos propios.
Amado hermano (a), glorifiquemos a nuestro buen Dios porque siempre tiene palabra de bien a nuestra vida. Enfocado de 20-20 es entonces que conozco y miro al objeto de mi fe: nuestro Dios el Padre, y el Salvador Jesucristo nuestro Señor. Cuando enfocamos bien a Él veremos que sus demandas o exigencias serán un placer cumplirlas….Dios les bendiga
(Pastor Isaac D. Zamora)