Lectura: Rut 2
Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel…. –Rut 2:12.
Rut enfrentaba graves problemas. Su esposo había muerto y ella se había ido a tierra extranjera con su suegra, que era viuda.
Muchas mujeres se hallan hoy en situaciones similares. Por diferentes razones deben ocuparse de sus familias sin la ayuda de un esposo.
Entonces, ¿qué hizo Rut? Fue a trabajar. No era un trabajo glamoroso ni fácil. Caminó por los campos de cebada recogiendo el grano que los segadores dejaban atrás. Y conoció al propietario de aquellos campos, a Booz, quien posteriormente se convirtió en su esposo.
Claro que no todas las historias de personas que trabajan duro terminan tan bien. No obstante, lo que sucedió con Rut destaca dos principios importantes. Primero, Dios quiere que seamos compasivos. Las necesidades de Rut y Noemí fueron suplidas porque los propietarios cumplieron las instrucciones de Dios de dejar el excedente de grano en los campos para los pobres y las viudas (Dt. 24:19-22).
En segundo lugar, el Señor recompensa a los que trabajan (Gn. 1:28-30; 2:15; Pr. 22:29; 2 Ts. 3:10-12). En este caso, Rut recibió una bendición especial de Dios (Rut 2:12).
Tanto los obreros como los que están en autoridad tienen obligaciones entre sí y con el Señor. Independientemente de cuál sea nuestra situación tenemos que observar principios piadosos. Cualquier otra forma de abordar el trabajo no funciona.
La vida funciona mejor cuando nosotros trabajamos.
NPD/----JDB