Lectura: Proverbios 6:12-19
Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: El que siembra discordia entre hermanos. —Proverbios 6:16, 19.
Trabajó durante 30 años como espía soviético revelando los secretos británicos ante la KGB. Por eso, a H.A.R. (Kim) Philby lo han llamado «el Napoleón del engaño, el informante más grande de todos». Un editorial del periódico New York Times dijo, refiriéndose a Philby y a sus compañeros espías: «Además de la información, su mayor servicio a Moscú fue diseminar el veneno de la sospecha, indisponiendo aliado contra aliado.»
El veneno de la sospecha: ¿podría ser eso también la descripción del chisme sutil y calculador entre los cristianos? No me refiero a los flagrantes chismecitos entre creyentes sobre las faltas de los demás. Me refiero a las observaciones agudas o irónicas que siembran dudas sobre la reputación o la integridad de una persona cuando al hablar se levanta una ceja o se usa un tono de voz suspicaz.
Una de las listas más serias de la Biblia es la enumeración de las siete cosas que Dios aborrece, comenzando con «los ojos altivos» y concluyendo con «el que siembra discordia entre hermanos» (Pr. 6:16-19). Entre esas dos hay otros cinco actos de traición, cada uno de ellos representado por partes del cuerpo: la lengua, las manos, el corazón, los pies y los labios.
Señor, ayúdanos a no esparcir el veneno de la sospecha. En lugar de ello, haznos tus fieles agentes de aliento y amor.
El rumor es algo que se vuelve más espeso
mientras más se extiende.
NPD/--DCM