Viviendo Por Cristo En Pureza
Texto: 2 Pedro 2:1-22
Viviremos por Cristo en pureza permaneciendo fiel a la fe y al sistema de doctrinas que hemos recibido y que hemos enseñado.
Versículo clave: “Y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos)”. 2 Pedro 2:7, 8
UN VISTAZO PRELIMINAR
Satanás es un imitador. Es un engañador. El engaño tiene que ver con ser visto, sonar y actuar como algo real sin realmente ser real. Nadie aceptaría un billete de un dólar que fuera rosado brillante y morado, pero podríamos ser engañados con una falsificación que se parezca mucho al billete real.
Satanás tiene predicadores falsos que se asemejan a los apóstoles y a los ángeles (2 Co. 11:13-15). El propósito de esta imitación es hacer que la gente crea las mentiras de Satanás e ignore la verdad del evangelio. Éste era un peligro verdadero y Dios instruyó a Pedro que les advirtiera a los cristianos al respecto. La religión de los profetas y los maestros falsos es cómoda y popular. Éstos son los maestros con oídos sordos que hacen un censo y entonces deciden qué predicar y qué enseñar. Se especializan en enseñar lo que la gente quiere oír y no lo que la gente necesita oír.
La popularidad jamás es una prueba válida de la verdad. Una mala idea que a todo les guste y con quien todos estén de acuerdo sigue siendo una mala idea. De igual manera, la verdad es verdad aún cuando nadie la crea. La prueba de la verdad no es cómo se siente o lo que hemos experimentado. La prueba de la verdad es la Palabra de Dios. A través de la cantidad de años de servir a Jesús, Pedro había aprendido que las cosas que dijo eran ciertas. Él había aprendido a confiar en las revelaciones que Jesús le dio y quería traspasar esa seguridad a quienes venían tras él.
En el mundo hay muchos profetas y maestros falsos, y nosotros necesitamos saber cómo identificarlos y evitar las herejías que pueden destruir nuestras vidas.
UNA MIRADA MÁS CERCANA
I. Los falsos maestros
2 Pedro 2:1-3
1. Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.
2. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado,
3.Y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.
Muchas personas en los días de Pedro sabían acerca de los falsos profetas del Antiguo Testamento. Éstos eran los hombres que contradecían la predicación de Jeremías e Isaías en los días anteriores a la cautividad. Estos hombres profetizaban “cosas halagüeñas”, no la verdad (Is. 30:10). Al hacer esto confundían a la gente y ensombrecían el mensaje de los profetas verdaderos. De igual manera había maestros falsos del Nuevo Testamento. Una manera que podemos conocerlos es por los métodos que emplean.
Sigilosamente traen herejías abominables. La idea aquí es que ellos no comienzan negando la verdad. Comienzan simplemente trayendo otras ideas y diciendo que estas otras ideas son iguales a la verdad bíblica. Al final esto lleva a negar a Jesús y a dudar de la salvación.
Usted tiene el justo derecho de tener sus propias opiniones en cualquier asunto, pero no tiene derecho de establecer su propio juego de hechos. La verdad es verdad y a las opiniones e interpretaciones de los hombres jamás se les debe dar la misma importancia o fuerza como a la verdad de la Palabra de Dios. También tenga cuidado con el hombre que tiene una interpretación privada que los no iluminados no pueden entender. Este tipo de hombre se dirige hacia la herejía.
Los asuntos importantes están en juego en nuestras decisiones espirituales. Cuando seguimos las fábulas astutas de los hombres, arriesgamos la destrucción eterna. Jesús es el camino, la verdad y la vida, y no hay otro nombre debajo del cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos. Creer una mentira, sin importar cuan sinceramente la creamos, es arriesgar la destrucción precipitada.
El motivo de los falsos maestros es la codicia. Puede ser la codicia al dinero, al poder o la fama. Algunos simplemente buscan ejercer influencia sobre otros. El motivo siempre está ligado a alguna ganancia personal para el maestro falso. Estos maestros usan palabras artificiales. Este término en griego es el origen de nuestra palabra plástico. Los maestros falsos hacen uso de palabras plásticas que pueden ser torcidas y tergiversadas para amoldarse a las necesidades de ellos. La verdad de la Palabra de Dios no descansa sobre los puntos finos de la gramática. La Biblia es como una espada de dos filos, precisa y poderosa. No necesita la sabiduría del intelecto humano para hacer su maravilloso trabajo.
Estos maestros falsos eran personas perdidas. Jamás habían probado la verdad sobre Jesús; por lo tanto nunca podían compartirla con otros. El pecador más analfabeto que le haya realmente entregado su corazón a Jesús sabe qué le sucedió (Jn. 9:25). Puede que no pueda explicarlo, pero sabe que es salvo. En cualquier discusión religiosa podemos llegar a la verdad fundamental preguntando acerca de la salvación. Si usted está equivocado en cuanto a la salvación, lo más probable es que tampoco esté correcto en todo lo demás. Hay muchas cosas que dividen a los cristianos, pero todas se reúnen al pie de la cruz. Todo cristiano verdadero conoce a Jesucristo como su Salvador personal. Pregúntele acerca de la salvación a cualquiera que le ofrezca instruirlo espiritualmente. No hay un mejor lugar para comenzar.
II. Motivos y acciones falsos
2 Pedro 2:10-18
10.Y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en con-cupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío.
11. Mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor.
12. Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición,
13. recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aún mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores.
14. Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición.
15. Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad,
16. y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta.
17. Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre.
18. Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error.
Nosotros nos identificamos entre nosotros por las características y la conducta más que por el nombre. Es probable que nadie se etiquete a sí mismo como maestro falso. Pedro nos da algunas marcas que identifican a aquellos que practican el engaño espiritual.
Primero, son arrogantes. Estos maestros falsos sostienen que son mejores, más inteligentes y más capaces que los demás. Engañaban a cualquier tipo de gobierno. No querían contestarle a nadie por las herejías que presentaban. Eran presumidos y no temían hablar mal contra nadie. Pedro observa que aún los ángeles del cielo, que son mucho más poderosos que los hombres, no se atreverían a tener un espíritu tan orgulloso.
La herejía nace del ego inflado. El maestro falso debe comenzar por pensar que es especial y que tiene una perspectiva única de la verdad que nadie más posee. Así como Satanás, el maestro falso alardea y asume mucha más importancia que la que realmente tiene. Pedro compara a estos hombres con animales que piensan sólo en sí mismos y jamás ven su certera destrucción. A estos hombres les falta la perspectiva espiritual verdadera y el entendimiento, y al final perecen.
Un factor primordial sobre la doctrina falsa es que no funciona. La herejía no salvará a nadie ni le ofrecerá fortaleza espiritual, la cual necesita diariamente todo hijo de Dios. El maestro falso eventualmente llegará a creer las mentiras que dice y perecerá debido a ello. Si nosotros no creemos la verdad, lo único que queda por creer es una mentira.
Pedro usó términos tales como “tienen por delicia”, “se recrean en sus errores”, “llenos de adulterio”, “no se sacian de pecar”, “seducen” e “hijos de maldición” para describir las actividades de estos hombres. Éstos son términos descriptivos y sugieren un estilo de vida depravado, en vez de un corazón cambiado por la gracia de Dios. Éstas son las cosas de las cuales Jesús nos salva, no la vida que debamos vivir después de ser salvos. Tenemos un derecho y una responsabilidad de ver las vidas de quienes nos enseñarían. Su andar debe reflejar su hablar.
Una característica particular de los maestros falsos son los ojos llenos de adulterio. Estos hombres literalmente no podían dejar de pecar. Esto se debe a que sus corazones jamás habían sido limpiados por Jesús. Todos los hombres son pecadores, pero aquellos que conocen al Señor tienen los medios disponibles para lidiar diariamente con el pecado y aprender a través del ministerio del Espíritu Santo para evitar los impulsos carnales que le llegan a todos. A un maestro falso le falta su recurso espiritual y es víctima fácil de cualquier tentación.
Estos hombres se comparan con los falsos profetas del Antiguo Testamento, específicamente a un hombre llamado Balaam. Balaam era un profeta falso a quien le pagó el rey de Moab para que profetizara contra Israel. Intentó dar esta profecía, pero su asno le habló y le prohibió hacerlo. Lea este relato en Números 22—25. Es extraordinario que los animales le obedecerán a Dios cuando la gente no lo haga.
Balaam hizo todo esto por dinero y prestigio. Él sabía mucho, pero su codicia pudo más y así pasa con los profetas falsos. Aún cuando la herejía esté expuesta o su enseñanza sea desaprobada por la Biblia, no cambiarán porque codician la ganancia económica que acompaña la enseñanza falsa.
Luego, en una serie de ilustraciones, Pedro nos demuestra cuan insensato es confiar en los maestros falsos o creer la falsa enseñanza. Es como un pozo que no tiene agua. Tal pozo es sólo un hoyo en el suelo, un obstáculo y un peligro en lugar de ser una bendición. Son como nubes que son sopladas de un lado a otro por el viento pero que jamás traen la lluvia prometida y refrescante. Sus palabras ofrecen muchas cosas maravillosas, pero las promesas jamás se cumplen.
III. Los corazones falsos
2 Pedro 2:20-22
20. Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contamina¬ciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo,enredándose otra vez en ellas son vencidos,su postrer estado viene a ser peor que el primero.
21. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado.
22. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.
Lo peor de este problema no estriba en que los falsos maestros estén equivocados sobre lo que enseñan; el problema verdadero es que sus corazones están perdidos en pecado. Puede que hayan hecho una profesión de fe, pero en realidad jamás tuvieron una experiencia con Jesús, un corazón cambiado. Ellos conocen acerca de Jesús pero nunca lo conocieron personalmente. Nunca es suficiente conocer sobre la Biblia o sobre la verdad. La verdad debe ser experimentada para que produzca un cambio en nosotros.
Es más probable que una persona que jamás ha oído la verdad, la crea, a que una persona que ha creído la falsedad la rechace y se vuelva a la verdad. La razón es sencilla. Entre más persistamos en cualquier curso de acción, más difícil será cambiar nuestras mentes. La víctima principal de cualquier herejía es la persona que la propaga. Por eso es que necesitamos asegurar nuestro llamado y nuestra elección.
Estos maestros falsos nunca tuvieron un cambio de naturaleza. Son como un animal entrenado que por un tiempo se logra que actúe contrario a su naturaleza. Un perro puede ser entrenado para hacer muchas cosas, pero el perro siempre es perro. Un cerdo puede ser lavado y vestido con un ropa linda, pero cuando se deja solo el cerdo volverá al lodo. La razón es simple; el cerdo sigue siendo un cerdo.
Pero cuando nuestra naturaleza es cambiada por Jesús, somos cambiados para siempre. Somos una nueva creación en Cristo, y tenemos una base diferente para vivir.
UNA PALABRA FINAL
Sobresale una característica en estas descripciones de los maestros falsos. Son personas orgullosas y que no se han arrepentido. Una diferencia marcada es que el verdadero siervo de Dios es humilde. Siempre habrá falsos maestros y nosotros necesitamos saber cómo identificarlos, pero también es importante saber qué hacer en cuanto a ellos.
Primero, no debemos prestarles atención. Un hijo de Dios debe saber la verdad y debe unirse a una iglesia del Señor donde la verdad sea enseñada y practicada. La mejor defensa es quedarse lo más cerca posible del Señor y de la Palabra.
No debemos tratar de luchar activamente con los falsos maestros. Jesús enseñó en Mateo 13:25-30 que nosotros debemos dejar que la cizaña y el trigo crezcan juntos y el Señor de la cosecha los clasificará en el día final. Nuestro trabajo es enseñar la verdad a toda costa. Con seguridad podemos dejar todos los asuntos de juicio en las manos de un Dios justo y amoroso.
PARA DISCUSIÓN
1. ¿Deberíamos sorprendernos por el aumento de profetas falsos en nuestros días? ¿Por qué sí o por qué no?
2. ¿Cuáles son algunas de las características de los profetas falsos?
3. ¿Aparentan los falsos profetas ser personas salvas, cristianas y preocupadas?
4. ¿Cómo podemos detectar a los falsos profetas entre los verdaderos maestros cristianos?
Preparado por D. Robinson; COMITÉ BAUTISTA ESCUELA DOMINICAL de A.B.A.