Lectura: Efesios 1:1-14
… nos hizo aceptos en el Amado. –Efesios 1:6.
¿Te has preguntado alguna vez lo que Dios piensa de ti, especialmente cuando acabas de hacer algo que sabes que Él ha dicho claramente que está mal?
Mucha gente piensa que Dios se convierte en un Padre severo que airadamente da la espalda y busca la manera de desheredarlos.
Pero esa clase de razonamiento pasa por alto una de las grandes verdades de la Biblia. Una vez colocamos nuestra confianza en Jesús para que perdone nuestros pecados y nos haga hijos de Dios, no tenemos que preocuparnos más acerca de no ser aceptados por Él.
Es cierto que no recibimos una sonrisa de aprobación de Dios cuando le desobedecemos, pero no corremos el peligro de que nos eche de su familia. Nuestra aceptación como hijos de Dios descansa en la obra acabada de Cristo. Somos aceptados por la gracia de Dios, no por nuestros propios esfuerzos. La vida eterna es un regalo, no el resultado de nuestras obras. Si hemos confiado en Cristo, no hay duda alguna de que el Padre nos ha aceptado.
Sí, podemos saber lo que Dios piensa de nosotros. Dios nos ama con un amor eterno (Jer. 31:3). Cuando nos descarriamos por nuestra desobediencia, nos apremia a regresar a una estrecha relación con Él. En respuesta a su amante aceptación, vivamos de tal manera que le agrademos.
Un hijo de Dios siempre es bienvenido a casa.
NPD/JDB