Texto: Efesios 6:14-24
Versículo clave: “Orando en todo tiempo 40. con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.” Efesios 6:18
Los hijos de Dios tienen una razón para ser optimistas en cualquier situación. Nosotros tenemos los medios para preservar nuestra fe y vivir para Jesús.
UN VISTAZO PRELIMINAR
Un hijo de Dios debe ser la persona más optimista y llena de esperanza sobre la tierra. Cuando somos salvos, el cielo es nuestro hogar eterno y solo ese hecho debe llenar nuestros corazones de gozo. Pero muchos cristianos no viven así. Mire alrededor un domingo en la mañana y verá caras amargadas y malas actitudes. Muchos hijos de Dios se ven como si hubieran sido vacunados con jugo de pepinillo.
Esto no tiene que ser así ni debe ser así. Pero para tener una actitud feliz y optimista tenemos que entender la lucha en la que estamos y el resultado final de la batalla.
Una vez que tengamos estas verdades firmemente fijadas en nuestras mentes, nuestro punto de vista cambiará. No sólo somos ganadores; somos más que vencedores por medio de
Jesucristo (Ro. 8:37).
Una actitud positiva no sólo nos ayudará como individuos, hará maravillas en nuestro testimonio a otros. Unos cuantos de nosotros realmente deseamos andar cerca de personas cascarrabias. Puede que podamos soportar a tales personas amargadas, pero normalmente las evitamos, si es posible, y nos alejamos de ellas tan pronto podamos. Por el otro lado, a la mayoría de las personas les gusta estar cerca de personas felices, alegres, optimistas. Ahora, ninguna persona en la tierra tiene más para estar feliz que un hijo de Dios nacido de nuevo, miembro de una iglesia nuevo-testamentaria y que esté activamente sirviendo al Señor en esa iglesia.
Nosotros podemos y debemos tener una actitud y un punto de vista positivos. Estos versículos nos dicen cómo.
UNA MIRADA MÁS CERCANA
I. La armadura de Dios
Efesios 6:14-17
14. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
15. y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
16. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
17. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
La primera advertencia para el cristiano es estar firme. Jamás debemos retirarnos. Si usted está convencido que cree la verdad, jamás tiene que disculparse por lo que cree. En ningún momento le hace falta estar de acuerdo con el error, y nunca necesitará tratar de armonizar con la filosofía falsa. Esta es una metáfora militar, y nos está enseñando a hacer una aplicación espiritual de los muchos elementos de un equipo militar de un soldado del siglo primero. Así como ningún soldado iría a la batalla sin su armadura y su espada, así ningún hijo de Dios debe entrar al conflicto de la vida sin este equipo vital.
Los tiempos de los verbos usados en el pasaje dividen esta armadura en dos grupos. El primer grupo consiste en la verdad, la justicia y la paz. Estas son cosas que todo hijo de Dios ya tiene, aún si él o ella no se percatan que están ahí. Si usted es salvo debe conocer la verdad. Usted tiene la justicia de Jesucristo imputada para su propia justicia, y usted ha sido salvo al oír y creer el evangelio. El resultado de su fe es que usted tendrá paz con Dios. Estas cosas son hechos, pero usted necesita entenderlas y darse cuenta que se aplican a su corazón. Así como la faja, la coraza y los zapatos son artículos básicos de vestir elementales para la protección de un soldado; así, la verdad, la justicia y la paz son fundamentales para un hijo de Dios. Adhiérase firmemente a lo que Dios ha hecho ya por usted antes de ir más allá. Comprenda que el entendimiento de estas tres cosas irá mucho más allá, le protegerá de los ataques de Satanás.
El segundo grupo consiste en tres cosas que tomamos. No las tendremos a menos que conscientemente nos apropiemos de ellas por nuestra propia cuenta. La primera es el escudo de la fe. Esta no es una fe salvadora; más bien es una fe viva. Es fe en el sentido de que realmente actuamos basados en cosas que ya creemos. El escudo romano era un artefacto de madera y cuero grande, tal vez de metal, el cual era usado para proteger al sol-dado del ataque. Nuestra mejor protección es poner nuestra fe en acción y literalmente actuar basado en las cosas que creemos. Cuando hacemos esto, estamos protegidos de los dardos encendidos del enemigo.
Los dardos de Satanás son los malos pensamientos que saltan a nuestras mentes y las actitudes amargas que entran sigilosamente a nuestras vidas. Nosotros debemos reconocer que estas cosas son enviadas del infierno para desanimarnos y derrotarnos, y debemos resistirlos aplicando nuestra fe interna a nuestro diario vivir.
Satanás ataca nuestras mentes y para eso tenemos un yelmo de salvación. Tres cosas pueden sucederle a nuestras mentes y dos de ellas son malas. Simplemente podemos ser ignorantes, eso es que sencillamente no sabemos lo que tenemos que saber. Podemos estar mal informados; o sea que podemos aprender, pero aprender todas las cosas malas. Y por supuesto, podemos conocer la verdad. El conocimiento de la verdad comienza con nuestra relación con Jesús, y con ese gran evento podemos poner a prueba “las otras verdades”. Si usted es salvo entonces póngase en contacto con la verdad que lo salvó. Regrese a la cruz y renueve su relación con Jesús. El cristiano que estudia la Biblia y adora al Señor regularmente en una iglesia local no será fácilmente desviado.
De último, la única arma ofensiva aquí es la espada del Espíritu. Esta es la Palabra de Dios (Hb. 4:12). Esta es la única arma que necesitaremos en todo momento. Esta espada puede atravesar el meollo de cualquier asunto y ayudarnos a manejar la situación. Jesús usó la Palabra de Dios cuando fue atacado por Satanás (Lc. 4:1-13) y nosotros también debemos hacerlo.
II. Las provisiones de Dios
Efesios 6:18-20
18. Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
19. Y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,
20. por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.
El poder que capacita a un hijo de Dios a estar firme es el poder de la oración. Así como un soldado necesita la nutrición adecuada para pelear adecuadamente, o como dijo un hombre: “un ejército viaja en su estómago”, así el hijo de Dios necesita una dieta balanceada de oración para servir al Señor.
Se nos dice que oremos siempre. Esto no significa que debemos andar por ahí hablando entre dientes. Quiere decir que debemos siempre tener una actitud de oración en nuestros corazones para que en un instante estemos listos para comunicar nuestras necesidades tan pronto surjan. Esto nos prepara para un ataque sorpresivo de parte del diablo.
Debemos orar empleando todas las formas de orar, porque hay más de una clase de oración. Hay oraciones de súplica, agradecimiento e intercesión así como oraciones donde simplemente le pedimos a Dios por las cosas que necesitamos. Si sólo oramos por bendiciones específicas, nos estamos perdiendo de algunas formas fundamentales de comunicación con nuestro Padre Celestial.
Debemos orar en el Espíritu. Esto quiere decir que no llegamos a Dios en nuestra propia fuerza ni por nuestro propio mérito. Con palabras que nosotros no podemos decir, el Espíritu Santo hará intercesión por nosotros para que la voluntad de Dios sea hecha en nuestras vidas. Puede que no sepamos las palabras correctas que debemos decir, pero el Espíritu Santo sí,y siempre debemos confiar en Él conforme oramos (Ro. 8:26).
Debemos adoptar una actitud de velar cuando oramos. Velar quiere decir “estar alerta” o como dijo Pablo en 1 Tesalonicenses 5:6, 8, ser sobrio. No debemos ser perezosos ni dormilones conforme vivimos u oramos. Nuestras vidas de oración no deben degradarse a sólo una mera palabrería memorizada o a un ritual cada tanto. Cuando hablamos entre nosotros tenemos que ponernos atención, y cuando oramos también debemos poneratención. Escuche a Dios y hable con Él completamente concientizado de su situación y del poder que tiene Él para ayudarle.
La oración jamás debe ser temporal. Por esto es que se nos dice que perseveremos en la oración. No debemos orar una vez y luego olvidarnos del asunto. Jesús enseñó que debemos ser fervientes en nuestras oraciones y seguir orando en fe. Esto no sugiere que estemos tratando de poner a Dios de nuestro lado o de influenciarlo demasiado. Esto jamás se puede hacer. Pero debemos demostrar que somos sinceros cuando oramos y una forma para hacer eso es siendo perseverantes (Lc. 11:1-8).
Debemos ser específicos cuando oramos, pero no exclusivos. Debemos orar por todos los santos. Puede que sea fácil orar por aquellos que nos caen bien o por aquellos de nuestra familia, pero esta enseñanza también va dirigida a los que no nos caen bien y a nuestros enemigos. Nuestra marca de verdadero cristianismo es que oremos por los que odiamos y nos usan con malas intenciones (Mt. 5:44). Jesús nos enseñó a decir “Padre nuestro”, no Padre mío. Dios no hace distinción de personas y ninguno de nosotros tiene ningún derecho exclusivo para orar. Debemos interceder por las necesidades de todos los santos.
Cuando oramos o cuando pedimos oración, jamás debemos temer ser específicos. Pablo les pidió a los efesios que oraran porél de una manera muy específica. Él les pidió que oraran para que se le abriera una puerta para que él predicara el evangelio a otros, aunque estuviera en prisión en el momento en queescribió estas palabras. Él no les pidió que fuera liberado de prisión, sino que fuera usado de una manera mayor para divulgar el evangelio. Este es un maravilloso ejemplo de orar en la voluntad de Dios.
III. El pueblo de Dios
Efesios 6:21-24
21. Para que también vosotros sepáis mis asuntos, y lo que hago, todo os lo hará saber Tíquico, hermano amado y fiel ministro en el Señor.
22. el cual envié a vosotros para esto mismo, para que sepáis lo tocante a nosotros, y que consuele vuestros corazones.
23. Paz sea a los hermanos, y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
24. La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable.Amén.
Una característica linda sobre el escudo romano era que los escudos individuales podían vincularse entre sí para formar un tipo de pared que protegía a las tropas conforme avanzaban. Nosotros no estamos solos en la batalla. Una de las herramientas favoritas del diablo es asolar a un solo creyente. Cuando tratamos de estar firmes en nuestra propia fuerza y cuando tratamos de enfrentar todas las pruebas de la vida por nosotros mismos, somos víctimas fáciles de sus dardos encendidos.
Pero cuando nos detenemos y miramos alrededor, fácilmente veremos que estamos rodeados de una vasta compañía de creyentes. Pablo quería que los de Éfeso conocieran las cosas que se estaban dando en su vida. Él no se avergonzó de su situación. Él quería una discusión honesta y abierta de todo lo que le había sucedido a él. De igual manera nosotros.
Pablo envió a Tíquico, su fiel colaborador para hacer saber todas estas cosas a los efesios. El propósito de esto no era con-tar chismes, era para consolar los corazones de aquellos enÉfeso que realmente se preocupaban por Pablo y se preguntaban sobre las cosas que le habían sucedido.
Esto nos enseña a compartir nuestras cargas así como nuestras bendiciones. Esta es una de las funciones de una iglesia local. Ahí podemos reunirnos y compartir los unos con los otros. El resultado de esto será que los corazones serán consolados. A menudo podríamos pensar que somos los únicos que hayamos tenido un cierto problema o llevado cierta carga. Qué consuelo es darse cuenta que otros han pasado por el mismo camino y han salido de la batalla en victoria.
UNA PALABRA FINAL
La conclusión para esta gran carta a los efesios es tan simple en sus palabras como profunda en su significado. Esta no es una conclusión formal o hecha a la carrera, como podríamos superficialmente escribir al final de una carta sólo para que esté gramaticalmente correcta. Esta conclusión es parte de la Biblia como lo es cualquiera de las otras palabras que podríamos encontrar.
Pablo estaba expresando su deseo para los que leyeran estas palabras. Él quería tres cosas—paz, amor y fe. Como vimos anteriormente, la paz es el resultado del evangelio. El evangelio de Jesucristo trae paz a nuestros corazones cuando creemos. Jesús es la mayor expresión que posiblemente podamos tener del amor de Dios por la humanidad, y cuando recibimos ese amor, encontramos la paz en nuestros corazones. Todo esto es producto de la fe. Cuando no sólo creemos la Biblia sino que también damos el paso de aplicar a nuestras vidas lo que creemos, encontramos la relación correcta con Dios y con los demás creyentes.
Todo esto es resultado de la gracia de Dios que se nos revela por medio de Jesús. Somos salvos por gracia y vivimos por gracia. Es la gracia de Dios la que nos preserva y nos capacita, y es esa gracia la que un día nos librará del enemigo más grande, la muerte.
Esta gracia se demuestra en las vidas de aquellos que verdaderamente aman al Señor. Este es el amor sincero que se refleja en una vida cambiada, no la proclama hipócrita que sólo se expresa con palabras. Si tenemos el amor de Dios, encontraremos una base permanente para una vida feliz que honre a Dios.
PARA DISCUSION
1. ¿Cuál es el mandato dado a este “soldado”? ¿Por qué?
2. ¿Cómo prepararía cada pieza de armadura a este soldado contra un ataque? ¿De qué manera podría debilitarle la falta de alguna pieza de la armadura?
3. ¿Por qué Pablo no les pidió a los efesios que fuera liberado de prisión?
4. ¿De qué manera es vital la información para nuestro bienestar espiritual? ¿Qué parte jugaron Tíquico y Epafrodito en proveer un vínculo de comunicación entre Pablo y los efesios?
de bendición, sabemos que este tema da para mucho más,quisiera recibir en mi correo de sus enseñanzas.
en la Paz de Cristo
gracia hermano por esos mensaje que han sido de mucha bendicion