Texto: Efesios 5:3-21
Versículo clave: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.” Efesios 5:18
Todo hijo de Dios debe ser un testigo efectivo tanto de palabra como de hecho.
UN VISTAZO PRELIMINAR
La verdadera prueba de nuestro carácter no es lo que decimos; es lo que hacemos. Nuestro comportamiento es la mejor indicación de lo que verdaderamente está pasando en nuestros corazones (Mt. 7:16-20). Dios nos muestra como el Espíritu Santo puede controlar nuestras acciones.
Desde el comienzo debemos observar que el control del comportamiento de parte del Espíritu simplemente no es posible para un a persona perdida. La vieja vida es la única vida que un hombre o una mujer incrédulos tienen. Sin embargo, una persona nacida de nuevo, y nosotros podemos entonces optar por dejar que nuestra nueva naturaleza controle nuestra vieja vida.
Es de vital importancia saber que no podemos vivir una vida cristiana por sólo tomar esa resolución. Nosotros no podemos meternos dentro de nosotros mismos y encontrar el tipo de resolución y fuerza para despojarnos del viejo hombre y vestirnos del nuevo. Este poder viene sólo de Dios y está disponible para todo creyente en Cristo.
Un hijo de Dios debe de apropiarse del poder de Dios y viviruna vida que le agrade a Él. El texto nos ofrece una demostración poderosa de lo que sucederá cuando lo hagamos. Estos son cambios reales en nuestra conducta exterior que vienen como resultado de un cambio permanente en nuestros corazones.
Mientras que jamás debemos de juzgarnos entre nosotros, tenemos el derecho de ver el fruto y tomar una determinación sobre la naturaleza del árbol. La gente perdida necesita el evangelio, sin importar dónde estén ni quiénes sean. La imitación exterior no es un sustituto del verdadero cambio espiritual.
UNA MIRADA MÁS CERCANA
I. Una vana manera de vivir
Efesios 5:3-9
3. Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos;
4. ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.
5. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.
6. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.
7. No seáis, pues, partícipes con ellos.
8. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.
9. (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad).
Es imposible que una persona salva se comporte como una persona perdida. Muchos lo hacen, pero la Biblia sencillamente nos dice que seamos sinceros. Un hijo de Dios al final se deshará de todo este mal comportamiento y la causa de Cristo se servirá mejor entre más pronto lo haga. Conforme usted repasa esta lista, observe algunos puntos importantes.
Nosotros no sólo debemos evitar este comportamiento, sino que ni siquiera debemos dejar que se nombre entre nosotros. O sea, no debemos hablar sobre la mala conducta como si secretamente quisiéramos involucrarnos en ella. Muchos pecados terribles comienzan con lo que aparentan ser conversaciones inocentes. Cuide sus palabras, ellas le pueden llevar a involucrarse en una mala conducta.
En vez de hablar insensatamente, debemos usar nuestro don del habla para darle gracias a Dios. Cuando usted realmente se involucre en darle gracias a su Padre Celestial, no estará planeando una ocasión para pecar.
La razón dada aquí es simple. La lista en el versículo 5 no se da para sugerir que somos salvos por obras y que ciertas personas no pueden convertirse. Este versículo está enseñando que los que habitualmente practican el pecado sin la restricción ni la influencia del Espíritu Santo en sus vidas, están perdidos, sin importar lo que puedan decir con sus bocas. Por ejemplo, un idólatra puede decir que conoce a Cristo, pero sus acciones dicen que está mintiendo, y en el juicio su decepción será evidente. Nosotros no trabajamos por nuestra salvación, pero una vez que somos salvos habrá un cambio en nuestra conducta (2 Cor. 5:17).
Otra buena razón para evitar un mal comportamiento es que la ira de Dios vendrá sobre los que no le obedecen. Nosotros necesitamos saber dos cosas sobre la ira de Dios. Primero, la ira de Dios no es algún tipo de rabieta donde Dios intencionalmente insulta a quienes les desagradan. La ira de Dios se relaciona con la ley de las consecuencias inevitables. Cuando pecamos, el pecado lleva consigo el peso del castigo. La ira de Dios es el retiro de su gracia protectora y cuando esto sucede, el efecto del pecado es horrible.
Entonces, debemos aprender que la ira de Dios va dirigida con el propósito de ayudar y curar. Dios disciplina a los que Él ama (Heb. 12:6). Dios está guiando al hijo desobediente de nuevo al hogar, y Él para eso usa el castigo. Esto no es ira, como los hombres la conocen; es un acto de amor divino diseñado para acercarnos a Jesús.
Simplemente deberíamos rehusarnos a tomar parte en los actos de maldad del mundo que nos rodea. Dígale no al pecado y mantenga su palabra. Nosotros podemos hacer esto porque tuvimos un cambio en nuestros corazones cuando fuimos salvos.
Todo creyente una vez estuvo perdido, pero cuando nosotros nos arrepentimos de nuestros pecados y confiamos en Jesús como nuestro Salvador, nacemos de nuevo y tenemos el poder para cambiar nuestra conducta. Nosotros no vivimos en tinieblas. No tenemos que ser gobernados por las tinieblas que nos rodea. Así que podemos andar como hijos de luz. Caminamos dando dos pasos y luego repitiéndolos una y otra vez. Espiritualmente, esos dos pasos son despojarse del viejo hombre y vestirse del nuevo. Esto lo hacemos una y otra vez tan a menudo como sea necesario; y lo hacemos en obediencia al Señor.
El fruto del Espíritu no se encuentra en las obras de las tinieblas. Nosotros jamás podemos hacer el bien, haciendo el mal. Simplemente póngalo de la siguiente manera: nunca es correcto hacer lo malo y nunca es malo hacer lo correcto. Un hijo de Dios sabe la diferencia y debe despojarse de las viejas obras de las tinieblas.
II. Vivencia aceptable para el Señor
Efesios 5:10-14
10. Comprobando lo que es agradable al Señor.
11.Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas;
12. porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto.
13. Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo.
14. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.
Hay un estilo de vida aceptable para el Señor y todo hijo de Dios puede vivir de esa manera. Nuestro comportamiento, más allá de nuestras palabras, muestra lo que está en nuestros corazones. Lo que nosotros hacemos grita tan fuerte que lo que decimos no puede ser escuchado. Estos versículos son un claro llamado para corregir la conducta cristiana.
En esto, como en todas las cosas, nuestro ejemplo es Jesús. Jesús vivió en el mundo, pero jamás fue del mundo. Nosotros debemos seguir su ejemplo. Dios no quiere que nos retiremos y vivamos en algún tipo de asolamiento santo de otras personas. De hecho, es justo lo opuesto. Jesús dijo claramente en Mateo 10:16, “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos: sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas”. ¡Imagine a un pastor enviando a una oveja indefensa hacia la manada de lobos! Se ve como una receta para el desastre, pero Jesús sabe lo que está haciendo. Entre tanto dependamos del Pastor, estamos perfectamente seguros, pero si comenzamos a comportarnos como lobos y les prestamos atención y los envidiamos, estamos en un peligro grave y grande.
Podemos estar en el mundo, pero no tenemos que tener compañerismo con el mundo. Esto quiere decir que no tenemos que amoldarnos ni estar de acuerdo, ni siquiera llevarnos bien. Nosotros tenemos que ser diferentes, así como Jesús fue diferente. Pero no debemos ser desagradables. No tenemos que adoptar una actitud de santo y auto-justo. Recuerde que todos los convertidos aún somos pecadores; pero nosotros tenemos que ser un ejemplo positivo y demostrar evidencia de los cambios que Jesús ha hecho en nuestros corazones.
No debemos hablar como los del mundo. Nunca debemos permitir que el idioma vergonzoso del mundo salga de nuestros labios. Nosotros no debemos ni tenemos que usar palabras sucias y groseras. No debemos buscar las obras de las tinieblas. Más bien debemos permitir que la luz que está en nosotros sea vista en nuestras vidas por las personas inconversas. Sólo en la medida en que la luz brille podrá lograr su propósito. No debemos esconder nuestra luz debajo de un alud, sino dejar que brille y permitir que la verdad sea dicha.
A manera de metáfora, Jesús tuvo mucho que decir acerca de la luz como verdad espiritual. Nosotros somos la luz del mundo y no debemos malgastar nuestras vidas en las tinieblas. La luz nos despertará cuando estemos dormidos, y la luz del evangelio nos debe levantar, y entonces podremos permitir que Jesús sea nuestro guía en toda nuestra vida.
III. Una mirada diligente
Efesios 5:15-21
15. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
16. aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
17. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
18. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,
19. hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;
20. dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
21. Someteos unos a otros en el temor de Dios.
La palabra diligencia viene de las palabras que significan “mirar alrededor”. Mirad con diligencia cómo andéis quiere decir andar con precisión. Nosotros no viviremos una vida cristiana por accidente. El insensato rebota de un lado a otro sin dirección ni propósito en su vida. El hombre sabio andará según un plan y ese plan será la voluntad de Dios para su vida individual. Dios tiene un propósito para su vida. Usted puede descubrir ese propósito y puede vivir una vida fructífera y completa.
Una idea importante para mantener en mente es que nuestro tiempo en la tierra es limitado. Nosotros no podemos acumular nuestro tiempo. Todos tenemos la misma cantidad de horas en un día, pero podemos usar nuestro tiempo sabiamente o desperdiciarlo. Cuando servimos al Señor, estamos redimiendo nuestros días y evadiendo el mal en ellos. Vivimos en un mundo pecaminoso, y si no tomamos pasos positivos hacia la justicia, nuestras vidas serán alcanzadas por el mal. El remedio es evitar la insensatez y entender la voluntad de Dios para su vida. ¿Cómo? Estudiando la Biblia y siguiendo el liderazgo del Espíritu Santo.
Los caminos del mundo llevan al desperdicio. La ilustración en el texto es la de una persona que está ebria. Nosotros no debemos estar ebrios; más bien debemos estar llenos del Espíritu Santo. Esta es una sustitución, no una comparación. Una descripción de una persona llena del espíritu sigue este pasaje. Cuando estamos llenos del Espíritu Santo, cantamos y alabamos a Dios. Esta fue la conducta de Pablo y Silas en Filipos (Hch. 16:24-26).
Daremos gracias aún cuando las cosas no salgan como queremos. ¿Puede usted dar gracias por todas las cosas? Esa es una verdadera prueba de nuestra madurez espiritual. Y nosotros nos someteremos los unos a los otros en el temor de Jehová. Este es un principio que tiene una aplicación de largo alcance en nuestras vidas cristianas y en lecciones futuras veremos cómo se aplica. Estas cosas son consecuencia de la llenura del Espíritu Santo.
Todos seremos guiados por algo o por alguien en nuestras vidas. Podemos decidir seguir la influencia del mundo que nos rodea. Podemos mirar a otros para buscar las normas de nuestra conducta. Si lo hacemos, por supuesto que seremos como aquellos a quienes imitamos.
UNA PALABRA FINAL
Terca y egoístamente nosotros tratamos de establecer nuestro propio curso en la vida. Nosotros podemos ver hacia adentro y confiar en nuestro propio consejo; pero si lo hacemos, tendremos un líder insensato. Muchos hombres que se formaron a sí mismos han llegado a darse cuenta que no les gusta lo que han hecho de si mismos. Es egoísta pensar que usted tiene todas las herramientas que necesita para tomar sus propias decisiones en la vida.
Nosotros podemos seguir la mala influencia del príncipe delpoder del aire. Él es el diablo, y anda buscando hacer daño, engañar y destruir a todos en este planeta. Nosotros podemos ceder a nuestra naturaleza vil, pero si lo hacemos, cosecharemos el torbellino del mal.
O podemos prestarle atención a la verdad de la Biblia y ser guiados por la gentil súplica del Espíritu Santo. Cuando lo hagamos, encontraremos la verdadera sabiduría y la mejor maneraposible para vivir. Dios no es nuestro enemigo. Él nos ama yquiere llevarnos al cielo. Él dio a su Hijo para morir por nuestros pecados, y le ofrece a cada uno su Espíritu para guiarlo en todas las decisiones que tenga que tomar. Reconózcalo en todossus caminos, y Él guiará su camino.
PARA DISCUSION
1. Nombre algunos pecados que usted cometió cuando estaba perdido y que ya no quiere hacer.
2. Cite algunas “palabras vanas” que pueden engañar nuestros corazones.
3. ¿De qué maneras puede usted demostrar el fruto del Espíritu Santo en su vida?
4. ¿Cuál es la forma bíblica para dirigir un culto de canto? ¿Quién debe recibir la gloria cuando cantamos?