Lectura: Lucas 12:31-40
Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. . . .
–Mt. 24:44.
Un maestro dijo a sus alumnos que se ausentaría por algunas semanas, y ofreció un premio al estudiante cuyo escritorio encontrase más ordenado a su regreso. Pero no les dijo qué día volvería.
Puesto que el premio era grande, todos los alumnos decidieron ganarlo, incluyendo una niña cuyo escritorio normalmente estaba muy desordenado. Sus compañeros de clase se burlaban diciendo:
–María, nunca ganarás. Tu escritorio nunca está nítido.
–¡Ah!, pero estoy pensando limpiarlo a principios de semana de ahora en adelante.
–Pero –dijo alguien– supón que el maestro regresa a finales de semana.
–Entonces lo limpiaré por las mañanas.
–Pero –persistió otra compañera– el profesor podría venir al final del día.
Por un momento, la niña se quedó en silencio pensando. Luego dijo decididamente:
–Ya sé lo que voy a hacer. ¡Lo mantendré limpio siempre!
Si queremos recibir la aprobación de nuestro Señor cuando Él vuelva, debemos estar siempre listos. Jesús no dijo que «nos preparásemos» sino que «estuviésemos preparados» (Mt. 24:44). Hemos de vivir constantemente en un estado de preparación espiritual, esperando el momento en que Cristo aparecerá y nos pedirá cuentas de nuestra mayordomía.
¿Estás listo para su regreso?
Puesto que Cristo podría venir en cualquier momento,
hay que estar listo en todo momento.