Lectura: Efesios 6:11-18
Ni deis lugar al diablo. –Efesios 4:27.
Un maestro de una escuela bíblica les dio a sus estudiantes un examen de una hora. Los estudiantes debían de pasar media hora escribiendo acerca del Espíritu Santo y la otra media hora acerca del diablo.
Uno de los estudiantes escribió sin parar sobre el primer tema, el Espíritu Santo, durante la hora completa, y luego, al final de su manuscrito escribió: «No tuve tiempo para el diablo.»
Esa no era la forma de obtener una buena calificación en un examen, pero su comentario nos lleva a la única manera en que podemos resistir y vencer a Satanás. Si nos llenamos de la Palabra de Dios, oramos y nos sometemos al Espíritu Santo, no «daremos lugar al diablo» (Ef. 4:27).
La palabra lugar en ese versículo es significativa. El diablo no puede ganar pie en un área de nuestra vida que esté controlada por el Espíritu Santo. Cuando somos salvos recibimos el Espíritu Santo, y sin embargo, es posible que un verdadero creyente le «dé lugar» a Satanás. El único remedio es ser «llenos del Espíritu» (5:18), lo cual significa estar completamente rendidos a la voluntad de Dios.
Antes de entrar en el mundo hoy, ¿te has detenido a leer la Escritura que se sugiere al principio de este artículo? ¿Has orado? ¿Estás lleno? Si es así, sal a vencer con el escudo de la fe y a apagar todos los dardos de fuego del maligno (6:16).
El cristiano que esgrime la espada del Espíritu
no le deja terreno a Satanás.