Texto: Efesios 1:1-11
Versículo clave: “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.” Efesios 1:7
Dios tiene un plan eterno para nuestra salvación y es por su gracia.
UN VISTAZO PRELIMINAR
La obra de los efesios en muchos aspectos fue la obra sobresaliente del apóstol Pablo. Él primero llegó a Éfeso en su primer viaje misionero. Se detuvo ahí brevemente y volvió más adelante en su tercer viaje misionero. En ese viaje posterior, Pablo ministró unos dos años en Éfeso en la escuela de Tiranno (Hch. 19: 9, 10) y estableció una iglesia fuerte en una ciudad donde buena parte era dada a la adoración de la diosa falsa, Diana. Su estadía completa en Éfeso fue de unos tres años.
Unos diez años más tarde, cuando estaba en prisión en Roma, Dios inspiró a Pablo para que les escribiera esta carta a sus amigos de Éfeso. Para ver el trasfondo de la iglesia de Éfeso, lea Hechos 18, 19 y 20. La carta a los Efesios fue escrita para animar a las personas en Éfeso, permitiéndoles entender la maravillosa y privilegiada posición que tenían como creyentes en Cristo y como miembros de una iglesia nuevo-testamentaria.
Esta epístola tiene la intención de ser una revelación de la gracia de Dios. Lo analizaremos sobre esa base. La gracia de Dios es sencillamente ese proceso que nos permite tener las cosas que no merecemos. Por el contrario y como pensamiento paralelo, la misericordia de Dios es el proceso a través del cual no obtenemos las cosas que sí merecemos. La misericordia nos libera, y la gracia nos enriquece. Ambas están disponibles para todo el que cree en Jesucristo.
Mientras Pablo estuvo en prisión, su futuro fue inseguro. Podía ser liberado o podía ser asesinado en cualquier momento. Él escribe esta carta para ayudar a los cristianos de Éfeso a tranquilizarse y afianzarse en su fe en Cristo. Aunque Pablo era un líder importante, él pasaría de escena de una u otra forma. Era vital que estos santos fundamentaran sus vidas sobre Jesús, y esta epístola les enseñó a ellos y nos enseña a nosotros a hacer justo eso.
UNA MIRADA MÁS CERCANA
I. El deseo de Dios para la humanidad
Efesios 1:1-3
1. Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso:
2. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
3. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
Pablo comenzó haciendo alusión a distintas prominencias. Primero estaba Pablo, luego los santos en Éfeso y entonces estaban Dios y su Hijo, Jesucristo.
Primero, Pablo era un apóstol, y sirvió como autor de esta carta. Dios inspiró a Pablo para que escribiera estas palabras. No eran pensamientos suyos ni cosas imaginarias de su propio corazón. Esta carta no fue resultado del razonamiento de Pablo sobre las condiciones y las necesidades en Éfeso. Más bien, Pablo habló conforme fue movido por el Espíritu Santo. Dios usó el talento y la capacidad de Pablo para transmitir un mensaje eterno a los efesios y también a todos los que han vivido desde entonces.
Aunque la Biblia está completa y la inspiración ha culminado, Dios todavía usa mensajeros para llevar su mensaje. Dios habla a hombres para que prediquen su Palabra. Hoy, hombres predican lo que ya está escrito, pero el mensajero es un eslabón importante en el proceso que trae la verdad a nuestro corazón(Ro. 10:13-15). Pablo esperaba que los santos en Éfeso recibieran su mensaje y actuaran según éste. Nosotros debemos estar dispuestos a escuchar y actuar según el mensaje que los hombres de Dios nos traen. Préstele atención a su pastor. Él debería estarle enseñando de la Biblia, y cuando lo haga, tome en serio la enseñanza y cambie su vida para que sea conforme a la Palabra Santa de Dios.
Luego encontramos un grupo llamado los santos en Éfeso. Este término santo no se refiere a alguien que ha alcanzado un nivel elevado de desarrollo espiritual y se ha convertido en un súper cristiano. El término santo sencillamente significa “todos los que creyeron”. Se nos define mejor en 2 Tesalonicenses 1:10.Estos creyentes en Éfeso habían sido enseñados y luego organizados en una iglesia nuevo-testamentaria por el mismo apóstol Pablo. Habían estado fungiendo como iglesia durante diez años cuando Pablo les escribió esta carta. Pero todavía había ahí cosas que podían aprender y aún había cambios que necesitaban hacer. Nosotros nunca dejamos atrás nuestra necesidad de crecer en la gracia y el conocimiento del Señor.
El mensaje de Dios es específico e iba dirigido a las necesidades específicas. Aunque podemos encontrar el evangelio en todas las páginas de la Biblia, esta epístola se dirige fundamentalmente a las necesidades de aquellos que ya son salvos y miembros de una iglesia nuevo-testamentaria. Una de las claves para la interpretación bíblica adecuada es entender a quién le está hablando la Biblia. Esta epístola aquí les está hablando a los que son santos.
Luego vemos que este es un mensaje que tiene que ver con Dios y con Jesús. Los grandes regalos de gracia y paz se presentan al principio de esta epístola. Esta epístola es una revelación de la gracia de Dios y la paz que viene de aceptar y vivir de acuerdo a esa gracia. Veremos muchas facetas de la gracia de Dios conforme estudiamos, pero aquí es importante que observemos la fuente de gracia y de la paz consecuente.
La mayor parte del mundo hoy día y la mayor parte del mundo de los efesios era severa y cruel; pero Dios ofreció gracia y paz. Los dioses falsos de esta gran ciudad ofrecieron castigo por los pecados y un trato cruel a los que criticaban o disentían en lo más mínimo. En fuerte oposición Dios ofreció gracia para el pecador y una abundancia de vida que iba más allá de la comprensión de los adoradores idólatras de esos días. Esta gracia dio como resultado la paz verdadera en las almas de los hombres.
A través de los siglos Dios siempre ha buscado mejorar el estado de todos los que llegan delante de él. Aún lo hace.
II. La decisión eterna de Dios
Efesios 1:4-7
4. Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
5. en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.
6. para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,
7. en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.
La gracia de Dios dio como resultado la decisión de Dios. Él ha escogido a todo ser humano para la salvación y la bendición espiritual (2 P. 3:9). Observe el poder de estas palabras. Antes de la fundación del mundo Dios escogió el plan de redención y miró hacia adelante a las personas que serían redimidas. La elección de Dios es que todos pudieran ser santos y sin culpa, y esto es posible porque Dios amó al mundo y dio a su único Hijo Unigénito para que muriera con tal que nosotros pudiéramos ser salvos.
Añadido a la vida espiritual, Dios nos ha escogido para una adopción espiritual. Este es el proceso por el cual venimos a ser herederos de Dios y coherederos de Jesucristo. Esta hermosa verdad significa que Dios tiene la intención de darle a cualquiera que crea en Jesús, cualquiera de las bendiciones queÉl quiera darle a Jesús. Aquí está la abundancia que verdaderamente no podemos comprender.
Esta decisión no es consecuencia de los escogidos. Es la voluntad de Dios, no la voluntad de la humanidad. Los hombres vanos idean muchos planes de salvación y para todos ellos es común la idea que uno debe abrirse camino a una posición de privilegio con su Creador. La decisión de Dios es que uno sea salvo por gracia y que luego uno viva por gracia.
Note cuidadosamente que aunque esta es decisión de Dios, nosotros también tenemos una decisión en cuanto a nuestra condición espiritual. Somos hechos a imagen y semejanza de Dios, lo que quiere decir que somos como Dios, tenemos el derecho de voluntad. A la raza humana se le da la opción de si quiere tomar la decisión correcta en cuanto a la salvación. Algunas veces esa decisión es contraria a la voluntad de Dios. (Vea 2 Pedro 3:9). Dios no está queriendo que alguno perezca; pero algunos perecerán, no porque Dios así lo quiera sino porque los mismos individuos han tomado decisiones opuestas a la voluntad de Dios para sus vidas.
El propósito de Dios no es que nos salvemos a nosotros mismos, o que deberíamos salvarnos entre nosotros, sino que debemos ser aceptados en su amado Hijo. El sacrificio de Jesús fue intercesorio. En la cruz él tomó nuestro lugar y sufrió para que podamos vivir. Este es el plan de Dios, y es a través de ese plan que tenemos redención.
La redención sugiere comprar de vuelta algo que se había perdido. Esto es exactamente lo que hizo Jesús cuando murió por nosotros. Él pagó el precio para que nosotros podamos ser libres. Somos redimidos por medio de su sangre, y nuestros pecados son perdonados por la abundancia de su gracia para con nosotros.
III. El plan eterno de Dios.
Efesios 1:8-11
8. Que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
9. dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo,
10. de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.
11. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad.
Nuestras decisiones a menudo son arbitrarias. Nosotros escogemos una sobre otra sin preocuparnos mucho por las consecuencias de nuestras decisiones. Dios nunca actúa de esta manera. Las decisiones de Dios son por una razón y hay una razón detrás de todo lo que Dios hace. Al final, aprenderemos que mucho de lo que pensábamos que era al azar era sólo parte de su plan, el cual no pudimos entender en el momento.
Dios quiere que caminemos en luz. Cuando somos salvos, ya no somos hijos de tinieblas y Él quiere que vivamos en verdad y entendimiento. Entender y conocer la voluntad de Dios es una de las experiencias más liberadoras en la vida de un cristiano. Así que Dios nos ha hecho conocer el misterio de su voluntad. A través de Pablo, Él les estaba diciendo a los efesios cosas que cambiarían sus vidas y su punto de vista en cualquier problema que estuvieran; y de igual manera a nosotros. Estas cosas son un misterio para quienes no aceptan a Jesús, pero se revelan claramente en las verdades del Nuevo Testamento.
Comprenda y acepte que Dios tiene un plan y un propósito para su vida. Ese conocimiento sólo cambiará cómo viva usted cada día. Su vida no es una serie de eventos aleatorios sin conexión. Dios tiene un plan y él le revelará ese plan a usted conforme estudia su Palabra y anda diariamente delante de Él en verdad y amor. Cuando usted acepte ese plan, vivirá para un propósito que es eterno.
Dios está tomando la perspectiva larga de la historia. Nosotros vivimos día a día. Dios vive en la eternidad. Dios mira en los siglos y las dispensaciones por venir y en ellas él reunirá todas las cosas a Él en Cristo. Al final, todo tendrá relación con Jesús, sean las cosas terrenales o celestiales. Literalmente, todo tiene que ver con Jesús, no trata sobre usted ni sobre mí.
Dios nos ha escogido para recibir una herencia. Nuevamente este es un tema de la gracia. ¿Qué podemos hacer para ganar esa herencia? Nada. Tenemos que nacer de nuevo en la familia correcta para recibir una herencia, y a través de Jesucristo podemos nacer de nuevo a la familia de Dios.
Comprenda que todos los días y en todas las áreas de su vida, Dios tiene un plan y un propósito para usted y activamente Él está obrando para que ese propósito se cumpla. Nuestra parte es creer y entender y luego actuar en las cosas que sabemos que son ciertas.
UNA PALABRA FINAL
Muchos hombres llevan vidas de desesperación sin esperanza alguna. Viven de un día a otro con poca esperanza de mejorar su suerte algún día. Esto aún sucede en los tiempos modernos, pero no debe ser así. El libro de Efesios ofrece gran esperanza, y todo comienza con que usted sencillamente comprenda que no es un accidente y que esas cosas que le están sucediendo ahora mismo tampoco son por accidente.
Puede que no veamos el plan de Dios conforme se desarrolla delante de nosotros. Puede que indaguemos cada paso que tomamos y puede que vivamos en temor y en duda. Sin embargo, Dios tiene un plan para cada uno de sus hijos.
La clave es que todas las almas confíen en Jesucristo como Señor y Salvador. Entonces debemos andar en obediencia a las enseñanzas de Jesús tal como son reveladas en la Biblia. Rebelarse al plan de Dios simplemente significa que ya no estamos incluidos en el plan. Al punto que si aceptamos al Señor, somos aceptados por Él; y si decidimos vivir fuera de la voluntad de Dios, somos ignorados por la divina providencia que al final nos bendecirá o nos maldecirá.
Pablo, como prisionero en Roma, se había dado cuenta que él estaba bajo el control de fuerzas más allá de sí mismo, pero él sabía que había un Ser poderosamente superior al poder de Roma. Dios está en control de las naciones del mundo y Él está a cargo de todo creyente que someta humildemente su alma en fe. Las bendiciones están esperando a quienes confíen en el Señor.
PARA DISCUSION
1. ¿Cuál es el propósito eterno de Dios para su vida?
2. ¿Cuáles decisiones debemos tomar para cumplir su propósito para nosotros?
3. ¿Cuál será el resultado final de la historia humana?
4. ¿Qué parte tendrá usted personalmente en la herencia que Dios da?
por favor nesecito que publiquen en mi email estudiosn biblicos