SIN ARREPENTIMIENTO COMPLETO NO ENCONTRARIA PAZ
Sal. 51:17.
Guillermo Dawson refirió en cierta ocasión esta historia para ilustrar cuán humilde debe mostrarse el alma antes de que pueda hallar la paz. Dijo que en unos cultos de avivamiento, un jovencito que estaba acostumbrado a las peculiaridades de los metodistas, dijo a su madre al volver de uno de los cultos: —Madre, don Fulano de Tal está arrepentido y buscando la paz con Dios; pero no la encontrará esta noche. Y preguntó la madre: —¿Por qué dices eso, hijo?
—Porque sólo tenía doblada una rodilla, madre; y no hallará la paz mientras no doble las dos.
Y en verdad, mientras la convicción de pecado no nos humille por completo, y hasta que perdamos toda confianza en nosotros mismos no podremos hallar al Salvador.
Gracias por las enseñanzas