Para Jacob el tener hijos era muy importante. Las dos mujeres lo sabían y por eso sus esfuerzos para dar a su marido tantos hijos como fuera posible. Hicieron todos los esfuerzos legales y «médicos» que tuvieron a su mano para acrecentar el número de hijos, pero finalmente reconocieron que sólo Dios era el origen y el dador de la vida. En la concepción y el nacimiento de José se afirmaron fue Dios quien, «vio la aflicción», «escuchó» y «se acordó». Cuánta razón tiene el salmista cuando afirma que «heredad de Jehovah son los hijos».