Lectura: Hechos 10:1-23
Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan.
–Hechos 10:19.
Dios nos habla primordialmente por la Biblia, su Palabra. Sin embargo, a veces nos dirige en formas que no esperamos.
Gary Dougherty, un compañero de trabajo de Clase Bíblica Radial, caminaba hacia su casa una noche que regresaba de la iglesia cuando vio a un joven que venía en dirección opuesta. Gary sintió una fuerte necesidad de hablar con aquel joven acerca de cómo convertirse en cristiano. Al principio vaciló, pero entonces le dijo a aquel extraño: «Disculpe, pero creo que Dios quiere que le diga cómo ser cristiano.»
«Le acabo de hacer esa pregunta a la madre de mi novia –dijo el muchacho– pero ella no sabía.» «¿Quiere decir que usted desea ser cristiano?» –preguntó Gary. «Sí» –contestó el hombre. Gary, que todavía no podía creerlo, le preguntó una vez más y luego compartió el plan de salvación con él. Esa noche, un joven conoció a Cristo como Salvador.
Algunos podrían considerarlo una coincidencia, pero hay un paralelo bíblico en Hechos 10 con Cornelio y Pedro, dos hombres que estaban en armonía con el Espíritu de Dios.
No todos los creyentes tienen experiencias tan dramáticas como esas. Pero si la Palabra de Dios, la oración y la obediencia son una parte diaria de nuestras vidas, estaremos en armonía con la guía del Espíritu y listos para comunicar el amor de Dios a otros.
Cuando abres tu corazón a Dios,
Dios abre tus ojos a los perdidos.
NPD/--DJD