Hace más de 250 años William Cowper nació en Inglaterra. Su padre fue el capellán del Rey Jorge II y su madre era de la familia real. A pesar de esto, la vida del joven Cowper no fue feliz. A la edad de seis años su delicada salud se empeoró con la muerte de su madre. Su padre le obligó a estudiar leyes, pero al enfrentar los exámenes finales sufrió una crisis nerviosa. Intentó suicidarse varias veces: tomó una sobredosis de droga, quiso tirarse de un puente y se abalanzó sobre un cuchillo. Por fin trató de ahorcarse, pero lo rescataron a tiempo y fue internado en un sanatorio.
Allí, William descubrió el capitulo 3 de Romanos, y las palabras, “siendo justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención…que es en Cristo Jesús…por medio de la fe en su sangre”. Entendió que Cristo fue crucificado por él, y recibió el perdón de sus pecados.
Llegó a ser amigo y colaborador del ilustre John Newton y se destacó como uno de los mejores poetas de su época. Hoy se le recuerda por sus grandes himnos entre los que se encuentra “Hay un Precioso Manantial”.
Son de bendición …