Lectura: Salmo 145:14-21
Los ojos de todos esperan en ti. . . . –Salmo 145:15.
Una mañana mientras estaba de compras, comencé a conversar con una mujer que era una radiante cristiana. Después de mencionar que su ingreso era extremadamente escaso, la mujer me animó cuando compartió conmigo este incidente: «Hace poco nuestro pastor me preguntó si necesitaba yo oración especial por alguna necesidad material. Yo le contesté: «Sólo pida que yo llegue a conocer más a Cristo, porque a través de Él recibo todas las cosas.» Aquella mujer obviamente tenía el hábito de esperar en Dios, el que verdaderamente suple para sus necesidades.
David comenzó el Salmo 145 con un elocuente estallido de alabanza a Dios (vv. 1-13). Luego escribió acerca de nuestras profundas necesidades humanas y cómo son satisfechas por el abundante y gratuito suministro de Dios (vv. 14-21).
Entonces, ¿qué es lo que impide que esta ley de oferta y demanda opere como Dios quiere que opere? El problema es que muchas veces vivimos como si fuésemos autosuficientes. Nos quedamos pasmados cuando la vida nos recuerda que no lo somos. Pero esa es la revelación que necesitamos si hemos de llegar a ser personas dependientes de Dios. Debemos reconocer que es Dios solamente quien suple nuestras necesidades.
El Señor desea ser responsable de ti y de tus necesidades hoy. ¿Se lo permitirás?
Nuestras necesidades no pueden agotar el suministro de Dios.
NPD/ --JEY