Este Salmo tiene una idea principal que vemos descripta en el Vr.l2, como una pequena oracion: «En Dios haremos proezas,…» Asimismo nos habla del abatimiento y su antidoto, es decir, como contrarrestar ese abatimiento. Sin duda alguna hay altibajos en la vida del cristiano; casi todos nosotros debemos pasar por ellos, verdad? Cuando experimentamos una victoria, de repente somos barridos a la derrota; y cuando estamos en esa situacion de derrota, nos encontramos abatidos. Pero tambien podemos pensar que cuando estamos abatidos y derrotados, el Espiritu de Dios nos lleva a la victoria y reconocemos que ese es el antidoto del abatimiento. Indudablemente este Salmo nos quiere comunicar serios pensamientos que nos ayudaran a conquistar el abatimiento, con el antidoto correspondiente. Vamos a tener por lo menos tres pensamientos sobre el mismo.
I.-LA ESPERANZA EN LA VOLUNTAD DE DIOS, SOSTIENE AL ALMA ABATIDA.
Este es el primer pensamiento que notamos en los Vrs.1-4, y la clave se encuentra en el Vr.4. Dice asi David: «Oh Dios, tu nos has desechado, nos quebrantaste;…Hiciste temblar la tierra, la has hendido;…Has hecho ver a tu pueblo cosas duras;… -nos habla de una derrota continua, de un continuo sufrimiento, y en el Vr.4 dice:- Has dado a los que te temen bandera…» Este versiculo nos habla de un un cambio fundamental para ciertas personas. Quienes son esas personas que experimentan de repente un levantamiento de ese abatimiento en el cual se encontraban? El Vr.4 nos habla de personas que temen. Quien es el que teme? A quien se refiere el salmista? El temer a Dios es una materia muy mal interpretada por muchas personas. En Proverbios, Cap.8:13, encontramos estas palabras: «El temor de Jehova es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco.» Has dado a los que te temen, has dado a los que aborrecen el mal, has dado a los que no andan sobre la soberbia y la arrogancia; tu has dado la tales personass bandera, es decir, les has dado una victoria segura.
Vemos entonces que aquellos que temen a Dios son los que voluntariamente, los que de su propio conocimiento y de su propio ser, se tornan al camino de verdad. La esperanza en la voluntad de Dios, sostiene al alma. David dice: «…nos has desechado,… Hiciste temblar la tierra,…Has hecho ver a tu pueblo cosas duras;…» David no ha perdido la esperanza y entonces poniendo sus ojos solamente en Dios, dice: Has dado a los que te temen bandera que alcen por causa de la verdad.
El principio biblico que tomamos de este versiculo es muy simple: Dios es por nosotros y no en contra nuestra. Aunque muchas veces pasamos por circunstancias similares a la de David, desechados, sintiendo como que todo tiembla alrededor nuestro; aunque muchas veces Dios nos pone por caminos muy duros, aunque muchas cosas son experimentadas, son realmente llevadas a cabo en nuestra vida, aunque todo eso nos encierra, podemos decir que Dios nos ha dado a los que le tememos bandera. Es decir, que debemos tener siempre en mente, que si Dios es por nosotros no hay nada en contra nuestra. En otra palabra, hay muchas personas, aun cristianas, que piensan que Dios les hara mal. No es asi. Dios nunca nos dejara sufrir mas de lo que nosotros podemos soportar y cuando el permite ese sufrimiento, es porque ha disenado en su sabio plan, algo para nuestro beneficio. Dios es por nosotros, no en contra de nosotros! Hay esperanza entonces en la voluntad de Dios. La persona que mantiene en circunstancias dificiles su esperanza en Dios, es una persona que sostiene su alma en momentos de abatimiento.
II.-LA FE EN LAS PROMESAS DE DIOS, SOSTIENE AL ALMA ABATIDA.
El segundo pensamiento que Dios nos hace llegar por medio de este Salmo, es que el alma abatida no solo puede salir de ese abatimiento manteniendo una esperanza en Dios, sino manteniendo fe en sus promesas. Prestemos atencion a lo que estamos diciendo: No fe en nosotros mismos, sino fe en las promesas de Dios y nada mas. Tampoco en nuestras emociones ni en nuestros sentimientos. Repetimos, fe en las promesas de Dios que sostiene al alma abatida. Vrs.5-8: «Para que se libren tus amados, salva con tu diestra, y oyeme. Dios ha dicho en su santuario: Yo me alegrare; repartire a Siquem, y medire el valle de Sucot. Mio es Galaad, y mio es Manases; y Efrain es la fortaleza de mi cabeza; Juda es mi legislador. Moab vasija para lavarme; sobre Edom echare mi calzado; me regocijare sobre Filistea.»
Fe en las promesas de Dios. David estaba acosado por todos esos individuos: Moab, edom, los Filisteos, la tribu de Manases que estaba desobediente. Sin embargo, Dios dice: Mio es todo esto. Ninguno de esos individuos y reyes, podran combatir al rey David, quien ha sido plantado por Dios. Esa fue la promesa de Dios a David y el se vio victorioso en cada una de esas circunstancias, debido a que creyo en las promesas de Dios.
Quisieramos comparar estos versiculos con la expresion que encontramos en 2.Corintios, Cap.1:20: «Porque todas las promesas de Dios son en el Si, y en el Amen, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.» Aleluya! Que es lo que Pablo quiere decirnos en este versiculo? Pablo quiere decirnos que la fe viene por creer en la palabra de Dios. Recordemos lo que nos dice en la epistola a los Romanos, Cap.10:1l7: «Asi que la fe es por el oir, y el oir, por la palabra de Dios.» Entonces notamos rapidamente que encontramos aqui en estos versiculos, algo muy importante para nuestra vida; algo solido, algo firme, algo que realmente nos muestra de una manera clara y especifica, lo que Dios quiere hacer con nosotros. El nos da su palabra para que la creamos y para que la cumplamos.
La fe en las promesas de Dios, sostiene al alma abatida. Tenemos fe en las promesas de Dios? Recordemos nuevamente lo que hemos leido en 2.Corintios, Cap.1:20, donde dice que todo lo que Dios ha prometido, es como un si, y es como un amen, que quiere decir: ASI SEA, en las manos de Dios. Creemos en esas promesas? Nos volcamos de una manera tal que podriamos decir que de todo lo que Dios dice en su palabra no tenemos la menor duda en nuestra mente? Eso es lo que Dios quiere: Que en momentos de tristeza y de angustia, creamos en su palabra. Y esto es una garantia: La paz de Dios inundara nuestra vida. Recordemos esto: La fe viene por creer en su palabra. Por eso David, en los Vrs.6-8, nos dice que Dios se alegrara en su santuario. Por que? Porque todos esos enemigos que estaban acusando a David, iban a ser barridos por Dios. Por eso reiteramos que las promesas de Dios son SI y AMEN por medio de nosotros, porque nosotros debemos creerlas.
Algunos podran preguntar: Cuando nosotros creemos en las promesas de Dios? Nosotros creemos en las promesas de Dios cuando las obedecemos, cuando esperamos con fe en ellas. Si, Dios nos da paz cuando confiamos en el. Jesus dijo: «La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazon, ni tenga miedo.» (Juan 14:27) Creer en las promesas de Dios es el punto basico; es el segundo escalon para sostener el alma en los momentos de pueba.
III.-LA ORACION NOS DA LA VICTORIA SOBRE EL ABATIMIENTO.
El tercer pensamiento que este Salmo trae a nuestra mente, lo encontramos en los Vrs.9-12. La esperanza nos sostiene en el abatimiento, la fe nos permite ser constantes en el abatimiento, pero la oracion nos da la victoria en el abatimiento. Dice la Escritura: ¿Quien me llevara a la ciudad fortificada? Quien me llevara hasta Edom?¿ No sera tu, oh Dios, que nos habias desechado? ¿Y no salias, oh Dios, con nuestros ejercitos? Danos socorro contra el enemigo, porque vana es la ayuda de los hombres. En Dios haremos proezas,…» Pasemos ahora a l.Corintios, Cap.15:57-58, donde dice: «Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Senor JesuCristo. Asi que, hermanos mios amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Senor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Senor no es en vano.» «En Dios haremos proezas».
El pensamiento de que la oracion nos da la victoria sobre el abatimiento es simplemente este: Solamente Dios puede darnos la victoria sobre nuestros enemigos y sobre nuestras dificultades. Sabiamos esto? Solamente Dios puede darnos la victoria sobre nuestros enemigos, nuestras adversidades y sobre nuestras dificultades.
Hemos aprendido que este Salmo nos habla acerca del abatimiento y su antidoto. Hemos buscado en los versiculos del mismo el antidoto para el abatimiento. Sabemos, por ejemplo, que a los jugadores de futbol se les da una pastilla de sal en el intermedio de un tiempo y otro, para que su cuerpo produzca mas elementos quimicos con el fin de que tengan mas fuerzas cuando salgan a jugar nuevamente. Entonces, cual seria «la pastilla», si nos permiten usar esa palabra, que Dios usa para que en los momentos de abatimiento nosotros podamos tener victoria?: La primera es la esperanza en la voluntad de Dios; eso nos sostiene. Dios es por nosotros, no en contra nuestra. La segunda, la fe en las promesas de Dios. Eso es lo que nos mantiene constantes en los momentos de abatimiento. Fe. Dios ha dicho en su santuario:»Yo me alegrare». No obstante las circunstancias, no obstante la adversidad, no obstante lo dificil de la situacion, creemos en las promesas de Dios que nos mantiene constantes en el abatimiento. (2.Corint. 1:20). Si Dios dice SI; si el dice AMEN, creamoslo. Y en tercer lugar, hemos aprendido que la oracion nos da la victoria sobre el abatimiento. Dice David: «Quien me llevara a la ciudad fortificada?… No seras tu, oh Dios, que nos habias desechado, y no salias, oh Dios,… danos socorro contra el enemigo, -David ora- porque vana es la ayuda de los hombres. En Dios haremos proezas,…» (Vrs.9-12). Solamente Dios puede darnos la victoria sobre nuestras dificultades, Verdad?
Bien, cual seria el pensamiento o idea principal que podriamos obtener como conclusion de este Salmo? La conclusion que hemos tomado de este Salmo es la siguiente: El problema no viene por lo que sabemos, sino que el problema viene por lo que hacemos con lo que sabemos. El problema no es estudiar la Biblia, el problema es practicar lo que estudiamos. Nos encontramos abatidos? El antidoto para nustro abatimiento es practicar lo que conocemos de Dios.