Lectura: Juan 12:23-28
. . . Mas para esto he llegado a esta hora. Padre, glorifica tu nombre. . . . –Juan 12:27,28.
Todos los años en la Navidad, James Baxter mira a la gente romper el producto de su compañía y tirarlo a la basura. Todas las horas de diseño creativo y cuidadoso que se emplean en la manufactura desaparecen en un instante. Y él no lo lamenta. Como presidente de la compañía fabricante de papel de regalo más grande de Estados Unidos, el señor Baxter dice: «Lo que no queremos es que nuestro producto se quede guardado en un clóset.»
Un producto como el papel de regalo ofrece una perspectiva interesante sobre el verdadero significado de la Navidad. Cuando Dios envió a su único Hijo al mundo, su propósito no fue darnos un paquete bonito para que lo contemplásemos. Jesús dejó su gloria en los cielos voluntariamente y vino a la tierra, vestido de nuestra humanidad, sabiendo que su propósito era morir por nuestros pecados. Hablando de su inminente muerte en la cruz, Jesús dijo: «Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora» (Jn. 12:27).
La meta de nuestro Salvador era el sacrificio, no la autopreservación. Y la logró para la gloria de Dios.
En esta temporada, pondera la lección del papel de regalo. Cuando pienses en cómo se rompe para revelar un regalo, acuérdate del sacrificio del Salvador en la cruz para que pudieras recibir vida eterna, el inapreciable regalo de Dios.
JESÚS NACIÓ PARA QUE NOSOTROS
PUDIÉSEMOS NACER DE NUEVO.
NPD/--DCM