Lectura: Lucas 2:8-14
Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. –Lucas 2:11.
¿Por qué celebramos el nacimiento de Jesús de una forma tan diferente a como celebramos otros nacimientos? Cuando se trata de honrar a figuras históricas para las cuales se ha apartado un día, no pensamos en esas personas cuando eran bebés. No, los recordamos por las contribuciones que hicieron de adultos.
Sin embargo, en el caso de Jesús, es apropiado que lo celebremos hoy como niño. Piénsalo. Cuando nació, los pastores fueron a honrarlo (Lc. 2:15,16). Después unos magos le llevaron presentes (Mt. 2:8-12). Estas personas no tenían ni idea de lo que Cristo lograría posteriormente. Pero hicieron lo correcto, porque el nacimiento de Jesús fue el acontecimiento más extraordinario de la historia humana.
Jesús era extraordinario como bebé porque era Dios en forma humana. Era el Creador del universo que visitaba este planeta. Nunca evites celebrar este bebé en Navidad. Maravíllate de su encarnación y expresa tu asombro ante un bebé que se movía en su pesebre y que había creado a sus adoradores. Luego contempla admirado, porque la historia se pone aún mejor. Este divino bebé se hizo un hombre perfecto que murió voluntariamente por tus pecados y los míos.
Celebra el bebé, pero confía en el Salvador. Así es como se completa la Navidad.
UN HOMBRE SABIO DE HOY SE INCLINA,
NO SÓLO ANTE EL PESEBRE,
SINO TAMBIÉN ANTE LA CRUZ.
NPD/--JDB