Lectura: Lucas 2:1-7
. . .no había lugar para ellos en el mesón. –Lucas 2:7.
Las palabras «no había lugar para ellos en el mesón» me recordaron un viaje que hice con mi familia hace muchos años. Habíamos estado viajando todo el día y trataba de encontrar un motel donde pudiésemos pasar la noche. Mientras conducíamos por la carretera, nuestras esperanzas se desvanecían una y otra vez cuando veíamos los letreros que decían: NO HAY HABITACIÓN DISPONIBLE. Como padre, responsable del bienestar de mi familia, estaba frustrado y desalentado.
Entonces pensé en María y José. ¡Cuánto peor debe haber sido para ellos cuando llegaron a Belén y no encontraron lugar! Me imagino a José suplicando al dueño del mesón y explicándole la condición de María y su desesperada necesidad de encontrar un lugar donde pudiese dar a luz a su hijo. Pero «no había lugar para ellos en el mesón». Por tanto, cuando nació Jesús, su madre «lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre» (Lc. 2:7).
Hoy, 2.000 años más tarde, millones de personas no tienen lugar para Jesús. Aunque participan con entusiasmo en las festividades de Navidad, lo mantienen fuera de sus vidas. Ahí aparece el letrero que dice: NO HAY HABITACIÓN DISPONIBLE.
¿Y tú? ¿Hay lugar en tu vida para Cristo? ¿Qué mejor época que esta temporada para rededicar tu vida a Él o recibirlo como Salvador?
SI A CRISTO SE LE MANTIENE AFUERA ES
PORQUE ALGO ANDA MAL ADENTRO.
NPD/ --RWD