Lectura: Juan 3:16-21
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito…. –Juan 3:16.
Tal vez recuerdas una foto publicada en el periódico en diciembre de 1991 que mostraba ochos miembros del equipo especial SWAT de la policía buscando a un francotirador emboscado. Por encima de sus cabezas había una bandera navideña que decía: «En la tierra paz.» El titular de la foto decía: CUATRO MUERTOS Y UN HERIDO EN LOS ATAQUES.
Acontecimientos que apenas nos perturban durante el resto del año parecen trágicos y fuera de lugar a medida que nos acercamos a la Navidad. El mensaje de los ángeles es burlado por gritos de enojo y una violencia que no termina.
Todas las Navidades me digo a mí mismo que el mundo en el que nació Jesús no estaba adornado con ramas de pinos ni luces brillantes. Las familias se estaban reuniendo en aquel momento para firmar el registro de los impuestos de un gobierno romano tiránico, no para cantar villancicos ni intercambiar regalos.
Juan 3:16 declara que «de tal manera amó Dios al mundo –a los que dan y a los que quitan, a los que tienen mucho poder, a francotiradores y policías– que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel –los que tienen y los que no tienen, los niños atemorizados y los padres ansiosos– que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.»
La oferta sigue válida. Las personas de todo el mundo pueden tener paz en la tierra si la buscan en Cristo.
Conocemos la paz cuando conocemos a Dios.
NPD/--DCM