Lectura: Isaías 9:1-7
. . . no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. –Hechos 4:12.
El ángel anunció a José: «. . . y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt. 1:21).
El nombre Jesús es la forma griega de la palabra hebrea Josué, la cual es una contracción de dos palabras: Jehová y Oseas, que significan «Dios el Salvador» o «Salvador Dios».
Ese es su nombre. Ese es el nombre que es sobre todo nombre y el nombre del Único que puede salvarnos. Nadie puede ocupar su lugar ni acercarse a Dios sin Él.
Respetamos los nombres de los patriarcas de la Biblia y de los hombres y mujeres piadosos de la historia más reciente, pero todos un día se inclinarán ante Jesús (Fil. 2:9-11). Hasta su propia madre reconoció su necesidad de un Salvador (Lc. 1:47). Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Ti. 2:5, 6).
Sí, honramos a los hombres y mujeres de la Biblia. Y le damos el debido respeto a aquellos que en el curso de la historia han vivido para Cristo y proclamado el evangelio. Pero no hemos de adorarlos ni orar a ellos. Solamente Jesús es el Único cuyo nombre significa «Salvador». Él es el Hijo de Dios de quien proclamó el profeta Isaías: «. . . y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz» (9:6).
Para ahora y la eternidad, Jesús es todo lo que necesitamos.
--NPD/Doctor M. R. De Haan